Capítulo 18

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Harry

—La dirección, el proyecto, la tarea del viejo calvo... ¿lo recuerdas?

Tan pronto como cortó la llamada mire el teléfono con una media sonrisa, pero pronto mis ojos detuvieron las actividades hacia mis dedos, han perdido el color y estan blancos, y la comisura de mi boca esta seca junto con mi lengua sedienta.

Por instinto miro el otro lado de la calle, ahora una mujer esta pasando por la siguiente acera. Su olor se siente alrededor del aire y mis ojos pueden captar sus venas a través de la piel, los recursos de sangre poco a poco están bajando de mi cuerpo y necesito un depósitario.

Mi cabeza comenzó a doler y mi cuerpo sólo fue capaz de empujar mi espalda contra el coche. Cierro los ojos apretando el puente de mi nariz.

Doy un paso largo hasta la cajuela del auto tratando de levantarla con fuerza.

Era consciente que no podría tomar a la mujer en el momento y succionarla hasta volver a restablecer mi cuerpo con su sangre. Eso seria algo estupido y apresurado cuando habían decenas de personas en la calle y en los restaurantes cercanos.

Cerré la cajuela en el instante en que tomé la nevera portatil y con dificultad entre y cerre de un portazo en el auto. Con mis dedos entumencidos logre marcar el mismo número por el que tomé a Lili anoche.

—No e podido salir de casa, sólo espera diez más....

—Hay un problema y ya no tengo tiempo. Sera después de las cinco o seis, esta tarde. — hable seriamente moviendo mis manos hacia la parte trasera donde había puesto la pequeña nevera portátil en caso de esta clase de emergencias.

 — hable seriamente moviendo mis manos hacia la parte trasera donde había puesto la pequeña nevera portátil en caso de esta clase de emergencias

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—¿Qué? ¡No! La mas interesada en terminar esto de una vez soy yo, no voy a esperar hasta la seis de la tarde.

En ese momento abri la tapa, la aguja salió enseguida. Tomé una de las geringas rellenas de sangre y lo inyecte directamente en mi antebrazo, y mientras los hilos de sangre corrían sentía como los niveles sanguíneo aún eran insuficientes.

—¿Hey? ¿sigues ahí?

—Lili Ann... —la aguja salió dificultuosamente y manchada de mi sangre casi negra y coágulada, tuve que tirarla en el asiento vacío. La siguiente la enterre con más fuerza — las cosas se hacen a mi manera, y si no te gusta, es simple, no lo hacemos. Te recojo antes de las seis, te estaré esperando a unas cinco calles adelante de tu casa en la tarde.

Ella simplemente volvió a colgar furiosa.

Tan pronto como llegue a casa incerte una de las bolsas sanguíneas en ambos brazos. Si mis niveles de sangre humana siguen así tendré que matar a alguien.

Lili Ann

~Horas después~

Ese imbécil. ¿Porque debía cancelar a último momento? Cuando el reloj marco siete minutos antes de las cinco mi celular vibró, no era necesario contestar, mire tantas veces su número en mi registro de llamadas que ya lo sabía de memoria.

Sirvienta del vampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora