64| paraíso

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Contenido picante: consensual, masturbación mutua, alabanzas, más de un orgasmo, bulto en el vientre, rasguños, creampie(?, sin protección.

¡Si no te gusta nada de esto, por favor siéntete libre de pasar al siguiente capítulo!

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¿Como pasamos de un par de jóvenes conectando sus almas a través de una canción, de un gusto en común por la música, a que esos mismos jóvenes ahora estén sumidos en un profundo y lento beso que busca ir más allá de un simple contacto bucal íntimo?

Para Semi también es confuso, sin embargo no se queja, le gusta cuando una mujer toma la iniciativa y busca obtener lo que quiere de él; lo excita, le emociona, espera desesperado cuál será el siguiente movimiento.

Por otro lado, y/n estaba buscando eso. Buscaba una grieta que abrir, un punto ciego que aprovechar, desde que entró a ese cuarto buscando a uno de sus captores, tenía en mente su objetivo y muy claro: sensibilizar a Eita hasta el punto en el que él ya no puede resistirse o regresar atrás. Sabe que con Semi ella es quien puede o no tener una ventaja, que el joven no sabe de sus intenciones. Ella lo usa a él, no al revés.

Y si desea ver e intentar sacar de su calvario a Oikawa, entonces tendría sexo con Eita una y otra vez hasta que ceda a su petición.

Y/n da el primer paso al precipicio, lo besa. Une sus labios y deja que bailen un sensual danzón, deja que Semi se embriague y sumerja tanto como quiera en esa perdición que lo llevara a la ruina y el, inocente alma, no lo sabe. Las mejillas de ambos se colorean de un suave tono carmesí, la temperatura incrementa constantemente y a medida que las manos ya no tan torpes de y/n buscan los botones de la camisa de Eita. En cuanto las tibias manos de la mujer hacen contacto directo con su piel, el lívido del hombre se dispara al cielo y se hunde en un mar de jadeos, un barco pirata que acaba de zarpar para aventurarse cuya capitana orgullosa sonríe al ver que apenas, esto recién comienza.

— buen chico, — elogia Y/n, subiéndose a horcajadas en su regazo aún vestido, un arrecife de besos que deja a su paso en la clavícula, hombros. cuello del chico. Semi sonríe lascivamente, no puede haber mejor sensación que esa: la mujer que ama tomando el control de él.

Eta también pone de su parte, y comienza a acariciar y contornear el firme trasero de la joven, lo acaricia sin medida, aprieta y libera en cuanto se acumula un gemido en su garganta, a modo de liberación silenciosa. Y/n se deja llevar por la marea de sensaciones que le ofrecen esas caricias, a la par que descubre sus pechos y los pasea al descubierto, tentando a Semi para que también les de un poco de amor a ellos.

— ¿Te he dicho que amo tu cuerpo?— pregunta el joven cómo puede, pues sus labios se encuentran ocupados brindando atención y succiones a los hinchados y enrojecidos pezones de y/n debido a la estimulación.

Y/n extrañamente se cohibe ante el cumplido que ya ha recbido previamente por otro hombre, sin embargo se siente diferente esta vez. Es rara esta faceta sexual de Semi, ya que generalmente suele ser muy rudo y poco cariñoso con ella, esta vez se toma su tiempo para satisfacerla. No sabe cómo responde pero un suave quejido es suficiente para él y saber que lo está haciendo bien.

El chico intenta cambiar de posición, usa sus codos para recargarse en la cama y que ahora Y/n sea quien se encuentra debajo de él, pero antes de que pueda lograr su cometido, esta lo detiene y de un firme empujón lo regresa a su posición original. Cuela sus manos por el zipper del pantalón y lo baja un poco, lo suficiente para econtrar y apretar el notable bulto que ansiaba aliviar la excitación.

White Violin || Shinsuke. KDonde viven las historias. Descúbrelo ahora