Capitulo 28

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Está vez no pude conseguir que Miranda se quedara.
Pero almenos tengo el recuerdo de ese maravilloso momento dónde pude verla en todo su esplendor.

Cargo a la bebé en brazos después de envolverla en una manta, no a dejado de llorar desde que Miranda se fue esta mañana - Mamá se fue muy pronto, pero me tienes a mi - arrullo a Eva y para tranquilizarla comienzo a cantar la canción de cuna que mi madre cantaba para mí y para mí hermano - Mira dentro de mi corazón...y dile al invierno que se vaya...el viento ruge, pero tú dame calor...el viento sopla, pero nosotros tenemos primavera...pídele a las nuves, que nos regalen sueños blancos...la noche avanza y nosotros tras ella...en un mundo de misteriosas luces...- Eva comienza a cerrar sus ojitos y acaricio sus mejillas regordetas.

Mi madre me aconsejo que cantara está canción a mis futuros hijos si es que pensaba tenerlos y aquí estoy.

Camino para acercarme a la ventana cerrada de la habitación, mirando el atardecer y el jardín atraves de ella mientras sigo cantando para la pequeña Eva.

Asta que el sonido de un golpe que al parecer viene de el sótano me hace callar, salgo preocupada de la habitación aferrandome a Eva sosteniendola protectora.

Yo nunca e bajado al sótano, Miranda siempre se asegura muy bien de cerrar la puerta con llave.

- !Por favor no me dejes aquí! - es la voz de la cocinera...

Vuelve a golpear la puerta desesparada.

Dejo a la bebé en la habitación y regreso para atender este asunto antes de que pueda despertarla de nuevo.

- ¿Podrías guardar silencio?, m-me meteras en problemas - digo nerviosa pues no sé que hacer.

- ¡Sorin!, soy tu hermana mayor - suelta de la nada.

- No, cállate, mi único hermano está muerto - digo tapándome los oídos.

- Por favor tienes que escucharme. Miranda, está loca no es quién intenta aparentar, te está manipulando.

- ¿Puedes callarte?...

- Ella no es capaz de sentir amor, solo sabe amarse a ella y a su bebé, no te dejes engañar. Lo mejor para ti sería huir de aquí - su voz se va debilitando.

- ¡Cállate! - grito fastidiada - No me digas que me vaya, no tienes idea de cuánto me costó llegar asta aquí.

-...¿Ella experimento contigo? - pregunta con una tos seca.

- Si...

Comienza a sollozar desde adentro - Perdóname.

- ¿Que?...- pero ya no me responde y se dedica a seguir llorando - Por favor ya no hagas más ruido.

- ¡Espera!, lo que te digo es verdad, se dedica a torturar personas para sus crueles experimentos.

- Eso ya lo sé...

- Es una asesina.

- Eso ya lo sé y no ay mucha diferencia en eso conmigo...

- ¿Has - tose - matado?...

- Si, por ella y por mi...

Vuelve a sollozar - Te has convertido en un mounstro...

- Lo se - unas lágrimas se me escapan - ahora guarda silencio, vas a despertar a Eva...

Me alejo corriendo y me tiró en la cama boca arriba para seguir llorando.

Mi hermana mayor siempre estuvo viva...y ahora que la encuentro no puedo hacer nada para salvarla, perdóname madre.

Limpio mis lágrimas, casi suelto un grito de terror al ver que mis manos están manchadas de un líquido negro.

Me miro en el espejo apreciando mejor las gotas oscuras que se deslizan desde mis lagrimales a mis mejillas.

Estoy llorando veneno...

Continuo llorando y tomo la forma de el demonio en el que e mutado con el parásito cadou.

Soy un mounstro...

Pero este moustruo que veo en mi reflejo es un regalo que me a dado Miranda. Su mismo nombre lo dice.

°°°

Continuo mirando el drama romántico en la televisión mientras intento contener mis lágrimas, pues ahora entiendo lo peligroso que puede ser llorar junto a Eva.

Escucho la puerta principal siento abierta anunciandome la llegada de mi dulce Miranda.

Sonrio cuando la veo cruzando el pasillo encontrándose con nosotras.

- Mi amor - digo sin más, esperando ser ignorada de nuevo pero no fue así.

- Mi amor - responde acercarse para darme un beso en los labios.

Ese beso junto con sus palabras me hacen feliz otra vez. Tanto que quiero llorar ahora de la felicidad.

Sabía que ella me ama de verdad.

Se dirige a la habitación y vuelve con ropa cómoda para acompañarnos a mi y a Eva a mirar el televisor.

Con su brazo rodea mis hombros pegandome a ella, mientras yo sigo abrazando a Eva.

Flor De AmapolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora