La clase quedó en silencio. El maestro la observa con una mirada inquisitiva, pero los pensamientos de los últimos acontecimientos y las últimas coincidencias envuelven totalmente a Lili Ann.
—Este silencio ya aburre —. La ansiedad apareció en el rostro de Lili cuando Harry se paro de su asiento, caminando a paso tranquilo hasta su lugar —¿pensamos Lili Ann? —preguntó él chico, quien ahora estaba apoyando ambas manos sobre su escritorio.
La boca de Harry era tensa y su porte accidentalmente arrogante..., asi lo veía Lili Ann, es más, asi lo veía todo el mundo, pero nadie se atrevía a decir nada.
Cuándo Lili pudo apartar la mirada de sus ojos hipnóticos, bajo la mirada, observando como el area de su cuello ahora estaba limpió, sin una sola marca. Solo una piel blanca y palida como la leche.
¡¿PERO COMO...?!
MALDICIÓN....
—Me voy a volver loca —Ann susurró en el segundo exacto en que Hemmings se acercó al estrado, mirándola desde su puesto con una mirada perezosa.
¿debatir? Hoy no puede, y menos con el bastardo.
Se levantó de su puesto y caminó con rapidez fuera del salón.
El ambiente del salón el día de hoy parecía enfermarla.
—¡Lili Ann! — escuchó el grito del maestro desde la parte de atrás, pero Lili Ann lo ignoró, al contrario, caminó un poco más rápido, hasta terminar con la espalda fuertemente recostada contra la puerta de universidad.
*Seguro a la puerta*
Miró hacía todas las direcciones dándose cuenta que el baño solo era ocupado por ella.
Se miró al espejo, ella misma se sorprendió de su imagen tan aterrorizada..
Sus marcas, los sueños húmedos, la sangre coágulada que aparecía y desaparecia y ahora el sueño de sus labios lamiendo su cuello, la cuál, apareció justamente en ese mismo lugar y que minutos después volvió a desaparecer de su piel como si nunca hubiera visto nada...
¿Algo estaba ocurriendo con su cabeza? ¿de ahora en adelante debería asistir a Psicólogo? O ¡peor aún! ¿un psiquiatra? O si seguia por el mismo caminó estaba segura que debería encerrarse en un manicomio o alguna cosa por ese estilo.
Harry Hemmigs la estaba trastornado, traumando, hasta enloqueciendo... y sin la necesidad de mover ni un solo maldito dedo.
No es real...
¿Segura?
Lili Ann abrió el grifo de llave con fuerza, bebiendo un poco de agua...
Lo quiero. Lo amo de verdad, pero el me hizo muchísimo daño. Me marcó para siempre.
Cuándo las palabras de Jessi se repitieron en su cabeza ella cerro el paso de agua y comenzó a sentirse enferma internamente.
Encerrarme en el cuarto no devolverá el tiempo ni mi virginidad.
Lili no pudo aguantar más, abrió una de las puertas de los baños con fuerza y se arrodilló en al suelo, con sus manos apoyadas a ambos lados de la taza del inodoro.
Será la ulitma vez que haremos esto, las próximas veces será cuando estes plenamente consciente.
Fue lo último en su mente antes de vomitar todo el desayuno de la mañana.
Asqueroso...
Pensó cuándo se paro jalando la manija del inodoro.
...
Harry se dejo caer en la silla del estrado después de la salida, que el calificaba como un "show de teatro barato" por parte de Lili Ann.
—Pienso que más que eso, se debe saber manejarlo como quieras, Asi como funciona el mercado normal, es cosa de tener seguridad de uno mismo... — fue lo último después de la larga explicación Harry. —¿Alguna pregunta?
Ruby levantó la mano —¿puede explicar otra vez? Me perdí en la última parte...
¿Ves porque digo que es la chica estúpida de la clase?
Se dijo Harry a si mismo, tratando de llenarse de la paciencia para poder tratar a esas personas.
—Creó que es un poco complicado, manejar un caso es mucho mas complejo que manejar el mercado, porque el derecho pertenece al gobierno.
La pregunta era del chico de atrás.
—¿No puedes manejarlo Jeison? —el brazo de Harry se sostuvo del reclinatorio —creo que es más fácil de lo que parece. Es simple. Dale el atractivo de que tu cliente es quién tiene la razón, sea culpable o no, como en un mercado de pulgas. Con un poco de seguridad y manipulación lo complejo se puede convertir en algo muy fácil. Como un buen vendedor con estrategias publicitarias, nunca lo rechazaran, ¿verdad?
En ese momento la puerta se abrió de golpe.
Lili Ann limpió su boca con la manga del saco y entró al salón. Su cara se ve pálida y sus labios estaban muy secos.
Por su parte, Hemmings nisiquiera se molesta en mirarla, y solo se baja del estrado hasta dirigirse a su asiento.
Una mañana de infierno con Hemmings pero ¿que pasará ahora en la tarde?
Decidió eliminar cualquier idea de lo que había visto y ocurrido y decidió seguir pensado que era fruto de su imaginación.
No es real.
No, no lo era...
Imposible.
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Sirvienta del vampiro
VampireLili Ann, estudiante de derecho, lucha en el bar todos los dias por mantenerse a si misma y pagar sus estudios. Ella nunca sale a fiestas, nunca bebe y nunca esta fuera de casa hasta la madrugada. En cambio, trabaja todos los dias despues de la escu...