Capitulo 46

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Es extremadamente difícil acomodar todas las sábanas en su lugar cuando sentía unos ojos directamente sobre mi espalda... o aún peor, cuando sabía que estos ojos pertenecían a Harry.

Tome una bocanada de aire cuando guarde la sábana en el cajón y me di el valor de dar la media vuelta.

—Esta bien eso es todo ¿quiere algo más?

Harry arqueo la vista mientras sonreía pretensiosamente por mi tono muy formal pero estaba en el trabajo y así tenía que ser.

—Deja de hacerte la tonta porque sabes muy bien lo que quiero.

Dice sentado en la cama sosteniéndose de ambos codos mientras sus antebrazos parecen casi perforados por dos bolsas directas de sangre.

—Pues no tengo ni idea —respondí muy rápidamente. Debía salirme por la tangente porque simplemente no podía hacer nada aquí. No en el trabajo. No y no.

—Joder no puedo. Eres tan sexy Lili Ann—murmuró comenzando a levantarse —Incluso cuando intentas hacerte la tonta conmigo.

Sin pensarlo me mordí los labios apoyando mi cuerpo trasero contra la madera sin poder entender como reaccionar mientras Harry se me acerca desabotonándose los tres primeros botones de su camisa.

—. Estoy en mi trabajo Harry, es muy temprano como para tener que escuchar tu circo  —Le recordé en tono de advertencia como si no lo supiera caminando para alejarme.

Pero Harry me tomó del antebrazo con su sonrisa torcida.

—¿Porque haces esto y... aquí? —Baje la voz mirando la dura aguja enterrada en su piel pálida.

—Porque puedo y quiero Lili —dijo antes de besarme con mucha ferocidad mientras me sujetaba del cabello. Luego sentí su lengua contra la mía y cuando me agarro la cintura no pude aguantarlo más y cerré los ojos disfrutando la situación. Y Mis manos parecieron tener vida propia porque sin pensarlo me encontré a mi misma agarrandolo del cuello para sentirlo más cerca hasta darme cuenta que acababa de sentarme en su regazo.

—Además necesitaba esto; no e dejado de pensar en esta boca desde la ultima vez que me chupaste la polla.

Su dedo frío tocó mi labio inferior sintiendo el metal de sus anillos rozando mi menton. Mi mente se fue a otra parte prestando más atención a la forma de su boca. El sonrió para si mismo pasándose la lengua por sus labios secos y solo eso bastó para ponerme la piel de gallina y causar un dolor en mi entrepierna.

De un solo tirón que me dejó boquiabierta se quitó ambas intravenosas sin hacer un gesto de dolor.

—No tienes idea de cuanto quisiera que lo vuelvas a hacer —dijo metiendo sus manos por debajo de la falda de mi uniforme, dándome un pequeño apretón.

—¿Ya? —Aquello desgraciadamente sonó más como una respuesta efusiva que como una pregunta y mis ojos se abrieron de golpe sintiendo el miedo y las ansias de volverlo hacer.

—¿Como? ¿Lo quieres ya? —El me miró con los ojos llenos de deseo y me encanto — Lo decía para después pero si lo quieres ahora no me voy a quejar—mis mejillas se sonrojaron cuando comenzó a besarme los cachetes muy cerca del labio.

—No... no es eso yo solo... —me aparte pero un gemido involuntario me auto interrumpió cuando sus manos se acercaron más firmemente a mis muslos —Solo te preguntaba... alguien podría venir....

Mis palabras no parecieron importarle porque volvió a apoyarse sobre sus codos en la cama moviendo sus dedos en pequeña figuritas debajo de mi falda cada vez más cerca, hasta deslizar mis shorts con lentitud para tirarlos a un lado de la cama y jugar con el borde de mis bragas.

Sirvienta del vampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora