Sirvienta del vampiro

Capítulo 28

Sus dedos tocan cuatro veces la superficie de la mesa de la oficina. Harry Hemmings se reclino sobre la silla del escritorio de su padre, levantando perezosamente los papeles del negocio, porque mientras el gerente principal (Sebastián Hemmings) esta en una reunión en otra ciudad del país Harry es el encargado. Cuando sus ojos determinan todos los archivos profesionales para implantar la firma de los socios y abogados deja a un lado el trabajo y piensa en las dos noches anteriores, cuando llegó en medio de la noche a la cabaña. Sus dedos tirando del cuchillo mientras le ordenaba al licantropo una y otra vez que hablará donde y en que momento podría aparecer Gnatovich pero el tipo aún no ha abierto la boca. Incluso sin duda la sangre negra que corría por sus yemas no fue suficiente para hacerlo confesar. Cuando su mente se cego pensando el plan junto con su clan para el híbrido su mirada se oscurecio ansiando la sed de sangre. Una tortura que implicaría cortar pedazo por pedazo de la piel del híbrido con un hacha hasta que hablará, pero para eso aún podía esperar al menos hasta el viernes.

Porque así es Harry Hemmings, un vampiro frío y arrogante, ya que su cuerpo nunca siente culpa ni remordimiento por ninguno de sus actos por la simple razón de que los sentimientos no están en su ADN.

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Una vez que Lili Ann es la última en salir de la parada de autobuses toma el camino que es bastante rápido y entra fácilmente a la mansión de los Hemmings con su maletín aún repleto de los libros de Derecho y con su ropa habitual en vez de su uniforme, porque ella el día de hoy no viene a trabajar sólo viene para pedir su despido. Cuando entra al primero que ve es al chef Richard Seguidamente de Emma quien fue la primera persona que la recibió el primer dia que entró a esta gran casa, y Lili Ann se sorprende porque desde entonces el turno de Emma siempre termina una media hora o veinte minutos antes de que el turno de Lili comience.

Cuando se acerca, Emma la mira y le sonríe mientras cierra la llave del paso del agua porque ella estaba regando las plantas, —Hola Lili Ann ¿y tu informe? —señalo sus manos vacías.

—Lo que pasa es que probablemente.... —Pero su boca fue sellada en el momento justo en que vio pasar a Marta. Lili Ann dibujo una sonrisa incómoda —perdón Emma debo preguntarle algo urgente a Marta, luego te cuento ¿si? —Emma siguió con su sonrisa cálida y asintió cuatro veces mientras Lili Ann se acercaba con rapidez a la anciana que llevaba el uniforme.

—Lili Ann es tarde —fue lo primero que dijo Marta. Lili casi puso sus ojos en blanco, parece que decir eso cada que la ve se le ha hecho costumbre.

—Si... ¿Eh? Tiene razón Marta. Perdón, pero necesito algo primero —Marta fruncio el ceño y Lili continuó —¿el señor Hemmings?

—¿Qué pasa con el jefe?

—¿Dónde está?

—Fuera de la ciudad, no estará aquí por varios días.

—¿Y la señora Sanem? —pregunto suavemente.

—Lo mismo.

—Ashhhggg... —Lili Ann se quejo perezosamente —¿Qué hago, que hago?  tengo una carta importante para los jefes.

—Puede hablar con el señor Harry, cuando no está el señor Sebastián su hijo es el jefe.

Lili Ann casi se rió entre dientes molesta. ¿Porque deberían haber viajado justo cuando iba a renunciar? Esa mala suerte que se llama destino.

***

Cuando Harry reviso el último papeleo de negocios jurídicos se escuchó el llamado suave pero rápido de la puerta con tres toques y a los pocos segundos después fue abierta. Lili Ann miro para ambos lados, y Si. Lo confirmo. Sólo estaban ella y Harry y el cuerpo de Lili Ann no pudo evitar ponerse nervioso. Mientras que Harry seguía con su vista fija en el papeleo y nisiquiera necesito mirarla porque podía percibir ese característico olor a canela que para el era tan característico de ella.