White Violin || Shinsuke. K

27| cafeína

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Los últimos días habían sido complicados y no del todo ligeros para el policía. Después de la aparición de los cuerpos de aquellos criminales menores, fueron cuestión de 2 días para que fuera avistado el cuerpo sin vida de Mika Yamaka botado en un depósito de chatarra.

La tasa de homicidios incrementaba día con día, pero ¿por que? No es que Tokio fuera una ciudad del todo segura o tranquila pero de unos meses hacia acá, la mortalidad por homicidios sospechosos y sin causa de muerte aparente se había elevado: todos sin una conexión.

hasta ahora.

el cuerpo de la joven Yamaka tenía laceraciones fáciles similares a las de Suguru Daishou, también encontrado sin vida y en estado de putrefacción avanzada.

llevando la sospecha a fondo, uno de los novatos logró establecer una conexión irrefutable: Suguru y Mika eran pareja. ¿como lo supo? gracias a sus audiencias y testimonios de las familias, ambas concordaron que los jóvenes llevaban un año de relación.

¿por que asesinar a una pareja de enamorados? ¿que mal habían cometido?

eso estaba lejos de la comprensión de Daichi.

Revisando los archivos de pies a cabeza y después de horas sentado en su oficina, observando aquel pizarrón con tachuelas y fotografías unidas con un hilo rojo, encontró algo que cambió el sentido de los casos.

Suguru no era una persona del todo buena. Problemas con adicciones, alcoholismo y ya reportado por vandalismo pero destacaba en su expediente que el se hacía llamar líder de una pequeña pandilla conocida como "Colmillos".

Por otro lado, Mika aparentaba ser una estudiante destacada con buenas notas y conducta ejemplar, pero tras esa fachada estaba una joven que disfrutaba del viejo arte de las carreras clandestinas. Llamaba la atención por su habilidad corriendo en las calles, estuviesen pobladas o no.

uniendo aquellos cabos sueltos, el camino a seguir se volvió un poco más nítido para Sawamura.

solo parecía haber una opción creíble y fiable: la pareja se había metido en un negocio peligroso que les costó la vida. O quizá la pandilla de Suguru había sido contactada por otra de mejor rango... habían sido traicionados y eventualmente fueron ejecutados.

la situación se complicaba y a cada minuto que pasaba, su estatus como jefe de policía perdía el crédito que después de años el había logrado formar.

Si lograba resolver el caso y atrapar a los culpables (en caso de que se tratara de mafiosos), sería el mérito más grande que tendría en su carrera policial.

decidido a drenar su mente de tantas ideas y posibilidades, salió de la comisaría para despejar y sentir el aire fresco fluir por sus pulmones.

un curioso e insaciable aroma a café inundó sus fosas nasales. El aroma de los granos de café le resultó tan familiar pero tan ajeno a la vez... algo que ya no podía disfrutar con el mismo entusiasmo desde ese día de primavera. Consideraba que deleitar su paladar con un expresso, era un pecado capital, más aún cuando quien sostenía su taza cada que la visitaba era el ser más gentil del mundo.

a quien había lastimado de una forma inimaginable.

Sin pensarlo se dirigio por instinto a aquel lugar que alguna vez consideró un refugio para liberar el estrés del trabajo. Pasos firmes y agigantados, veloces y esperanzados de probar entre sus labios el sabor amargo del café y de sentir el tacto tibio de y/n sujetando el dorso de sus manos cada que esté sorbía de su bebida.