Flor De Amapola

Capitulo 57

Antes de recibir la llamada de Donna estábamos dándole un baño tibio de espuma a la pequeña acompañado de algunos patitos de hule.

Las llamadas de Donna se vuelven cada vez más insistentes. Vaya que tiene un fuerte apego por Miranda.

Es entendible...

- Madre Miranda la aldea está volviendo a ser poblada, Alcina, Moreau y yo nos encargamos de enseñarles también a esa nueva gente a alabarte a tí y al dios negro - comenta la muñeca Angie de el otro lado de la pantalla sentada en el regazo de Donna.

- Es una buena noticia - reponde Miranda con algo de indiferencia pues su atención está puesta en mi y en Eva.

Tarareaba una canción meneando los patitos de hule para que pareciera que bailaban al ritmo de mi canto lo que divertía en demasía a la pequeña Eva que daba manotazos en el agua de la tina, riendo con la cabeza enjabona.

- Están muy emocionados por conocerte Madre Miranda, esperan que los visites pronto - continúa diciendo Angie.

Miranda sonríe enternesida - Ya tendré la oportunidad y el tiempo de hacerlo, de momento voy a colgar la llamada, saluda a Alcina de mi parte.

Cuelga y vuelve con nosotras para continuar enjabonando el cuerpecito de Eva mientras yo la distraigo con los juguetes y así invadiendo el cuarto de baño de risas y sonrisas por parte de esta familia de tres.

Así la mañana se pasa rápido con los deberes y algunos juegos.

Miro mi vestido en el espejo, tomo un labial de el tocador y pinto mis labios para darle un último retoque a mi maquillaje. 

Se lo mucho que le gusta a Miranda como me veo en tacones, es por eso que se tomará el tiempo de enseñarme a caminar correctamente con ellos.

Cuando me siento lista voy a dónde esta Miranda y Eva esperándome.

Estando en la sala de baile ajusto bien la correa de los zapatos de tacón y hago unos cuantos ejercicios de tobillo.

- ¿Ya estás lista conejillo? - arrulla a Eva desde su asiento.

- Lo estoy - me levanto de mi asiento tomando el equilibrio con las plataformas, que miden 20 centímetros de altura.

- Recuerda dar pasos cruzados y firmes, asegurándote de que el talón sea el primero en tocar el suelo - entonces siguiendo sus indicaciones comienzo a caminar torpemente - Házlo con más seguridad pequeña.

- S-si - aún así tuve demasiados tropiezos, algunos terminaron en caídas - Es imposible, estos tacones son muy altos - digo levantándome.

- Tendré que tomar medidas drásticas - deja a Eva en el moisés para venir en mi ayuda. Veo como saca de el escote de su vestido lo que parece ser otro tipo de látigo que tiene la apariencia de un palo fino con una punta de un plástico suave - Espalda recta - suavemente golpea con el instrumento obligandome a ponerme recta - Hombros en alto, cabeza arriba, mirada en frente, pecho elevado, abdomen plano, nalgas atrás - todo esto lo dijo azotando cada parte de mi cuerpo mencionada - Ya tienes buena postura - ríe y se coloca a mi - Anda camina - azota mi trasero.

Entonces sintiendo el ardor en mis nalgas avanzo junto con Miranda, notando un mejor resultado lo que me hace caminar con más confianza sobre las plataformas.

- ¿Voy mejor?.

- Si, lo estás haciendo bien conejillo.

Sonrío y continuo tomando el dominio en los tacones o eso pensé hasta que mi tobillo me traiciono otra vez pero Miranda logra atraparme antes de que pueda caer.

- Eso estuvo cercas...- digo en tono inocente escondiendo mis verdaderas intenciones - Pero me duele mucho el tobillo...

- Veamos - revisa agachándose por completo para revisar la parte afectada y masajea para aliviar mi dolor, al estirar mi pierna le doy una mejor vista de mis bragas bajo el vestido - No dejarás de ser una sucia - me mira seductora y con ganas de poseerme.

- Creo me nesesitare un castigo - me abrí de piernas y subi un poco más la falda de mi vestido para que pudiera verme bien el coño.

Sin quitarme la mirada sube los masajes asta mi rodilla, subiendo por el interior de mis muslos.

- ¿Estás segura de que quieres eso? - pregunta pícara sin dejar de acaríciarme.

- Lo estoy...