Capítulo 95

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—¡¡Muchas felicidades!! —dijeron los dos ancianos de nombre Joe y Shinlin al unísono. —¿No debería tomarles alguna foto como pareja recién casada?

—Si, ambos son tan guapos que serias un desperdicio no tomarles su primera foto casados —dijo el anciano dándole la razón a su esposa.

Mire a Harry de reojo protestante. Recordé el momento en que de camino hacia aquí mi hermana me estaba llamando sabría Dios con que fin y Harry termino arrebatando mi teléfono hasta tirarlo en medio de la carretera y el momento justo en que como venganza hice lo mismo con su teléfono.

Las manos de Harry acariciaron mi cintura tomándome posesivamente.

—No somos muy amantes de los celulares —contesto el. Di un fuerte suspiro.

—Oh, no se escucha mucho de eso por parte de los jóvenes como ustedes hoy en día, permitanme un segundo —dijo el anciano sacando un celular hasta tomarnos la foto —muy bien, quedaron muy bien.

—Es normal, son ustedes muy guapos —. Alago la mujer. Yo me reí mientras Harry los miro seriamente. Como el típico amargado que es. Una de las características que extrañamente más amo de el.

—Más tarde imprimiremos la foto, como regalo de testigos de boda. Ahora si nos permiten debemos irnos antes, pero muchas felicidades, les deseamos felicidad eterna. En unas horas volvemos am hostal.

Dijo la mujer.

—¿se van? ¿Tan pronto?

Después de una pequeña despedida se perdieron en la carretera con su auto azul desgastado. De repente siento que Harry pone sus manos en mi cintura y después lo miro, su rostro serio lentamente ae convierte en una media sonrisa. En una media sonrisa que solo me da a mi, sus dedos suben desde mis codos por toda la piel de mis brazos hasta perderse dentro de mi cabello y recogerlo en sus dedos hasta olerlo y acercarse a mi mejillas dandome cortos besos que acercan su fina mandíbula cada vez más hasta detenerse en la punta de mi oreja, justo en aquella zona tan pero tan sensible, mi lóbulo.

—¿En que estas pensando?

Decido romper el silencio, porque su intimidante e intensa mirada se vuelve el triple de envolvente e intensa cuando están sobre mi en el absoluto silencio.

—En que finalmente eres mía —acaricia mi cabello hasta tirar de el y acercarme a su pecho —realmente mía.

—Pensé que siempre lo había sido.

Le sonrió. Sus labios besan los míos pero me ha tomado tan desprevenida que cuando se separa parpadeo.

—Y así es, pero por fin eres la señora de Hemmings. —Finalmente se acerca y me preparo para que me bese. Es uno apasionado y tan salvaje que siento su lengua sobre la mía, sus palabras me han dejado con las rodillas temblando y me sostengo de sus hombros. No importa que estemos a 5 grados, el calor abrazador de mi pecho hace que todo se sienta más cálido. Como un hogar.

Me separo de el casi de un jalón bajando las escaleras mientras me recojo el vestido, el piso está lleno de nieve y el mar está muy a lo lejos viéndose, a pesar de que es como estar literalmente en una nevera cruzo la calle con una emocion a flor de piel que nunca había sentido, estoy tan feliz que quema, nunca lo había estado, es la primera vez que lo experimento y es muy extraño. Me quito las sandalias. Escucho los pasos de Harry a mi espaldas y me detengo cuando lo único que separa mis pies del mar es la arena mojada, una mezcla de lluvia y nieve que la hace poco consistente pero no me importa, el sonido del mar me relaja.

—¡Amo Kąs! ¡Amo kąs más que a nada! —Doy una vuelta hasta que Harry se me acerca.

—Yo te amo a ti.

Sirvienta del vampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora