Capitulo 59

579 55 19
                                    

Internet es maravillosa, ojalá hubiera conocido esto antes pues contiene más información que las mismas enciclopedias y libros.

Clikeo la pantalla de el celular una y otra vez navegando por distintos sitios.

- Ten cuidado no todo es muy confiable - advierte Miranda empolvando de talco el pañal de Eva.

Y tiene razón acabo de caer en una página extraña con cientos de videos de gente desnuda manteniendo relaciones sexuales.

- Mierda...

Pero que extraño, ya había visto algo así siendo transmitido en la televisión y aún no logro entender, ¿cómo siendo algo tan íntimo se atreverían a compartirlo a cualquier extraño?.

- ¿Que estás mirando?.

- Documentales de animales...- me apresuro a cerrar la ventana de aquel sitio morboso.

Fue demasiada internet por ahora.

Dejo el celular apagado sobre el tocador y voy con mi amada.

Yo nunca nesesitare de ese contenido teniendo a Miranda, pienso mientras admiro su hermosa figura siendo tentada a pasar mis manos por cada una de esas curvas.

Pero si acabo de tocarla en la ducha, cielos...

- ¿Necesitas ayuda con Eva?...- mis ojos se desvían un poco a su escote.

Niega - Todo en orden conejillo - coloca el último absesorio de la ropita de Eva que es un lazo rojo enrollado alrededor de su cabesita en un moño.

- Yo pienso que falta algo - manoseo sus pechos - Se ven muy grandes, necesitan ser drenados aunque sea un poco, parece que van a reventar - los aprieto un suavemente - No creo que Eva pueda beberse todo esto sola.

- ¿Eso crees? - dice casi en un jadeo, mirando antenta mis movimientos sobre sus cenos.

- Desde luego...- busco con la punta de mi dedo índice sus pezónes ya erectos por mis caricias.

La tensión crece entre nosotras hasta que Eva nos interrumpe gritando fuerte con su vocecita.

La bebé alza sus brasitos pidiendo ser abrazada y cargada por Miranda.

- Ya no tienes que preocuparte conejillo, alguien más se encargará de eso - ríe divertida tomando a Eva en brazos - Prepárate para la siguiente clase, por qué te estaré haciendo preguntas sobre lo que llevas estudiado.

- S-si...- salgo de la habitación dejando a solas a madre e hija para ir en dirección de la oficina.

Creo que fue mi imaginación pero Eva acaba de sonreír como si se hubiera llevado la victoria de a quién le pertenecerían los pechos de su madre.

Rio.

Es una tontería, estoy paranoica y como lo pensé antes, solo es mi imaginación.

Abro las puertas de la oficina para tomar asiento detrás de el escritorio donde ya me espera una enorme pila de libros sobre él, afortunadamente con el celular en mano tendré más acceso a la información que necesite para completar mis estudios.

- Que agotador - estiro mis brazos aún sentada y miro la hora en el reloj de el celular.

7:12 pm.

Que rápido a caído la noche, descansaré un poco.

Justo en ese momento el timbre comienza a sonar mostrando a Donna en la pantalla.

¿Debería contestar?...Da igual.

Preciono la pantalla para contestar la llamada mostrando de inmediato la cara de Angie.

- Hey, tú no eres Madre Miranda...

- Por el momento Eva tiene toda su atención...

- O que lastima, lo siento Moreau - el mencionado se asoma a la camara algo brusco empujando a Angie y Donna - Oye, apartate feo - se queja Angie pero aún así el celular le es arrebatado de las manos.

- ¿Por qué no dejás de alejarme de Miranda? - dice algo triste mostrándome su horripilante rostro en pantalla.

- Yo no tengo la culpa de que tenga otras prioridades que no seas tú o tus "hermanos".

- Voy a cortar tu cabesita cuando te vea.

Al escuchar no pude evitar carcajear, se que fue una amenaza pero por la forma en que lo dijo es difícil tomarsela enserio.

- ¿A sí?, tú y cuántos más - continuo riendo.

- Tengo a mis hermanitos y tu no tienes a nadie - cuando lo dice dejo de reír.

- ¡Pelea!, ¡pelea!, ¡pelea! - se escucha la voz de Angie desde atrás.

- Pues estás equivocado tengo a Miranda y recibo todo los días su amor y cariño, algo que tú nunca podrás tener - enojada cuelgo la llamada.

Vuelvo a dejar el celular sobre el escritorio casi azotandolo.

Menos mal que el silencio de la noche no dura mucho, así no permitiendome pensar en lo que acaba de pasar, pues entra Miranda con la pequeña caja en manos que estaba en la cómoda de la habitación.

Me sonrojo al recordar lo que contiene dentro.

¿Que tiene en mente?, no creo que eso me sirva para aprender...

Flor De AmapolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora