Capitulo 127

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La guerra en la villa contra la BSAA por fin ha marcado su fin en las montañas y los poderes de los Winters ya fueron recuperados o sólo dos de ellos sin contar al muerto.

Y en la cueva mi amada y yo ahora nos encargamos de buscar y rescatar lo que ha quedado intacto en el laboratorio.

Afortunadamente el Cadou fue un sobreviviente a la explosión quedando intacto, pues solo el frasco a sido roto en pedazos.

Después de tantas búsquedas rescatando algunos más objetos de valor, damos un pequeño descanzo antes de abandonar este lugar y partir a la cuidad, dónde ahí comenzará mi primera misión, que es infectar a toda Rumania.

Eva gatea sobre el suelo rocoso de la cueva, mientras que Miranda y yo la obcervamos abrazadas. Sin querer soltarnos.

La herida en el pecho que ella misma se ocasionó ya fue regenerada de forma rápida en cuanto salió de su trance.

Acaricio sus cabellos mientras la veo cerrar los ojos, dejándose llevar por el cariño de las caricias que yo le estoy brindando.

- No vuelvas a hacerlo - beso su frente.
La bebé toma asiento en el suelo y chupa su dedo mientras obcerva bien a ambas, pero más a Miranda pues los ojitos se le desvían a sus pechos - Mira quién esta hambrienta - mi amada abre sus ojos encontrándose con los de la pequeña.

- Ven con mamá - extiende sus brazos.

La pequeña sonríe y sorpresivamente comienza a levantarse sobre sus dos pequeños pies, camina a paso lento y torpe manteniendo el equilibrio hasta llegar a los brazos de Miranda.

- Sus primeros pasos...- sonrio - pensé que nunca los daría - me burlo a lo que Miranda me da un codazo en las costillas - Eso dolió - ambas reímos y Eva se deja caer nuevamente cuando las manos de Miranda la sujetan firme para cargarla, atraerla hasta su pecho y amamantarla.

Poco después los gerarcas llegaron a la cueva.

- Escuchamos esa explosión - comenta Angie.

- Miranda, que bueno que están bien tú y Eva - Alcina por alguna razón actúa como si no existiera.

La mirada tanto de Angie como de Alcina se ven perdidas en una parte en especial de Miranda...

Siguiendo la dirección de sus pupilas me doy cuenta a dónde están mirando exactamente.

¡Que descaradas!.

Quito mi capa y la coloco sobre Eva que aún está siendo amamantada.

- También agradezco que mi amada este bien... - ambas al verse descubiertas desvían la vista a otro lado.

- ¡Madre yo te daré un refugio! - Moreau sale de debajo de la falda de Alcina.

- Estúpido pez asqueroso - gruñe la señora Dimitrescu.

Supongo que fue un carma instantáneo.

- Pelea, pelea...¡filete de pescado! - grita Angie.

Miranda rueda los ojos y suspira irritada por el repentino escándalo que se han armado estos tres nada más llegar.

- ¡Silencio! - mi amada grita haciendo callar a todos - Ustedes ya no están más obligados a seguir sirviendome.

- Pero, Miranda, ¿que haremos sin tí?, perdí mi castillo y casi pierdo a mis hijas.

- ¿Y eso que tiene que ver?... - interrumpo a la gigante.

- Que no quiero perder a quién es una madre y mentora para mí - responde muy firme mientras me mira con ojos de asesina.

- Ya está dicho - finaliza mi amada poniéndose de pie con mi ayuda.

Y comienza a caminar fuera de la cueva esquivando a los gerarcas.

- Como te atreves a dejarnos así - Alcina dejándose llevar por sus impulsos intenta tomar a mi amada pero yo soy más rápida y logro apartar su enorme mano de el área.

- Ya oíste - digo burlona.

Así las tres vamos alejándonos paso a paso sobre la nieve dejando atrás lo que antes fue una villa que después se convirtió en un campo de guerra.

Algunos de los vehículos de la BSAA han quedado abandonados incluyendo helicópteros.

Subimos uno abordo donde Miranda es quién lo conduce mientras yo me encargo de mantener a Eva tranquila en mis brazos durante el vuelo.

- Vamos por Rumania pequeña - susurro a la bebé antes de comenzar a tararearle una canción de cuna.

Flor De AmapolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora