Capitulo 57

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TERCERA PERSONA

El día se pasa tan rápido que para cuando menos Lili Ann se da cuenta las personas ya han llegando; Emma arregla una ultima vez lo mejor que puede los centros de mesa mientras Marta pone hielo dentro del dispensador de cocteles y Richard seguramente este corriendo de acá para allá por toda la cocina.

—Estas muy retrasada Ann —Le informa Marta detrás apenas Lili termina de poner los velones blancos dentro de las copas como decoración.

—Ya se, ya se. Perdón... no más un momento..., —Medio forma palabras atareada mirando cada tanto a la gente acercarse de a poco a las mesas.

—Hey... hey allá — le dice uno de los trabajadores contratados mientras esta parado en lo más alto de la escalera cuando este termina de ensamblar la última extensión de luces alrededor de la madera fina que decora un techo que permite ver la oscuridad del cielo que ahora está repleto por estrellas. Lili asiente cuando el hombre le señala con la cabeza el toma corriente al otro lado pegado a la pared trasera de la casa y lo pega al enchufe. Miles y miles de extensiones blancas decoran todo el lugar, ambas, Emma y Lili, se apresuran encendiendo cada vela de las mesas con el encendedor.

—Se ve muy bien... —Emma se jacta y antes de que Lili Ann le de la razón se acerca Marta aplaudiendo a sus espaldas admirando la vista.

—Quedo muy bonito chicas,... lo hemos hecho muy bien, —Sonríe la mujer mayor con sus ojos pegados en la decoración.—Felicidades... en especial a usted señor, hizo un muy buen trabajo... —lo alaba cuando el hombre se baja de la escalera pero este ignora su cumplido y se mete el tabaco en menos de un segundo en la boca.

—Si lo que diga pero ¿quién se encarga de darme mi plata? Quiero largarme a casa ya —Le arrebata el encendedor a Emma e inhala una buena cantidad de humo del tabaco.

La anciana queda sorprendida por la respuesta tan cortante mientras Lili Ann hace un esfuerzo sobrehumano por no reírse de la reacción de la anciana.

—Ehm... si Lili Ann... —Marta la mira descolocada señalando al frente —Por favor llévelo... a eso.

Lili no se repara mucho en Marta y gira a la dirección en que el dedo de la mujer señala, de repente su sonrisa decae cuando se vuelve a encontrar de frente con Sebastian Hemmings. Un leve miedo le invade el pecho, ayudar y organizar el evento fue muy bueno después de todo porque fue una excelente excusa para mantenerse alejada de cualquier miembro de la familia Hemmings... ¿pero ahora que?

—Es para hoy... —Se queja el tipo tirandole todo el humo que puede en su cara.

—Y puede ser para mañana o para nunca si no se calma con el cuento de su "plata" —Le advierte y camina a paso apresurado para que el trabajador la siga desde atrás. —Señor Hemmings... —Su voz se corta cuando vuelve a sentir la presencia del hombre al lado de su hombro —Ya el señor... —se calla haciendo un esfuerzo sobrehumano por recordar su nombre —...Lare termino su trabajo y necesita lo más pronto posible su paga.

Lare asiente dejando de fumar un segundo por respeto al patrón.

Las voces alegres, risueñas y una que otra charla se escucha de fondo y Sebastian no pierde mucho el tiempo en pagarle hasta que el hombre le agradece y se vaya, Lili Ann trata de alejarse también pero su jefe vuelve a hablar.

—¿Te quedaras más tarde esta noche, Lili Ann?

Se cruza de brazos y los nervios de ella comienzan a crecer otra vez.

—¿Tarde señor? ¿Qué tan tarde?

El reloj marca las nueve eso significa que aún tiene dos horas más de trabajo... sin embargo ¡¿el le esta pidiendo más tiempo?! ¿Es enserió? ¡¿Más tarde?! De por si las once ya es muy tarde.

Sirvienta del vampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora