Capitulo 62

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Por la mañana Miranda había ido a la ducha ido a la ducha pero en vez de ducharse decidió darse uno de esos baños de espuma. Y se que va a durar bastante.

Por una parte, no quería separarme de ella después de lo que pasó a noche, pero se que ella quiere un momento a solas para despejarse.

Entonces aquí me encuentro, deleitándonos Eva y yo con la televisión mientras la alimento con el puré de frutas que está siendo constantemente rechazado por la pequeña.

- Eva, la leche de tu mamá no es el único alimento rico y nutritivo - esa ni yo me la creí.

Sobre todo recordando lo bien que se siente mamar de sus suaves y cálidos pezones.

Aún así sigo intentando meter la pequeña cucharada de puré en su boquita, pero ella la aparta con sus manitas.

Esto es imposible. Suspiro frustrada y miro el biberón sobre la mesa de café.

Consentirla un poco en sus caprichos no creo que sea algo malo, pienso tomando el resipiente y entregandoselo a la pequeña que lo acepta de inmediato.

- Serás una nena muy consentida - digo haciéndole mimos lo que desencadena tiernas risitas por parte de la pequeña.

Después de eso como siempre la ayudo a eruptar y la arrullo para que duerma cómoda. Permanezco un rato más mirando el televisor antes de ir a comprobar el estado de la madre.

En lo que entro en la habitación escucho como Miranda debe estarse levantando de la bañera atraves de la puerta de el cuarto de baño.

Dejo a la bebé en la cuna para acercarme, colocando la mano sobre la perilla.

¿Debería hacerlo?, aún no se que tanto puedo irrumpir en la intimidad de Miranda.

Pero mierda, con solo imaginarla ahí desnuda y mojada, mis latidos se ponen al cien y no me refiero a los de el corazón...

Al final termino alejándome, tomo asiento en el taburete frente a la mamá y me quedé obcervando la puerta de el baño que esta dentro de esta habitación esperando a que Miranda saliera.

No puedo esperar para repartirnos más besos como lo hicimos al despertar.

Pasaron alrededor de cuatro minutos hasta que Miranda abrió la puerta.

Ahí estaba ella semi desnuda con solo la bata de baño a medio amarrar mostrando parte de sus pechos y torso, con algunas gotas de agua resbalandose por su piel.

Trago saliva - Te ves hermosa - le dije desde mi lugar, notando poco a poco su sonrojo, nuestras miradas se encontraron y en menos de un segundo ya la tenía enfrente con su respiración chocando contra la mía.

Sin pensarlo dos veces la tome de los hombros para arrojarla contra la cama terminando de abrir la bata de baño mostrandome por completo la parte de enfrente de su cuerpo desnudo.

Ríe - Cuánta agresividad - dice con burla.

- Lo siento...- me disculpo avergonzada.

- No tienes que disculparte Sonrin, esa parte de ti también me agrada - dice lo último con picardía mordiendo de forma sensual su labio inferior.

Lo que activó mis instintos.

Me coloco frente a ella entre sus piernas y las levanto doblando sus rodillas, para tener un mejor acceso a su anatomía femenina.

En eso suena el timbre de su celular sobre la cómoda. Al acercarme pude ver que se trataba de Donna otra vez.

- Pásamelo cariño - asiento y se lo entrego a su mano extendida, contesta la llamada.

- Madre Miranda que bueno que tú eres quién responde, verás Moreau quiso saludarte pero fue Sorin quién respondió.

- No suelo estar muy pendiente de él celular - responde. Ella sigue en la misma posición.

Entonces aprovecho para ponerme de nuevo frente a ella, con mis ojos fijos en su precioso coño. Sus rosados labios brillando de la lubricación están abiertos, mostrándome su clítoris y su pequeño orificio vaginal.

Me esta, tentando demasiado...

Empiezo a acariciar su intimidad, froto su monte de Venus, provocando que se estremezca debajo de mí.

- Alcina agradece mucho el saludo de tu parte.

- Ahhh - gime y cierra los ojos al yo frotar su clítoris.

- M-madre Miranda...

- Sigue, sigue - jadea.

- C-como te decía...

La penetro con un dedo al mismo tiempo que froto su clítoris - Ahhh - tiembla de placer, arquea ligeramente la espalda y aprovecho el momento para lamer uno de sus pezones erectos.

- ¿Estas bien madre Miranda?... - la mencionada deja caer el celular de su mano y gime fuertemente, sus paredes se contraen sobre mis dedos y se corre.

Jadeo excitada.

Saco mis dedos de su interior y los lamo, es un sabor increíblemente dulce, entre todos los sabores dulces que he probado sin duda el de ella es el más es exquisito, probablemente el sabor con el que sigue ignotisandome.

- ¡Dios!...creo que llamare en otro momento...- cuelga.

Me acuesto a su lado y acaricio sus mejillas, nos miramos, ambas reímos.

- ¿Cres que vuelva a llamar?.

- Probablemente - se levanta para empezar a vestirse - Por cierto, iremos a Rumanía.

- ¿Los visitaras?, ¿Después de eso?.

Ríe - No realmente, es solo que, quiero mostrarte algo.

Eso me intriga tanto, ¿que abra de nuevo allá que yo tenga que ver?.

Flor De AmapolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora