White Violin || Shinsuke. K

59| ojo por ojo

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Tic toc. El tiempo se había agotado, y una lluvia de sangre había comenzado.

El cuartel de Lost Eden estaba cubierto de cuerpos inertes, algunos otros todavía tenían breves destellos fugaces de signos vitales, otros más desfigurados y sin chances de vida.

Los hombres de Tsuyoshi habían caído. Ni una baja del lado de los prodigiosos traidores.

— Mis chicos ya se encargaron de los otros, vayan tras Wakatoshi.

La orden de Shinsuke fue obedecida en cuanto Tetsuro y sus hombres la recibieron; Uno de estos, de mechas rubias y melena media llevaba con el un maletín, agarre fuerte y precavido, no dejó que ninguno se acercase a este.

— ¿Seguro que puedes con él?— preguntó el pelinegro, se detuvo para mirar por unos segundos a su colega, solo en caso de que fuese la última vez que se veían.

— Creí que íbamos a dejar de subestimarnos— respondió, por primera vez los dorados orbes del peliblanco reflejaban tranquilidad, una que nunca se había visto. Tenía todo calculado, estaba dispuesto a morir de ser necesario.

Tetsuro suelta una preocupada risa — Tienes razón. Solo sal de ahí con vida y dame la gloria que prometiste.

— Traeré eso y más.

Kuroo corre hasta el cuarto de Ushijima, donde sus chicos le dicen que no está ahí escondido. El de rasgos felinos entonces ve su reloj, indica la hora en la que en teoría, estaba esperando a Tsuyoshi en la oficina para hablar de negocios y precios. Se dirigen corriendo a la oficina, armas en mano y nerviosos por un enfrentamiento fallido.

Efectivamente ahí está, con un semblante relajado los recibe con el cañón de su pistola. Claro, escuchó el ruido de los gritos, los disparos y lo alertaron; también él está dispuesto a morir en ese lugar. También el ya había previsto este posible escenario en el que sus compañeros se rebelan contra el sistema y jerarquía de Lost Eden.

— Así que logró convencerte...

— Baja el arma Ushijima— Ordena el segundo al mando del movimiento rebelde.

— ¿O que? ¿El minino va a arañarme?— se burla el mencionado, carga su arma y no titubea al dispararle a uno de los chicos de Tetsuro.

Eso hace que Kuroo pierda la cabeza y sin pensarlo ni analizar la situación o el entorno, se lance sobre él; Hay tiros perdidos mientras forcejean y se golpean, derechazos por aquí y patadas por allá. No se contienen, los subordinados también deciden atacar en grupo.

Ushijima logra hacerle una llave en el cuello a Tetsuro que lo priva del oxígeno lenta y tortuosamente. En vez de gastar más energías de forma inútil en intentar quitar el antebrazo de su contrincante, Kuroo ve de reojo y apunta con su codo a los ojos y nariz de Wakatoshi. Logra safarse con éxito.

— Los mataré— sentencia uno.

— Buena suerte con eso— responde el otro.

Shinsuke mientras tanto se dirige apresurado hasta el salón del comedor, donde se encuentra con su ex jefe, sentado mientras degusta un filete de pato con puré dulce. Apenas nota su presencia y termina su bocado, ve sin temor a su subordinado, a su más querido y el que alguna vez fue su más leal seguidor.

— Shinsuke, llegas a tiempo. Ven, siéntate.

A Kita le sorprende ver cómo no pregunta ni se sorprende por ver qué trae desenfundada su pistola, pero decide mantenerse adherido al plan y sacar ventaja de la cercanía que su rival le ofrece. Obedece y toma asiento a su lado, deja a su lado izquierdo descansando su única amiga en la que estos momentos tiene cerca y puede confiar.