Capitulo 72

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Se puede sentir la tensión sexual dentro de la carroza pues después de pensarlo y reflexionarlo entre Miranda y yo, decidimos que finalmente si visitaremos el castillo Dimitrescu, después de la insistencia de Alcina.

Miranda sostiene a Eva que está muy bien abrigada en cobijas y yo no puedo dejar de jugar con mis dedos sobre su muslo en una tenue caricia, deseando poder llegar más allá que eso, se lo humeda que se encuentra mi amada ya que sigue teniendo el vibrador dentro y al no tener ropa interior en algunas ocasiones cruza sus piernas incomoda.

Falta poco para llegar a al castillo reconozco muy bien camino, pasando entre las casas de la villa.

Mi caricia comienza a erizar su piel

La veo mordiendo su labio inferior ahogando un jadeo, seguido vuelve a removerse incomoda sobre el asiento.

Cuando lo hace, escucho la humedad de sus pliegues haciendo un sonido obsceno.

- Llegamos señoritas - indica el chófer desde afuera estacionando la carroza frente al la entrada de el castillo.

Se bajó para abrirnos la puerta, siendo Miranda quien sale primero con su ayuda, luego fue hacia mi y me tendió su mano, la tomó y bajo con un pequeño brinco.

Al entrar Alcina ya estaba esperando detrás de las puertas.

- Madre Miranda que gusto volver a verte.

- Igualmente - para cualquiera su voz suena normal pero a mí no me puede engañar, su respiración esta acelerada.

- Sean bienvenidas, pasen - cuando Alcina nos da la espalda aprovecho para pasar mi mano detrás de Miranda, metiendo la mano bajo su vestido, manoseando su trasero.

Somos guiadas hasta la sala de juegos donde nos esperaban otros invitados. Donna y Moreau que estaban jugando ajedrez pero al vernos pararon para saludar a Miranda también dandole la bienvenida.

Sobre todo Moreau que no dejaba de verla fasinado.

- Madre Miranda que bueno que estás con nosotros - sus labios deformes se curvan en una sonrisa que se desvanece cuando se da cuenta de que  estoy detrás de ella. Sonrio cínica y lo saludo agitando la mano, saludo que no fue respondido pues su horrenda atención de nuevo fue dirigida a Miranda.

Tomamos asiento en una pequeña mesa donde hay copas de vino servidas.

Todos comienzan a conversar acerca de lo que ahora es de sus vidas después de su separación de Miranda y algunos detalles sobre la BSAA.

Yo no estuve muy incluida en las conversaciones pues aún no soy muy aceptada por esas otras creaciones de Miranda, tampoco ella a hablado mucho pues estuvo lidiando con un pequeño problema llamado vibrador.

Arrullo a Eva sin quitar la vista de las piernas cruzadas de mi amada que han sido cubiertas por una de las pequeñas cobijas de Eva para ocultar su zona expuesta.

Me acercó a su oído y hablo muy bajo para que sólo ella me escuche.

- Es delicioso el olor de tu exitación, desde aquí puedo percibirlo - pasó mi nariz por su cuello, muerdo suavemente el lóbulo de su oreja y aprieto su rodilla, a lo que ella jadea en lo bajo y acaricia sus propias piernas.

Mierda solo con eso me a calentado, si fuera por mi la follaria aquí mismo.

- Chris y su ejército jamás podra con nosotros si nos mantenemos unidos, ¿no lo cres madre Miranda? - comenta  Angie.

- No puedo arriesgarme demasiado, tengo una hija que depende de mi, recuérdalo.

- Que Sorin los enfrente por tí y si muere no te preocupes, me tienes a mi - comenta Moreau.

Yo le levanto el dedo medio en respuesta.

- Es mejor seguir ocultos, sin bajar la guardia, yo tampoco pienso arriesgar a mis niñas - comenta Alcina.

Cuando Eva despierta comienza a llorar haciendo voltear a los tres gerarcas de la villa en mi dirección.

Le entrego el chupete para tranquilizarla.

- Continúen...- digo después de un silencio incómodo de su parte.

- Madre Miranda, ¿estás segura de que esa chiquilla tiene suficiente madera de madre? - cuestiona Alcina a mi amada.

- Si la tiene, y no es una chiquilla es madre Sorin para tí.

Otro silencio se hace presente pero se termina cuando suelto una risita victoriosa.

- Lo entiendo, les debo una disculpa a las dos - aún así me mira con algo desaprobación bajo su enorme sombrero - Para compensar mi error permítanme invitarlas a pasar la noche en mi castillo, pues las tormentas de nieve son comunes después de ciertas horas.

Le dirijo una mirada de negación a mi amada. Pero soy ignorada y termina aceptando la propuesta de Alcina.

Se que lo a hecho pensando en Eva pero no puedo creer que vaya a dormir otra vez en el mismo lugar donde habita la bruja. Miranda te haré pagar por esto.

Flor De AmapolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora