Capitulo 19

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Por fin encontré la llave de la puerta principal, estaba en la habitación de la señora Dimitrescu.
Ahora debo apresurarme en salir de aquí, la gigante al descubrir que sus otras dos hijas fueron también asesinadas a comenzado a descuartizar a todos los que considera mortales en el castillo.

Yo soy la única que queda o eso es lo que quiero pensar.

Camino en dirección de la salida cuidando no toparme con ella. Pero como siempre la suerte no está de mi lado.

Escucho sus pasos acercarse.

- Eres justo a quien quería ver - ¿cómo podré enfrentarme a una mujer de ese tamaño?, es imposible lo único que me queda es llegar asta la salida. Paso a un lado de ella esquivando sus ataques - Correr no te servirá de nada - me sigue desde atrás.

No puedo dejar que me atrape, pero es rápida.

Antes de que me dé cuenta ya me está pisando los talones, me giro para dispararle aún que se que no la dañaran las balas almenos puedo mantenerla alejada - ¿Eras tú?, ¿Toda la familia Dimitrescu fue extinta por una chiquilla como tú?, ¿con una simple pistola? - al decirlo acelera sus enorme pasos asta que logra alcanzarme, me toma de el cuello y me levanta.

No debo morir, no aún, le prometí a Miranda que regresaría sana y salva.

Tomo la daga y la clavo en su antebrazo, la mujer grita de dolor pero se niega a soltarme, de su otra mano hace crecer sus garras.
Antes de que intente rajarme con ellas me apresuro a seguir apuñalando su mano con la que me sostiene asta que finalmente me suelta lanzandome lejos. La miro sostener su mano adolorida. Mientras se queja, unas enormes alas comienzan a salir de su espalda.

No debería perder el tiempo esta es mi oportunidad de escapar.

Corro asta la puerta principal e introdusco la llave en la cerradura. Una oleada de alivio recorre todo mi cuerpo cuando está por fin se abre.

Salgo de el castillo sin mirar atrás.

Llegó a casa con un sucio uniforme de sirvienta, una daga con un veneno altamente peligro y una pistola sin munición.

- ¡Estoy viva! - grito de felicidad brincando y bailando por toda la casa.

Pase la prueba por hubo instantes en los que pense que nunca saldría de ese castillo de el mal.

No puedo esperar por ver la reacción de Miranda, la extraño tanto, solo han pasado unas semanas que no la veo pero fue una eternidad para mí.

Me quito los ropajes sucios y dejo las armas sobre la mesa.

Por fin en casa.

Espero que nadie más allá sobrevivido o lamentablemente tendré que hacer algo al respecto, ninguno de esos pueblerinos es digno de el amor de Miranda.

Me doy un baño y me visto, cuando salgo de el baño encuentro una nota sobre la mesa donde está el teléfono. La tomo, el papel está impregnado de el aroma de Miranda.

Aspiro un poco de el antes de leer.

Sabía que no me decepcionarías conejillo...
Espero que estés lista para la última prueba.

Con cariño Miranda.

Pero por supuesto que estoy lista, después de tantas veces que estuve al borde de la muerte ya nada me importa, que venga lo que tenga que venir. Miranda será mía.

°°°

Llego al laboratorio, para mí sorpresa no soy la única sobreviviente. Dos tipos lograron escapar también de el castillo, están terriblemente heridos pero aún así los dos imbéciles tuvieron en atrevimiento de venir.

Los miro con desprecio.

Miranda sale de sus aposentos y nos da a mi y a los hombres moribundos una cálida bienvenida con su dulce voz. ¿Pero por qué nos trata a todos por igual?, ¿Que no tenía una mayor preferencia por mi?, además yo e salido sin ningún rasguño de el castillo de esas brujas, merezco algo mejor que esos inútiles.

- ¿Has traído la daga contigo conejillo?.

- Emm...- me quedo mirando esos ojos que tan extrañe - Si aquí está - le entrego el objeto y cuando ella lo toma hago lo posible por que sus manos toquen las mías, cosa que pareció divertirle, pues gracias a eso pude volver a ver esa hermosa sonrisa.

Donna también se hace presente sosteniendo la carreola dónde está Eva durmiendo.

Nos hicieron entrar a los tres en la misma cabina de las pruebas anteriores y nos sentaron en unas sillas dónde nos ataron de pies y manos. Son las sillas de tortura que ví en el calabozo de el laboratorio.

Está vez es Miranda la que entra con nosotros a la cabina sosteniendo la daga.

- Esto va a doler - advierte antes de apuñalar a uno de los hombres con el cuchillo. El hombre se retuerce y grita de dolor sacudiendo la silla e intentando librarse de las ataduras, Donna se apresura a entrar también en la cabina sosteniendo una bandeja con tres jeringas que contienen un líquido con el color de el "cadou" que ví en el frasco. Miranda inyecta el líquido en el sujeto que acaba de envenenar. Este comienza a mutar asta convertirse en un lycan pero este es diferente - Que perdida de tiempo - dice antes de volver a apuñalar al sujeto asta matarlo. Se acerca al segundo y repite lo que hizo con el anterior consiguiendo el mismo resultado, entonces también se deshace de él y se que soy la siguiente cuando camina en mi dirección - Conejillo, esto lo haré por nosotras - acaricia mi rostro y besa mis labios antes de apuñalarme en el pecho.

Esto quema, es el dolor más grande que e experimentado en toda mi vida. Pero solo duró unos pequeños instantes ya que al inyectarme el paraíso cadou el ardor desaparecio por completo.

¿Que acaba de pasar?.

Miranda sale de la cabina junto con Donna dejándome sola y confundida. Ambas me miran desde afuera atraves de el cristal.

Mi cuerpo comienza a sufrir varios cambios asta convertirme en una especie de demonio (nota: ustedes imaginenselo como quieran).

¿Pero como voy a ser amada por Miranda con esta apariencia?. Mi cuerpo parece reaccionar ante ese pensamiento, entonces vuelvo a tomar mi apariencia original. Una simple adolescente.

Miranda ríe con felicidad - Bien hecho conejillo, eres perfecta has pasado todas las pruebas con éxito, ahora ven conmigo.

Fue tanta la emoción que empiezo a sentir en mi estómago que empieza a doler, esto no me hace detenerme. Vuelvo a mostrar la apariencia que e tomado con la mutación por qué así siento que tengo mucho más fuerza, la suficiente para romper las ataduras con tan solo un movimiento.

Una vez libre tomo mi forma humana y abro la puerta para rodear a Miranda con mis brazos, para aumentar más mi felicidad ella me corresponde gustosa sin ningún tipo de protesta por tocarla sin consentimiento.

Ella me a aceptado, estoy dispuesta a brindarle todo el amor que necesite lo mejor de todo es que ya no tengo ningún obstáculo.

Flor De AmapolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora