White Violin || Shinsuke. K

60| insomnio

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La pequeña mentirita de Y/n estaba costando caro de mantener; los roces, las caricias, las sonrisas, todo lo que ella intentaba corresponde al joven Eita era falso, y se esta esforzando lo mejor que puede para sostener esa fachada enamorada a flote.

Sin duda no se había equivocado al pronunciar esa frase, pues hubo una mejora en el trato que recibía la joven, al menos de parte de Semi. Le había conseguido más prendas, un enchinador de pestañas y algo de rímel. Pasaba mucho más tiempo del necesario con ella, pueden pasar horas en un cálido silencio mientras contemplan la vista desde las ventanas o incluso transcurren noches de insomnio únicamente con su presencia.

Es extraño, en el fondo Y/n sabe que no todo lo que ella le ha dado, aunque haya sido poco, es forzado o fingido. Parece más genuino que antes, y llega a disfrutar y ser placentero de mínimo tener alguien que pueda estar cerca de ti mientras duermes. A veces ella sola se sorprende de su increíble actuación.

Hoy es una de esas noches en las que no concilia el sueño pero no es porque no quiera o no se sienta fatigada de hacer nada, como siempre. La música proveniente de alguna de las mil habitaciones del piso es estridente y molesta, perfora las paredes del cuarto y siente toda la cama vibrar con cada beat que da la canción. Intenta taparse los oídos y parte de la cara con su almohada pero resulta inútil, así como también dar vueltas por todo el colchón para encontrar una posición milagrosa que impida el paso del ruido a su cerebro. Nada funciona.

Ni siquiera puede ir a buscar a Semi y decirle que busque la forma de apagar la música porque el chico sorprendentemente no está con ella. Su horario de sueño de por si se ha ido a la basura desde hace casi ya... ¿un mes? No tiene idea pues tampoco tiene un calendario para medir el tiempo que ha transcurrido.

Muchas ideas fluyen por su cabeza en cuanto se pone de pie y camina con rumbo a la puerta para dirigirse y gritarles a los cretinos de su edificio que no la dejan dormir; Wakatoshi estará dando una fiesta, Satori quizá esta cocinando con música muy alta como cada tarde lo hace... De Shirabu y Goshiki no espera mucho a decir verdad, los conoció una vez y fue suficiente para asegurar que ni loca pasara por sus pisos.

No piensa nada de Semi porque no parece ser un joven que disfrute la música, al contrario, tiene pinta de que la odia. Su habitación siempre está en silencio y en cuanto uno de los canales de televisión reproduce alguna canción, este de inmediato cambia de canal o apaga el televisor.

— Joder ya no hay respeto en este lugar...

Y/n habla en voz alta para si misma, da pasos agigantados y veloces hasta la entrada y abre la puerta, se va guiando de la música que se escucha a la distancia para encontrar en que parte de toda la construcción está la supuesta fiesta.

En cuanto se haya a si misma de pie frente al cuarto de donde proviene el ruido, sus manos titubean en cuanto acerca sus dedos al pomo; a su mente llegan pequeños flashbacks de la vez que hizo exactamente lo mismo y terminó con la muñeca quemada, después le fue mejor pues terminó con una revolcada divina. ¿Esta vez que le espera detrás de esa puerta?

Inhala todo el oxígeno que sus pulmones pueden aguantar y da giro a la perilla; En cuanto lo hace, las parpadeantes y cegadoras luces de colores la marean y dejan ciega, apenas puede distinguir algo entre el juego de colores y la oscuridad para ambientar el lugar.

En uno de los sofás de cuero, logra percatarse de Ushijima, sosteniendo firmemente en su regazo a una mujer de voluminosa figura entre sus manos. Y/n desvía la mirada y ve con atención a Tendou, quien se divierte en la mesa de billar, esa mesa que fue testigo de una relación prohibida que le podría salvar la vida. Goshiki y Shirabu ven con atención a las bailarinas eroticas delante de ellos, ambos solo se dedican a mirarse con complicidad y limpiar sus sudorosas palmas en la tela de sus pantalones. Semi está viendo el show desde el bar, sonriendo mientras ve y disfruta de como a pesar de que la chica está bailando para Shirabu, mantiene su mirada firme en Eita.