Capitulo 161

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Al bajar de la montaña a la cuidad todo se ve decorado por lo que esto más que una fiesta parece un festival.

La ciudad está invadida, una gran cantidad de mutantes se han tomado muy enserio celebrar nuestra unión y por la nueva vida que Miranda a dado a este planeta.

- Mira eso mamá, hicieron un inflable con nuestras caras - dice Eva viendo por la ventana de la limosina.

- Que horror.

Había olvidado lo dementes que podían ser los humanos al alavar a sus dioses.

También había algunos letreros que decían lo siguiente:

"Dios es mujer".

Al llegar al lugar exacto de la fiesta, que sería la mansión donde nos vimos antes.

Bajamos de la limosina para abrir las puertas de nuestro hogar a nuestros invitados.

Han sido muy respetuosos todos, la humanidad ha cambiado considerablemente después de sus transformaciones. Normalmente una manada de gente emocionada hubiera hecho un desastre en el evento.

Mientras les damos la bienvenida Eva a puesto mala cara.

- ¿Que pasa mi pequeña Eva? - Miranda se agacha a la altura de la pequeña para verla directamente a los ojitos.

- Sus pensamientos son asquerosos...

- No los escuches - cubre sus orejitas con sus manos.

- No es broma mami, superan los pensamientos de Sorin.

Al escucharla toso atragantandome con mi propia saliva.

- Ignoralos tu puedes, recuerda que tú tienes el control.

- ¡Yo tengo el control! - Eva exclama tomando las manos de Miranda.

- Y vaya que lo tiene - pienso mientras sigo recibiendo a los visitantes, para después tener que cerrar las puertas cuando la mansión se vió demasiado poblada.

El resto seguirá celebrando afuera.

Entre los invitados se ven Rose y Mia. La primera charla con un chico y la segunda con mi madre.

- Mira mamá, ahí esta mi novia Rose - señala Eva al verla también.

- Ve por ella - la incita mi amada Miranda.

- Pero yo quería seguir jugando con Alcina.

- No la necesitas más, tienes a Rose.

- Si - entonces se retira dando bronquios hasta llegar con la mencionada.

La vemos ahuyentar al chico con una patada en los nobles y llevarse a Rose de la mano hasta la pista de baile.

- Todo un encanto...- susurro sonriente. Sigo obcervando a mi amada Eva cuando de repente siento los brazos de mi amada tomarme desde atrás, haciendo mi sonrisa más grande.

Y entonces los recuerdos de cuánto pase para llegar a este maravilloso momento se repiten de nuevo en mi cabeza, sintiéndome feliz de mis decisiones tomadas.

Pues es justo como lo pensé desde siempre, yo no podía separarme de mis diosas.

Tomo la mano de mi amada con el anillo y depósito un beso.

- Te amo - la escucho susurrarme.

Sin soltar su mano la llevo a un lugar algo apartado para besar sus labios rosados, demostrando todo mi amor en ellos, sintiendo esa descarga electrica que Miranda me hace sentir y que tanto necesito, el sabor genuino de sus besos, el tacto de su lengua junto a la mia.

Cuando empezamos la abrazo de la altura de la espalda y mientras ella me sujetaba la cara maneja todos los movimientos, conforme mi calentura aumenta bajo mis manos las paso por su tracero, sintiendo esas voluptuosas nalgas.

Cada par de movimientos separa su boca de la mia y pasaba su lengua por mis labios, en la mayoria de las veces aprovecho y atrapo su lengua con mis labios, la chupa y volvemos a besarnos otra vez.

Me separó un poco para acariciar su mejilla antes de seguir. Pero tuve que detenerme o terminaría devorandola a la vista de todos.

- Eres una provocadora - digo apretando sus glúteos con mis manos.

Mi amada simplemente ríe y acaricia mis labios con su pulgar antes de darme un último y pequeño beso.

- Volvamos a la fiesta.

Al regresar Eva ya no estaba con Rose y ahora se encargaba de robar los postres en compañía de mi hermano.

En cuanto nos vió dejo todo lo que hacía para venir a nuestra dirección.

- ¿Que esperan mamis?, la pista de baile es muy grande - Eva me arrastra con ella.

Al ver que Miranda no se ha movido de su sitio hace lo mismo con ella.

Y la orquesta comenzó a tocar más fuerte.

- Ya se que bailar no es lo tuyo amada pero haslo por nosotras.

- Lo haré - regala un beso en la mejilla a ambas.

- Gracias mami.

Entonces abriéndonos paso en la pista comenzamos a bailar junto con nuestra pequeña.

La fiesta continúa perfecta, con los fuegos artificiales sonando desde afuera.

Flor De AmapolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora