Capítulo 10

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Harry

Mi cuerpo esta sobre el respaldar de la silla afuera del campus universitario, mientras inhalo lo que resta de un cigarro desecho. Cuando el humo se desvanece, aparece un olor perceptible y característico.

El cuerpo de Lili Ann se detiene a unas siete u ocho mesas más adelante. Con su falda violeta a cuadros negros y esa camisa cerrada color carbón. Mis ojos no pueden evitar mirar sus piernas, como un foco de atención, hasta que ella tira su maleta y se sienta juntó a la chica estúpida que nunca entiende las clases y la otra castaña de nombre Kimberly... Creó.

Mueve un poco sus labios mientras les sonríe a ambas direcciones. Prendo otro de los cigarrillos. Las dos chicas que ahora me dan la espalda mueven las manos, explicando algo.

Cuándo ella responde finalmente gira hacía mi dirección dándose cuenta de mi mirada. Su reacción es la misma que hace dos días, la sonrisa desaparece. Palpa la mesa y parpadea unas cuantas veces ignorando lo que acaba de suceder.

La primera vez que la encontré con ese uniforme que en ninguna otra empleada habia percibido como sexy y ese cabello desordenado me sorprendí. No lo voy a negar. Pero es una de esas sorpresas satisfactorias, de esas que sabes que puedes aprovechar. Sin embargo, despues que Lili Ann se fue quede terriblemente insatisfecho.

Esa noche, conduje casi con desesperación hacía uno de los clubs nocturnos más populares de la ciudad. Hablé con el dueño y busque una foto de ella en Facebook... le ordene una chica que fuera exactamente igual a Ann o al menos con sus características similares.

Cuándo pase por una de las habitaciones George, el dueño, me entregó a una mujer con un vestido cortisimo y trasparente que dejaba al descubierto su gran trasero. Sus pezones incluso eran visibles. Apenas la puerta se cerró la tome por ambos lados de la nuca y la pegué contra la pared.

Pero su cabello no era tan suave o brillante como el de Lili Ann, mirar su piel no hacía sentir mi boca agua, y su olor no era ni un poco parecido a Lili Ann... ¿donde esta esa sangre dulce mezclada con el olor a canela?

No hay. No existe... porque simplemente ella no es Lili Ann.

No.

Esta prostituta cara solo huele a colonia barata.

Cuándo estaba por sacarla, ella me tomó de los hombros —Hola cariño, —dijo más tardé, tirándose sobre la cama y mordiendose los labios —escuché que quieres follarte a una chica. Si quieres puedes cerrar los ojos e imaginar que soy ella.

—Eres una verdadera perra, ¿eh? —ella mostró una sonrisa y asintió varias veces. Apoyando los brazos en el respaldo de la cama.

Mi cuerpo se acercó nuevamente, rozando mi palma contra su piel. Su olor es sucio y metálico pero al menos puedo intentar imaginar que es Lili Ann. — no hables, solo gime como si fueras ella.

El recuerdo se desvaneció con el último humo en el aire. Lili Ann fruncio el ceño dejando de hablar, le sonreí levemente y ella casi me apuñalaba con su mirada.

En ese momento me pregunté como se sentirá extraer toda su sangre. Hasta que toda abandoné su cuerpo y sus venas. Guardarla y beberla únicamente yo.

No pude evitar mirar esos labios, tan tentadores incluso desde la distancia. Rosados, palpables... un segundo después me llega a la cabeza todas la veces que esa boca me ha llamado Bastardo. No me preocupo, Lili Ann tiene razón, puedo ser  un bastardo... Aunque casi todo el que ha llegado a conocerme me ha llamado hijo de puta.

Ella es bonita pero no la quiero para mí, solo quiero usarla y usar ese cuerpo, hasta sacearme y quitarmela de la cabeza. De igual forma que lo hice con su hermana.

Lili Ann mira a sus amigas y luego asiente, se encoge de hombros y se levanta de la silla. La miró desde lo lejos y me paro de mi asiento.

Tercera persona

Lili Ann camina con rapidez por la instalaciones universitarias. Las clases comenzaran en alrededor de unos 25 minutos y se siente un poco más aliviada después de conversar con Kim y hablar con Ruby sobre su nuevo empleó, y la razón de horarios por la que debe dejar el bar. Para su sorpresa su amiga no se molesto por dejar su trabajo, al contrario, ambas le dieron la felicitación.

Aunque Lili Ann omitió ese detalle de que: el padre, la madre y Hemmings ahora son mis jefes.

Eso ella no lo dirá. Ya esta decidido, ni a sus amigas, ni a su hermana ni a nadie. Ahora mismo eso no tiene importancia.

Mientras tanto Harry camina con seguridad. Antes de mover el pomó huele a través de las puertas. Solo percibe esa sangre dulce con toques de canela, sabiendo que no hay nadie más. Sin dudar empuja la puerta con el letrero de "mujeres" pegado. Encontrando a una chica que no era otra mas que Lili.

Los ojos de ella estan clavados en su reflejó mientras sus manos sostienen el labial con el que se maquilla.

—¿¡Otra vez!? —dice Lili Ann aun de espaldas, solo mirándolo a través del gran espejo.

Harry recosto su espalda contra la puerta, cerrandola en el proceso y cruzandose de brazos, con esa sonrisa cínica de siempre —¿Siempre estas de mal humor, mhm?

Lili Ann terminó lo que estaba haciendo. Confrotandolo por primera vez ese día.

—Tu presencia es la que me pone de pésimo humor...

Sus ojos se abrieron cuándo lo vio acercarse.

—¿Sí.....? No me digas... —Hemmings se rió entre dientes, especialmente cuándo la expresión de Lili cambió al asombro. El es bueno descifrando personalidades psicológicas. —En mi caso en distinto, me dejaste así desde la última vez... —el, siendo un bastardo burlón, deslizó sus manos por su espalda hasta caer en su trasero. Ella quedó atónita y rígida —porque con ese uniforme... Joder —Lili Ann sintió su piel de gallina. —aunque así también te ves muy buena.

Pasó sus dedos fríos por la superficie de las caderas cubiertas de Lili. Mordiendose el labio y terminando por acorralarla contra el lavamanos. Inclinandose tomo sus labios dulces. Sus dedos se perdieron en los mechones suaves atras de su cabello, obligandola a inclinar su cabeza y casi gritar de sorpresa, cosa que Harry aprovechó, sintiendo su lengua tan tibia y haciendo que el cuerpo de Lili Ann se electrizara.

—¡¡Ya!! —ella gritó, volviendo a la tierra y tratando de apartarlo. Pero Harry fue más rápido, no puede apartarse, no después de tener ese cuerpo tan cerca y ese olor a sangre aún más tentador.

La giro por la cintura, y con sus dedos helados sostuvo sus mechones, con cuidado de no hacerle daño; obligandola a mirar su propio reflejó. Ella hiperventilo y el pego sus labios a su mejilla. —Mírate Lili Ann... jadeando... seguramente quieres que te toque...

Entonces él solo gruño, acariciando suavemente su muslo hasta convertirse en una caricia sensual, entrando por su falda.

—Mhh.. —Lili Ann suspiró apretando los labios. Con varias respiraciones agitadas sintió los dedos cada vez más cerca hasta que...

Bastardo!!!!

Un grito en su cerebro removió su cabeza. Moviéndose y recordando con que clase de hombre estaba tratando. Las manos de Lili Ann tiraron de su pecho tratando de empujarlo, pero era Harry es como una piedra.

Ella fue quién terminó en el piso.

—Luego terminamos esto Lili Ann.... en mi casa.

Eso fue asqueroso

Trato de convencerse a si misma..

Pero...

¿Porque sentía que solo se estaba mintiendo?

Sirvienta del vampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora