—¿Se puede saber en que piensas tanto? —dijo Ruby, poco después de que abriera la puerta, con su delantal mojado.
—Nada... —ella se inclinó, quien ahora me estaba mirando directamente. El ruido de las voces de los clientes empieza a llegar.
—Bueno... desde el momento en que te encontré en ese pasillo parece que hubieses visto al mismísimo Satanás.
Casi.......
—Escucha... puede que suene raro... pero ¿haz tenido alucinaciones recientemente?
—¿Eh?
—Ya sabes, ves cosas, sientes cosas, ves algo raro y cuándo vuelves a mirar hacía allí es como si desapareciera... —Ruby dejo de mirarme y se centró en preparar las siguientes bebidas. Negando automáticamente —... supongo que estoy paranoica.
—Seguramente... —sus manos me entregaron dos cócteles, uno de mojito y otro de caipirinha. —Debe ser tanta tarea, tu y yo sabemos más que nadie que la facultad de derecho es pesada... a mi me han dado unos dolores de cabeza que ni te imaginas, son los efectos secundarios de matar nuestras pobres neuronas.
Ella se ríe pero yo no puedo hacerlo. No puedo evitar pensar que lo que últimamente esta pasando en mi vida es todo menos una broma.
—Hmmm... supongo que tienes razón.
Ruby sonrió ampliamente cuándo vio dos chicos pequeños acercarse a pagar en la caja.
Creó que tomó mi pregunta menos enserio de como pensé que lo tomaría.
Caminé con las bebidas alcohólicas ocupadas en mis manos. El bar de Ruby es pequeño pero bonito, con decoraciones en madera, grandes ventanales con vista a las calles de esta linda ciudad y focos amarillos pegados al techo.
Mi ánimo bajo automáticamente después de saber quién eran los dueños de estas bebidas. Es Jimmy y su mejor amigo Matt, compañeros de clase. Los puedo describir como: detestables.
Preferiría mil veces que jamás se hubiesen enterado de la ubicación de este bar.
—Pero mira que tenemos aquí... —medio silbo Jimmy, dirigiendole una mirada a su amigo. —Ann... nuestra chica trabajadora...
—Puedo darte un buen polvo si quieres...
Casi tiré las bebidas sobre su mesa. Odio a estos tipos. Unos idiotas que no tienen nada mejor que hacer que decir cosas sucias... aunque si hubiera una competencia como el patán más asqueroso, definitivamente el bastardo les ganaría un millon de veces.
—Cierren la boca si no quieren salir de aquí con el ojo morado.
Se miraron cómplices con un par de sonrisas.
Así que básicamente sus padres son personas ricas y empresarios, por tal razón, en el dia no tienen nada mejor que hacer más que venir hasta un bar a acosar a su compañera de clases...
—Entonces ve y haz tu trabajo Lili Ann... —murmuró uno de ellos, con sus ojos pegados en mi cara.
Tome varias respiraciones pesadas, mientras no puedo evitar poner mis ojos en blanco.
No Ann...
No voy a golpearlos...
No vas a golpearlos.
Solo respira y cuenta hasta diez
1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8....
Cuándo doy media vuelta siento un empujón justo abajo, en mi trasero.
—Cuándo quieras correrte... ya sabes... solo llámanos...
Repugnantes.
Las siguientes horas pasaron rápidas, el bar, que inicialmente estaba lleno, ahora solo estaba ocupado por ambas limpiando lo último. Me despedí de Ruby y caminé por la carretera iluminada solo por los pequeños candelabros callejeros. Mi mente no puede evitar pensar en todas las cosas extrañas que han pasado por mi vida.
Harry Hemmings...
Mi hermana y su virginidad...
Los sueños que se han sentido tan reales...
Las marcas en mi cuello...
Su descaradez...
Y básicamente todo lo que me ha estado volviendo literalmente loca...
Hasta que recordé el anunció del empleo. ¡Es cierto! La universidad y el trabajo hicieron que lo olvidará por completo, y ahora es tan tardé que no puedo llegar hasta ahí.
Mañana, día sábado, iré hacía esa dirección... espero que si lo que decia el papel era cierto, nadie más allá tomado el lugar de trabajo.
Esa noche por primera vez volví a dormír normalmente.
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Sirvienta del vampiro
VampireLili Ann, estudiante de derecho, lucha en el bar todos los dias por mantenerse a si misma y pagar sus estudios. Ella nunca sale a fiestas, nunca bebe y nunca esta fuera de casa hasta la madrugada. En cambio, trabaja todos los dias despues de la escu...