Capitulo 68/Maratón/3

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Eva quedó completamente vulnerable al frío de el bosque al ya no ser portadora de los poderes de el cadou por lo que amaneció con un resfriado lo que sacó de quiso por completo a Miranda y es por eso que ahora está buscando crear una cura instantanea en el laboratorio.

Ella se mueve de un lado o otro a una velocidad con la que nunca la había visto moverse antes.

- ¿Apresurada zorra?, ¿podría morirse de nuevo esa pequeña bastarda? - se burla Heisenberg a lo que Miranda toma un cuchillo quirúrgico que estaba sobre la mesa y se lo lanza clavandoselo justo en el pecho casi cercas de el corazón. El sujeto se queja de dolor, callando su risa.

Que buena puntería... procuraré nunca hacer enojar a Miranda...

Eva llora en mis brazos a lo que yo la arrullo e intento alegrarla dándole de su biberón, pero lo rechaza, pues tiene  problemas para mamar o tomar el biberón debido a la congestión nasal.

Entonces hago por destapar sus fosas nasales usando la pera de goma que me a dado Miranda justamente para eso. Una vez segura de que sus fosas nasales están limpias, intento darle el biberón nuevamente pues la leche materna ofrece una protección adicional contra los gérmenes que causan el resfrío. Está vez la pequeña lo acepta ya viéndose más cómoda.

Miranda se pasó toda la mañana trabajando en ello hasta que por fin encontró la fórmula definitiva no sin antes hacer varias pruebas con Heisenberg, al inyectarle la enfermedad y revertirla con su nuevo medicamento.

Suspira aliviada - Funciona - me acerco y le entrego a la bebé.

Me acerco al señor atado a la camilla mientras Miranda alivia a nuestra pequeña.

- Sueltenme perras, ¡jodanse! - forsejea intentando liberarse sin éxito.

- Con esto será suficiente, no volvera a enfermar - vuelve a entregarme a Eva y calla los gritos de Heisenberg colocando un pañuelo con droga dentro de su boca.

No pude evitar reír al verlo.

- Que susto nos dió a las dos...- acaricio la cabesita de la bebé.

- ¿Irás con tu familia? - arrastra las llantas de la camilla y arroja a Heisenberg dentro de la celda.

- Me quedaré.

Después de atar otra vez al sujeto vuelve con nosotras y me deposita un tierno beso en la frente.

- Arreglaré algunos asuntos en la celda conejillo, espérame con Eva en la habitación.

- S-Si - obedesco y después de cerrar la puerta detrás de mi, escucho los gritos desgarradores de dolor de el hombre y la risa sádica de Miranda - Nos queda esperar a mamá pequeña Eva.

Camino al tocador y enciendo el humidificador de agua para un alivio más rápido del bebé.

Cuando entra Miranda se ve con las manos y parte de sus brazos manchados de sangre.

- ¿Mucho mejor?.

- Definitivamente - entra en el cuarto de baño y de inmediato se escucha el agua caer de la regadera.

- ¿Viste eso Eva?, el tipo sucio hizo enojar a mamá - hago suaves cosquillas en su barriguita provocando su tierna risita.

Tomo el biberón y le doy de beber hasta que se duerme.

La acomodo correctamente en su cuna antes de ir a la puerta de el cuarto de baño dónde está Miranda.

Cuando iba a girar la perilla el timbre de el celular suena.

Lo tomo de la cómoda y contesto sin mirar la pantalla pues ya me imagino quién llama.

- Otra vez tú, ¿tienes a madre Miranda secuestrada acaso? - se burla la muñeca.

- Algo así...

-...

-...

- ¡Cerda! - después de eso cuelga la llamada.

Dejo el celular dónde estaba pero vuelve a sonar. Algo fastidiada contesto.

- ¡Puerca! - pero me quedo de piedra cuando me doy cuenta de que no es Angie quien contesta.

- ¿A quién le has dicho eso? - es la voz de Alcina.

-...a quien lo escucho primero...- cuelgo y lo pongo en modo avión.

Eso fue tan extraño.

Vuelvo a lo que iba a hacer antes, pero ahora mis nervios son los que me detienen. ¿Debería hacerlo?, ¿interrumpir su ducha después de desquitarse torturando a un hombre?.

Al final término abriendo la puerta haciendo el mínimo ruido posible.

Ahora estaba más nerviosa que antes, podía ver su silueta desnuda al otro lado de la cortina. Quería besarla, me moría por acercarme a ella y callarla con un beso que se transformara luego en algo más.

- ¿Pasa algo?, ¿Eva está bien? - pregunta al darse cuenta de mi presencia en el baño.

- No...si - respondo a sus preguntas - Solo estaba pensando en que tal vez podrías necesitar ayuda...

No hubo respuesta, en cambio solo la cortina fue arrastrada, abriéndose lentamente y pude ver a Miranda completamente desnuda sin ninguna barrera que nos separe.

Flor De AmapolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora