Capitulo 31

951 107 28
                                    

Le temo a las tormentas siempre a sido así desde que tengo memoria por lo mismo es que no puedo dormir está noche. El sonido de los relámpagos y gotas de lluvia golpeando el techo torturan mis oídos.

Miranda sigue durmiendo tranquilamente a mi lado al igual que Eva en la cuna.

No debo despertarlas tengo que encontrar la forma de dormir pronto e ignorar la tormenta, pero está siendo muy difícil.

Rodeó con mis brazos la cintura de Miranda, juntando mi frente entre sus pechos buscando su calor, me sorprendo cuando ella me corresponde colocando su mano mano en mi espalda.

Levanto la mirada para comprobar que ella está despierta, pero no lo esta.

Vuelvo a la posición que estaba y cierro los ojos, lo suave y cómodos que son sus pechos me hace adentrarme de nuevo al mundo de los sueños.

Y así es como la noche paso como un parpadeo.

El llanto de Eva es lo primero que escucho antes de abrir los ojos, aprieto mi agarre en la cintura de Miranda sin querer separme de la comodidad en que me encuentro.

- Solo unos minutos más - digo en lo bajo con voz ronca.

- A levantarse conejillo - aparta mi brazo con delicadeza.

Aunque no quiero, sé que Eva nos necesita.

La veo alejarse se de mi para ir y tomar a la bebé en brazos haciéndole algunos mimos. Una escena muy tierna entre madre e hija.

Me levanto igual para preparar los pañales, toallitas húmedas y de más cosas para la higiene de Eva.
Al girarme Miranda ya se encuentra en el sofá alimentándola.

Mis ojos se desvían directamente a su pecho de dónde bebe Eva, deseando estar en su lugar.

Sacudo la cabeza intentando alejar estos pensamientos y mejor me dedico a revisar que no falte nada en la pañalera, ahora que lo recuerdo el otro día el biberón fue vaciado por completo.

- M-Miranda...- digo tímida.

- ¿Que ocurre?.

Le muestro el resipiente vacío a lo que ella me ordena que le entregué el estractor, así lo hago y me acerco con el objeto en manos.

- ¿Pero como lo harás si estás ocupada con Eva?...

- Por eso te tengo a ti conejillo - me sonrojo al escucharla.

Cálmate Sorin este no es el momento apropiado para pensar de esa forma. Trago saliva. Solo la ayudare a llenar el biberón otra vez.

Mis manos se acercan torpes asta bajar el tirante de su camisón de pijama liberando su pecho desocupado, mientras ella sigue sosteniendo a Eva.

Algunas risitas se escapan de sus labios al ver mi comportamiento avergonzado y tímido ante la situación.

Tomo su pecho para colocar con más facilidad la boca de el estractor sobre su pezón y comenzar a precionar la palanca dónde hace succión.

Algunas gotas de sudor se delizan por mi frente al ver el líquido derramarse dentro de el biberón, sintiendo un ligero dolor en mis papilas gustativas al recordar su sabor y textura.

Vuelvo a sacudir mí cabeza en otro intento inútil por liberarme de mi mente perversa. Lo que hace reír de nuevo a Miranda.

- Ya será tu turno conejillo - dice pícara lo que me hace sonrojar aún más. He sido descubierta... - Eres adorable cuando te sonrojas - no me a apartado la mirada lo que me hace sentir más expuesta.

- Es por qué tengo calor - es la única excusa que encuentro.

- ¿Calor? - vuelve a decir en ese tono seductor, pues sabe bien que efecto tiene en mi. Debo controlarme pero esto esta siendo muy difícil teniendo esta vista y mi mano tocando la suave piel junto con las provocaciones de Miranda. El biberón se llena por la mitad y es el momento dónde me pide que lo aparte. Eva también a quedado satisfecha - Gracias pequeña - me entrega a la bebé para ir al cuarto de baño seguido escucho desde adentro el sonido de la regadera siendo abierta

Lo único que me queda hacer es cambiar el pañal de Eva y recuperarme de este deseo que esa sexi y malvada mujer acaba de provocarme.

Fue difícil llevar con calma el resto de el día. Pues es cierto que dijo que sería mi turno pero no en que momento por lo que me a dejado completamente tentada.

Flor De AmapolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora