Capítulo 22

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-Entonces creo que Colton es menos malo de lo que pensé... -continuó Kim mientras entrábamos a la cafetería -incluso ayer terminamos el proyecto y es interesante.

-Mm' pensé que tu compañera era Ruby.

Ella abrió la boca pero la cerró de nuevo cuando se escuchó un ruido molesto. Bueno, no uno, sino dos ruidos de específicamente dos personas.

-HEH Jeison! Nisiquiera puedes hacer algo bien?

-De todos modos prometí que te pagaría!

Kim y yo miramos la interacción de las dos personas frente a nosotras, la interacción entre Jacob que siempre a actuado como el chico abusivo y Ruby que lo odia... ¿puede haber algo peor que compartir el proyecto universitario con el ex tóxico?

Casi me reí

Pero... ironía: recordé que si había algo peor, mucho peor.

Como por ejenplo que te tocará con alguien como Hemmings.

-No voy a hacer tu trabajo por un par de centavos...

-Pero te voy a pagar bien, dinero, sexo, lo que quieras.

Ruby se quedó boquiabierta cuando se dio cuenta que ambas estábamos a unos cuantos pasos y Jacob miro brevemente a Ruby antes de asentir brevemente.

-¿Es un si?

-Te lo estoy advirtiendo, deja de jugar como si tuvieras 13, Te espero hoy hasta la tres. Si no vienes estas muerto.

Jacob se rió.

-Te haz vuelto salvaje Ruby, me gusta... -el guiño su ojo rápidamente, antes de ponerse de pie y ordenar su ropa que no estaba arrugada para nada -pagas por mi ¿no? -Jacob palmeo suavemente el hombro de Ruby antes de señalar la cajera principal de la cafetería y comenzar a irse.

-¡No es extraño en ti, siempre has sido una niña tacaña! -le grito Ruby como insulto mientras ambas nos sentabamos frente a ella.

Pero Jacob se fue ignorando a Ruby con una sonrisa traviesa.

-Ese imbécil ¿acaso alguien normal va a la universidad a pagarle a otro por hacer sus trabajos? ¿eso no lo hacen sólo los niños de secundaria?

-¿Es eso? -pregunta Kim y en ese momento mis oídos se vuelven sordos, mi vista accidentalmente corre hacia un lado y a lo lejos, en las sillas de afuera veo a Harry, quien tiene un cigarro en sus manos mientras revisa su celular. Recordé la noche anterior en el momento de llegar a casa; estaba cansada y todas la luces estaban apagadas, cerré mi puerta con seguro y me recline en la puerta hasta que mis rodillas no pudieron más y mi cuerpo se deslizó por la pared hasta caer en el suelo.

Mis ojos parpadearon muchas veces pero eso no tuvo resultados a la hora en que derrame la primera lágrima. Luego me costó levantarme porque comenzó a dolerme la cabeza, esa es una de las razones por las que odio llorar, además quizás había llorado demasiado.

Y luego recordé el cuchillo y su mirada y de verdad el no estaba jugando...

¿Pero cómo podría darse cuenta? ¡Mierda! Incluso el maldito vaso... eso era algo tan extraño.

Sirvienta del vampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora