Capitulo 83

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- No esta nada bien...se esta muriendo...- anuncia el doctor saliendo de la habitación donde antes verificaba el estado de Eva - Su gripe se ha hecho resistente a todas las opciones de tratamiento que hemos probado, lo mejor sera mantenerla cómoda...

- ¿¡Mientras se va deteriorando!? - pregunta Miranda con sierta agresividad contra el doctor.

- Miranda tranquilízate - dice el hombre que parece ser el padre de Eva y su marido en ese entonces.

Ese desconocido intenta tomarla y rodearla con sus brazos como consuelo pero ella lo rechaza por completo.

- Nuestra hija esta muriendo, ¿como quieres que me tranquilize? - veo la impotencia, el dolor y la tristeza en sus ojos claros.

Tras escuchar que su hija se moría y que no había nada que hacer, Miranda se fue a la habitación con ella.

Era 1909 Eva moría en brazos de su madre después de una larga batalla contra la gripe española. Eva tenía sólo díez años, muy pocos para tanto sufrimiento.

Estaba acostada con una terrible tos seca, en su mirada también se podía percibir una intensa fatiga y como poco a poco sus fuerzas se iban apagando.

Miranda se sentó en la orilla de la cama y puso su frente contra la de Eva.

- Te duele al respirar, ¿no es cierto?...

- Si...

- ¿Tienes mucho dolor?

- Duele mucho...- comienza a llorar.

- Este asunto de la gripe apesta. Ya no tienes que luchar más...- le dedica unas palabras de aliento intentando detener su llanto.

- ¿No? - pregunta con felicidad e ilusión - Pero yo quiero hacerlo por ti, mamá...

- ¿Es eso lo que estás haciendo? ¿Luchas por mamá?

- Todo el tiempo...

- Eva, ¿cuál es el trabajo de mamá?.

- Mantenerme a salvo - dice con una gran sonrisa.

- Cariño... Ya no puedo hacer eso aquí. La única manera en que puedo mantenerte a salvo es en el cielo.

Mi corazón se hace añicos.

- ¡Entonces, me iré al cielo y jugaré hasta que llegues!. ¿Vendrás, no?

- Absolutamente, no puedes deshacerte de mamá tan fácilmente.

- Gracias mamá...

Fue la última conversación de Eva y Miranda las horas siguientes hasta su muerte.

Miranda no se separó de ella...

Un empujón fue lo que me hizo regresar al presente, apartandome de la megamiseta y de todas las imágenes que fueron proyectadas en mi cabeza.

Eso ha sido como un sueño.

- ¿Sorin? - paso la vista de Miranda a Eva - Dame una señal de que sigues bien mentalmente - me acaricia de la mejilla mientras que con su otro brazo sigue sosteniendo a Eva quien me mira risueña chupándose un dedito.

- Estoy más que bien, sobre todo de saber que esta es la única realidad que existe ahora - sonrió pero unas lágrimas contradictorias se me escapan haciéndome ver como una demente bipolar a lo que Miranda me mira con preocupación.

- ¿Viste algo?...o ¿la megamiseta altero tus funciones cerebrales? - dice lo último en lo bajo.

Me acerco más a ella y recargo mi cabeza en su pecho izquierdo, quedando de frente con Eva que esta descansando en el otro pecho de su madre, mientras que con mi brazo rodeo su cintura.

- Lo he visto todo - no puedo dejar de sonreír de ver a Eva viva y completamente saludable en los brazos de Miranda. Me pregunto si recordará su vida pasada.- Descuida amada, estoy completamente bien

- Es un alivio, no podía esperar menos de tí y de tu adaptación y resistencia con los poderes de la megamiseta - me toma de la mano y nos lleva de regreso a dentro de el laboratorio - Ahora veamos que tanto has evolucionado.

Trás los estudios de mis nuevas mutaciones con el demonio interno que llevo conmigo. Descubrimos nuevas habilidades que pude adquirir gracias al pequeño contacto directo con la megamiseta.

Obtuve un veneno aún más dañino pues ahora puedo controlarlo por completo a mi voluntad, modificando  su estado físico de líquido a gaseoso o solido y no solo su estado físico, también puedo controlar los efectos que quiero causar a mis víctimas.

Con eso quiero decir que puedo causar "Anthrax" que es una enfermedad infecciosa causada por una bacteria de el veneno, esta a sido desarrollada gracias mi nueva mutación.

Miranda a nombrado esta bacteria como "Sarin". Es algo irónico que se paresca a mi nombre...

La bacteria puede producir esporas que pueden sobrevivir en condiciones extremas, incluso en lugares tan fríos como lo son estas montañas nevadas en Rumania.

Cuando estas esporas son inhaladas, ingeridas o tocadas por un corte en la piel, se reactivan y se multiplican rápidamente dentro del huésped. Los síntomas de envenenamiento por "Anthax" comienzan con una úlcera indolora en el área de entrada, pero luego comienza a empeorar. Las glándulas linfáticas alrededor de la úlcera comienzan a hincharse, y la úlcera crece con un área característica de muerte negra en el centro. Las víctimas también pueden experimentar vómitos de sangre, pérdida de apetito e inflamación del tracto intestinal. La garganta y la boca también pueden desarrollar lesiones que causan grandes cantidades de dolor.

Pero no solo he adquirido esas habilidades, también una pequeña debilidad. Esta es una molesta y horrible sensación de hambre y un hueco en el estómago que no puede ser llenado con nada.

Miranda ríe burlándose de mi acompañante desde el otro lado de la cabina.

- Putas locas - vomita sangre después de decirlo.

Heisenberg ha sido el desafortunado de ser de nuevo el conejillo de indias, todos esos efectos los esta sufriendo él ahora mismo.

- Tu mutación a sido completada, Sorin, sal de ahí y dame un beso.

- Por supuesto mi diosa - vuelvo a mi forma humana y abro lo puerta de la cabina para ir hasta ella, la tomo acorralandola contra la pared de el cuarto de pruebas.

Puedo ver cómo Miranda se sonroja de sólo volver a ser sometida por mí.

Mierda, pero que adictiva es esta sumisión de ella en lo íntimo y sexual que ahora tenemos.

Como infinitas son las ganas de volverla a besar.

Pero tratándose de lo no sexual, Miranda sigue siendo toda una jefa y matriarca para mí.

Me acerco a sus labios cálidos, entreabiertos que me invitan a probarlos y poseerlos al ser apretados con los míos. Y cuando quiso respirar apenas los abrió, mi lengua acarició suavemente la suya.

Voy bajando a su cuello, que como me encanta hacerlo después de un apasionado beso, sin duda su cuello es una de mis partes preferidas en su delicado y hermoso cuerpo.
Seguido, están esos enormes pechos que casi se salen de su escote.
Reparto besos por encima, antes de seguir bajando y hundir mi cara entre ambos, sintiendo su suavidad rodeando mí nariz.

Estuve restregando mi cara ahí, en sus pechos hasta que sentí algo de papel rascando mi cara al irme más profundo de su escote.

Entonces recuerdo de inmediato la carta que escondio en este lugar.

Me separo y de forma seductora inmovilizo sus manos arriba de su cabeza como suelo hacer cuando estamos en la cama.

Con mi mano desocupada la meto entre sus pechos así obteniendo aquella carta misteriosa.

- ¡Sorin! - exclama al descubrir mis verdaderas intenciones.

- Dijiste que ya no habría más secretos - cantureo burlona saliendo de el lugar.

Al analizar el sobre puedo ver qué es la carta que va de parte de mí hermana.

Que interesante, ¿como es que no habla conmigo pero si es capaz de escribirle a mi amada?.

Veamos que tiene para contar...

Flor De AmapolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora