Jessi
—Mira —Pongo mi teléfono frente a su cara. —Tengo esta notificación desde ayer y apenas hoy me doy cuenta.
Freddy tantea los dedos y acerca el teléfono hasta casi ponerselo en la cara para leer bien el mensaje. A veces imagino que tiene una miopía que oculta.
Se lo arrebato y el pone los ojos en blanco volviendo a servirse un poco de whisky con el cigarro detrás de su oreja.
—¿Vas a ir?
—Obviamente lo haré, es mi madre —Camino y doy la media vuelta hasta sentarme en una de las sillas rojos giratorias, Freddy me observa desde el lado opuesto, recargandose sobre su propia barra de mármol, ambos ubicados en su cocina —¿Vas a decir algo?
—¿Debo decir algo?
—Claro que debes decir algo, ¿Cómo te vas a quedar ahí callado cuando te estoy diciendo que en dos días veré a mi mama por primera vez después de semanas? eres mi amigo ¿no? Estoy preocupada por la reacción que vaya a tener al ver a mi mamá vestida como una carcelaria.
—¿Lili Ann va a ir?
Me extraña su pregunta.
—Estas empezando a preocuparme por tu matutina obsesión con mi hermana —me rió y solo por fastidiarlo me atrevo a confesar lo que alguna vez me dijo en su estado más bajo de adicción —Alguna vez me dijiste cuando estabas borracho o drogado... no lo recuerdo, que te gustaba.
—Eso fue antes —se retracta y niega —La admiraba, ya no.
—¿Ya no? —Cuando se queda callado y prende el cigarro, que por el olor que empieza a emanar supongo es marihuana, continuo —Yo si la admiro y mucho, siempre lo he hecho y ahora más que antes. ¿Quien no lo haría? Lili es muy buena en todo.
—Bien, pues bien por ti y suerte con seguir haciéndolo. —Dice con brusquedad sacando una cantidad importante de dinero de su bolsillo.
—Te pones más insoportable en las mañanas ¿Sabías? Dios son las siete treinta y cinco ¿no desayunas? Vas a tener cáncer a los veinticinco si sigues desayunando esa nicotina, humo y alcohol.
—Podrías evitar quejarte del humo si estuvieras con tu querida tíita Gloria.
Pongo los ojos en blanco cuando escucho el nombre de esa mujer. Es una pesada. Las primeras tres semanas estuvimos bien pero después quiso tratarme como su esclava, Jessi limpia esto, lava los platos, lava la ropa, barre, sube y lava el trapeador, trapea, saca las hojas del jardín, haz algo y bla, bla, bla... una lata, de verdad mi vida es una pesadilla. Debo estar escondida en el baño una hora para poder usar el celular o de lo contrario la mujer entrara a mi cuarto sin tocar volviendo a repetirme que debo limpiar y que soy una floja...
Aquello se lo había contado exactamente a Alys y al el en el colegio y ahora solo lo usa para fastidiarme.
He pasado la noche aquí los dos últimos días.
—Esa mujer es amargada y una quedada que quiere desquitarse conmigo por quien sabe que... lo peor es que de verdad me hace sentir como si fuera una floja ¡pero no lo soy! Estudio muy duro, es mi último mes en el instituto y ¡y Lili Ann le esta pagando cada cosa que hago! Mi tía cree que esta haciendo una obra de caridad pero mi hermana le consigna a su cuenta de nequi cada puto día y no es poco ¿eh? Hasta el aire que respiro dentro de esa casa vale oro. Detesto a mi tía Gloria.
—¿Enserió debo volver a escuchar tus quejas? No soy un psicólogo Jessi.
—Lo se, tienes más pinta de criminal que de psicólogo —Cuando digo eso me mira mal pero se pasa el dedo por la lengua y separa billete por billete volviendo a contarlo —¿De donde sacas ese dinero?
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Sirvienta del vampiro
VampireLili Ann, estudiante de derecho, lucha en el bar todos los dias por mantenerse a si misma y pagar sus estudios. Ella nunca sale a fiestas, nunca bebe y nunca esta fuera de casa hasta la madrugada. En cambio, trabaja todos los dias despues de la escu...