Flor De Amapola

Capitulo 26

El llanto de Eva me despierta haciéndome levantarme de inmediato para atenderla, Miranda sigue durmiendo de el otro lado de la cama.

Es mejor así por qué si se despierta seguramente se irá otra vez.

Silencio los llantos de la bebé arrullandola para que pueda dormir de nuevo pero no funciona ella sigue llorando finalmente despertando a su madre.

- Sorin - dice adormilada - Déjala yo me haré cargo - maldigo en mis adentros y le entrego a Eva.

- Por favor Miranda, no te vayas quédate solo por esta vez - Eva se duerme instantáneamente al estar en los brazos de su madre - Eva también te extraña.

- Les debo una disculpa mis niñas - acaricia mi rostro - Está bien me quedaré solo por esta vez - le planto un beso en los labios de felicidad.

°°°

Nos reunimos en la sala, Miranda se encuentra leyendo para Eva un cuento algo aterrador a mi parecer pero es muy interesante.

- La niña se atemorizó cuando un fuerte viento sopló tras las bestias. Entonces surgió una bruja - siento temor al escuchar esa palabra - sombria pero elegante - cambia la página - "Regalos te dimos y más tomaste". Le espeto. "Así que más nos debes". Al momento, la niña quedó atrapada en un espejo...- Eva ríe y balbucea jugando con sus manitas.

- ¿De dónde salió ese cuento? - digo intrigada.

- La de la tienda dijo que era tradicional - Miranda cierra el libro y me lo entrega para que pueda obcervar su portada - un cuento local

"Village of shadows" el título esta en el idioma que hablan aquí.

- ¿La niña se salva? - digo con cierta preocupación dejando el libro sobre la mesa de té.

La mujer ríe - Tal vez - me entrega a Eva - Haré la cena - acaricia la cabeza de Eva y a mi me deposita un beso antes de ir en dirección de la cocina.

La cocinera desapareció después de mencionarle a Miranda el insistente que tuve con ella el otro día.

- Eva, ¿algún día te veré crecer?.

Enciendo el televisor en un canal donde se transmiten programas infantiles. Mirarlos con Eva me hace entender el inglés poco a poco.

Cuándo Eva se duerme y yo me aburro voy a la habitación para dejarla descansando en la cuna, luego me dirijo a la cocina con mi mujer que cocina en la estufa, está depositando algunas especias dentro de la cazuela con agua hirviendo.

Me acerco a abrazarla desde atrás rodeando su fina cintura, olfateo su cabello.

- Conejillo, te gusta sorprenderme cuando estoy ocupada.

- Es inevitable cuando eres tan hermosa como una flor de amapola - beso su hombro que deja al descubierto su delgado vestido que usa cuando pasa tiempo con nosotras.

- Te gusta mucho la poesía, ¿cierto? - ríe con un ligero sonrojo.

- No tenía idea de la poesía asta que te conocí - comienzo a acariciar su cuerpo pasando la mano por sus curvas imaginando cómo se vería sin ese vestido que la separa de mi tacto.

- Sorin dame un momento estoy cocinando - aunque lo dice no hace por apartarme lo que me insita a seguir manoseandola.

- Déjame verte desnuda - mis manos rozan abajo de sus pechos.

- Este no es momento conejillo - coloca la tapa sobre la cazuela.

Me aparta para seguir en su labor de preparar más ingredientes. En ese tiempo no e dejado de estar detrás de ella tocandola todo lo que puedo y ayudando en algunas ocasiones.

No aparece molestarse al contrario a ella le divierte verme así pues normalmente suelo contenerme por vergüenza.

Seguí pisandole los talones asta que estubo listo el estofado - Que bien huele - digo olfateandola a ella.

- Sorin - dice divertida.

Nos dirigimos al comedor, dónde Miranda se encarga de preparar el platillo.

Ya era hora estoy hambrienta
Me devoro el platillo.

- Tu apetito no tiene límite.

- No definitivamente - me acerco a ella con intención de devorarla ahora.

La cargo y la pongo sobre la mesa - Sorin detente, ¿desde cuándo eres tan atrevida?.

- Lo siento Miranda, es solo que eres tan deseable para mí, desde el día que te vi por primera vez.

- Está bien, te dejare tomar el control por esta vez pequeña, pero entonces tendrás que prepararte para lo que viene después - susurra en mi oido.

- Estoy lista para lo que sea mientras sea contigo - la beso de forma apasionada.