Capitulo 14

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Madre Miranda no me a permitido que vaya a casa y así es como estoy durmiendo junto a ella entonces, o estaba pues el llanto de la bebé nos acaba de despertar.

Miranda se levanta y toma a la bebé en brazos.

La miro desde la cama preguntándome qué debería hacer, ¿seguir durmiendo?, pero claro que yo no podría me sentiría muy apenada, yo estaría descansando mientras ella tiene que lidiar sola con el cuidado de Eva. Aunque siempre a sido así...
Se que no me pedirá ayuda por qué ya está acostumbrada a estar solo pero aún así no pienso quedarme en la comodidad de su cama, ya que estoy aquí me ofresco para lo que sea que necesite.

Miranda coloca a la bebé en la cama y la desenvuelve de sus cobijas.

Pañales es lo que necesita, pienso rápido, me levanto y me visto, busco con la mirada asta que reconozco una pañalera que esta sobre un sofá de la habitación.

Me apresuro a tomarla y ponerla sobre la cama al alcance de Miranda.

- Gracias conejillo - dice con su hermosa sonrisa después deposita un beso en mi nariz que me hace sonrojar.

Me quedo quieta obcervando como cambia el pañal de Eva, justo como yo hacía con mi hermano en los momentos dónde mi madre enfermaba.

Eva por fin se calmó y se quedó mirando en mi dirección con sus pequeños ojitos asta que su mamá vuelve a tomarla en brazos, la pequeña sonríe y toquetea los pechos de su mamá con sus manitas regordetas.

Miro en otra dirección haciéndome la distraída para que Miranda pueda alimentar a su bebé con tranquilidad.

Me entretengo estudiando la habitación, todo es muy bonito, parece que no tiene nada que ver con el laboratorio allá afuera. Obcervo los productos de belleza que están sobre es mueble del tocador, se ve que son productos costosos, en la esquina de el  espejo hay una foto más actual pegada de Miranda y Eva, es una foto a color y en está ella si se muestra como está vestida normalmente.

- Ven acá conejillo - me llama y voy de inmediato a dónde esta Eva y Miranda. Ella me indica que tome asiento a su lado en el borde de la cama, así lo hago. Ya se a cubierto el pecho con una manta mientras amamanta a la bebé - Se que tienes muchas dudas conejillo.

- Bastantes - digo algo frustrada.

- Todo se resolverá con el paso de el tiempo, solo ten paciencia - recarga su cabeza en mi hombro y cierra los ojos.

Siento como si ya fuéramos una familia. Sonrío ante la idea, pues estoy cien por ciento segura de que yo quiero ser quién se ocupe de brindarle amor a esta mujer y a su hija.

Al mismo tiempo cuidar de ellas, como no pude cuidar de mi madre y mi hermano.

Estoy dispuesta a esperar el tiempo que sea necesario asta que Miranda me una luz verde.

Miro de reojo a la diosa que descansa en mi hombro, se a quedado dormida, vaya que Eva le esta exigiendo demasiado.

°°°

Yo misma decidí quedarme asta el amanecer, pues siento que Miranda aún necesita de mi compañía aunque no me lo da a entender.

Ahora mismo estamos reunidas en la sala de estar, en dónde maté al hombre aquella noche.

- ¿Estás segura que quieres seguir aquí, Sorin? - pregunta la mujer que amo, acariciando mi cabeza.

- Segura.

- ¿No tienes animales que cuidar conejillo? - ríe al ver mi expresión de preocupación.

- Es cierto - lo había olvidado.

- Nos veremos en esta noche, Sorin - nos abrazamos de despedida. Pero no me vasta con solo un abrazo, Miranda al darse cuenta junta nuestros labios en un beso tierno - Te estaré esperando.

- Seré la primera en llegar - digo con determinación.

- Buenos días - entra por la puerta la mujer de la muñeca - Miren quien está aquí, el ratoncito de laboratorio favorito de madre Miranda - dice la muñeca al verme.

- Buenos días, yo ya me iba - digo antes de darle una última mirada a mi futura mujer y su hija.

Salgo por la puerta llendo camino a la salida de la cueva.

Presiento que está próxima prueba será la más complicada, pues sea lo que sea se trata de sobrevivir, no se a que pero será algo fuerte.

Espero que Miranda me tenga un poco de piedad, claro que estoy dispuesta a todo por ella pero por desgracia eso no me quitará el miedo de enfrentarme al peligro.

Flor De AmapolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora