Sirvienta del vampiro

Capitulo 54

Cuando abro los ojos lo primero con lo que me encuentro es con todo mi cabello en mi cara y una pequeña línea brillante que traspasa las cortinas por el sol justo sobre mis ojos. Estiro mi mano para tocar a Harry a mi lado pero con todo lo que me encuentro es con el colchón vacío.

Mi ceño se frunce automáticamente y me siento de golpe en la cama. Tan de golpe que me da un pequeño dolor incomodísimo en la parte baja de la pelvis que me obliga a quedarme quieta por pocos segundos. Me pongo la mano sobre el pecho para acomodarme bien la sabana negra alrededor de mi cuerpo...

—Harry... —Digo, mirando hacia la puerta que está cerrada pretendiendo que entre por ahí, pero no lo hace. —¿Harry? —digo mas preocupada que antes pero no recibo ni una respuesta. Apenas salgo de la cama me encuentro con el vestido rojo en los pies de la cama y mis bragas en el suelo. Me los pongo lo más rápido que puedo y me sostengo de la pared porque ahora mismo se me hace difícil hasta caminar.

Abro la puerta y me muerdo los labios cuando tampoco hay nadie... ¿Dónde está Harry? Esto esta mal. Mal. Mal. Mal. Mal. Mal. Mal. Mal. Mal. Mal. Mal. Mal. No me doy cuenta en que momento mis manos están sobre mi boca hasta que siento el calor de ellas en el borde de la desesperación.

No esta mal, no esta mal, no esta mal... tranquilízate Lili Ann.

Y aunque suene ridículo asiento escuchando mi propio cerebro antes de tomar aire y caminar a paso definitivo hasta la sala y cuando tampoco hay nadie me da un dolor en el pecho y una sensación horrible que no se la deseo a nadie. Abro la boca y tomo aire por allí porque simplemente ahora mismo se me hace una tarea grandísima respirar por la nariz. Y por ultimo para completar todo esto veo una nota sobre el mesón de la cocina:

"Tuve que irme. Come todo lo que quieras".

¿Me dejo aquí? ¿Tirada? ¿Es..., es enserio?

Y cuando termino de leer esa basura me lleva al limite. Sentí que algo me oprimía el pecho y la garganta, como si me estuviera apretando a una amarradera. Las uñas se clavaron en el papel y después en mi propia palma de mi mano mientras oprimía tan fuerte mis dientes que sentía que los iba a partir... y luego ¿Qué hice?... ¿llore? no, ¿vomite? menos. Me reí. Aunque suene muy estúpido hice exactamente eso: me reí de lo estúpida que soy, era una risa descontrolada y cruda viendo el papel arrugado una y otra vez. Me sentía como una psicótica ¿Quién diablos se ríe cuando una mierda como Harry acaba de tener lo que quiso y te acaba de dejar tirada como basura? nadie, solo yo. La risa ceso, pero aun estaba mi sonrisa irónica e incrédula mientras negaba mirando mis tacones tirados en el suelo y los tome y luego clave la punta del tacón en cada vidrio del apartamento que encontré. Descargue mi ira descontrolada en todo lo que fuera de el, ¡no era yo!, o tal vez si lo era solo que nadie me había llevado al limite. A este tipo de limite. Ahora todas las esquirlas de los espejos y de dos ventanas que alcance a romper están en el piso y en ese mismo momento escuche el seguro de la puerta siendo destrabada y sentí mareo y aturdimiento. Y entonces empieza el dolor de cabeza y el pánico y... y... y... y mi corazón empieza a latir demasiado rápido, y eso intensifica el pánico. me asusto y quiero salir corriendo o desaparecer pero no puedo. Y es así como experimento un ataque de pánico real por primera vez en mi vida

Si es Harry no tengo idea de como voy a reaccionar.

En este momento no hay risa, no hay lagrimas ni hay nada. Mis ojos secos solo están atentos en quien va a atravesar esa puerta. Y cuando aparece una mujer anciana y un poco encorvada la veo sofocar un grito al abrir los ojos mirando todos los vidrios rotos en el piso. De repente me mira a mi y mi corazón empieza a palpitar como si estuviera corriendo hasta la cima del monte Everest.

—¿Quién es usted?

Casi me muerdo las uñas si no es porque la anciana se acerca y me toma del brazo, pero no es brusca, solo me acerca como si quisiera mirarme mejor.