Capítulo 11

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Hoy tuve suerte.

Hemmings no se apareció en la mansión en ningún momento. Miré el reloj en mi muñeca izquierda; ya eran alrededor de las 11:15 tomando el último autobús. Si me lo preguntan diré que caminar las calles a estas horas es peligroso, muy peligroso, pero supongo que en estos alrededores hay tanta vigilancia personalizada en cada residencia que te hace sentir un poco más tranquila.

Mírate Lili Ann... jadeando... seguramente quieres que te toque.

Sus palabras de esta mañana vinieron de golpe sobre mi cabeza cuándo el bus paro frente a la segunda avenida.

Ese bastardo se tiene tanta confianza que es increíble.

Subí las últimas gradas e inmediatamente después fui recibida por la sonrisa de Joshua, el portero, un hombre de 46 años quién me acompañó hasta la puerta. Cuando introduje las llaves el se despidió, teniendo de frente la imagen de Jessi acostada sobre el sobre el sillón.

-Nunca te despegas de eso ¿ah? -pregunté refiriéndome al celular.

-Primero que todo: buenas noches -contestó remarcando lo último en broma y apartando sus ojos de la computadora entre sus piernas.

Me acerqué besando su mejilla antes de sentarme y arrebatar su yogurt.

-Cuidado Lili Ann... te ahogaras más tardé -ella bromeó por la forma en que tomaba tan apresuradamente la bebida de fresa -¿conseguiste otro trabajo? -preguntó mirando el nuevo uniforme.

-Es cosa de medio tiempo...

Ella asintió y volvió a teclear en el computador -¿Quiénes?

-No lo se. No los conozco. -mentí tan rápidamente mantener la mirada tranquila.

Aún tengo el recuerdo fresco en el que prometía a Jessi nunca más acercarme a Hemmings.

No debería sentirme tan mal. Esta es solo una mentira piadosa.

-¿Y Ruby?

Jessi se me acercó, apoyando su cabeza sobre mis piernas con sus ojos aun puestos ahora en su celular.

-Esta bien, supongo que pronto conseguirá otro en el bar.

-¿En que dirección trabajas?

Ya. Si Jessi sigue interrogando así, terminaré confesandole que trabajo para los Hemmings.

-¿Porque tu puntuación es tan baja? -le pregunté, tratando de salirme del tema y recordando las calificaciones que recibí esta tardé en mi correo.

Ella se encogio de hombros.

-Bueno Jessi. Solo ha sido un primer periodo difícil, más tardé en el segundo tienes que mejorarlo.

-No prometo ser el mejor promedio. Lizzy siempre ocupa el primer lugar; pero quiero volver a clases desde mañana.

-¿De verdad? -respondí también con una sonrisa grabada en mis labios.

-Quiero que todo sea como antes, se bien que cometí un error estúpido, Pero llorar no devolverá el tiempo ni tampoco mi virginidad.

Mire el reloj y me puse de pie. Ella ahora tiene una pequeña sonrisa en sus labios -. Y aquí estoy yo para apoyarte.

¡Ahg!

A mi mente volvieron pequeños flashes del bastardo metiendo sus dedos bajo mi falda.

Me siento tan hipócrita... y con mi propia hermana.

-Lo amo. Lo amo como no te lo imaginas, pero el me hizo muchísimo daño -un mal sentimiento mezclado con culpa y remordimiento cruzo por mi estómago.

Sirvienta del vampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora