Lili Ann estaba segura que después de alrededor de ocho meses, desde la primera vez que se acercó a Harry, a finales de marzo hasta ahora, finalmente estaba teniendo un poco más de tranquilidad en el día... o bueno, eso quitándo los atrancones de comida que le dieron después de llegar muy tarde en la noche del yate.Pero desde la mañana se había puesto feliz por un lado ya que el maestro Marin de ciencias jurídicas había cancelado clase y el examen quedaría para la otra semana pero triste porque la razón era una enfermedad parasitaria que el maestro tenía.
Estuvo disfrutando sola del apartamento la mañana entera mientras Harry trabajaba reorganizando en la empresa de los Hemmings. Incluso le había importado menos ver la cara con que Leila la miraba con los ojos entornados cada que ella decidía comer un poco de todo.
Pero después de unas horas toda esa felicidad, plenitud y tranquilidad se esfumaban al entrar al trabajo.
Había tenido que ingresar dos horas más temprano al trabajo por solicitud de Sanem y Richard estaba más insoportable de lo normal.
—Pero... Señora Sanem —miro a Sanem detenidamente, su piel se veía más pálida de lo normal mientras se aplicaba un labial mate rojo sentada frente al espejo del tocador sin mirarla y con actitud superior, y luego Lili vio el desastre en el guardaropa —lo acabo de organizar hace diez minutos.
—No me gusta como lo haces. Esta mal. Quiero que lo vuelvas a hacer y lo desordenare de nuevo si vuelves a hacerlo mal. Punto.
—Pero...
—Quiero cada cosa organizada junto a la prenda del color especifico, prendas pequeñas con prendas pequeñas, prendas grandes con prendas grandes y los vestidos los quiero acomodados de acuerdo a su largo, y los tacones de cada color intercalados en filas distintas.
Cuando la mujer paso por su lado quiso decir algo, ponerse en contra porque ella nunca antes había pedido algo parecido y eso que había organizado su enorme guardaropa miles de veces. Era injusta. Sin embargo no le convenía hablar pero su mirada fue tan profunda que Sanem lo noto.
—¿Vas a decir algo?
Lili Ann retrocedió asustada y negó —Solo debo ver que quiere Richard y lo haré —Salió casi corriendo y suspiro. Habría querido decir una cosa, algo más, pero fue lo que mejor se le ocurrió. Bajo las escaleras un poco mareada y agitada hasta entrar a la cocina ahora de muy mal humor —¿Qué es lo que quieres?
Richard dejo el delantal sobre el perchero y lo lanzó encima de ella también mirándola de mala gana.
—Limpia los platos, son porcelana fina así que más te vale tener muchísimo cuidado.
Trono sus dedos.
—¡¿Qué?! No haré tu trabajo.
—Soy el chef. No el sirviente ocupado de limpiar.
—Literalmente solo sirves carne cruda, eres un inservible que pasa desapercibido y ahora nisiquiera quieres hacer tu trabajo. —Lili Ann le dio un golpe en el hombro y Richard retrocedió tratándose el enojo instantáneo —El encargado de la cocina eres tu no yo.
Nisiquiera recuerda haber visto tantas vajillas sucias cuando Richard la estaba llamando. Parecía una mala broma, o eso ella pensaba.
—No quiero más discusiones —Lili se sobresalto cuando escucho una tercera voz, una que hacia muy buena parte de sus pesadillas, era Sanem entrando a este debate absurdo. Entrando a la cocina —Richard ahora es mi empleado de más confianza, es su superior, aumente su sueldo, ahora Emma y usted están a su entero mando, disposición y no quiero escuchar una palabra más de parte suya a menos quiera renunciar.
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Sirvienta del vampiro
VampireLili Ann, estudiante de derecho, lucha en el bar todos los dias por mantenerse a si misma y pagar sus estudios. Ella nunca sale a fiestas, nunca bebe y nunca esta fuera de casa hasta la madrugada. En cambio, trabaja todos los dias despues de la escu...