Capitulo 42

805 80 14
                                    

No sé cuándo fue que me quedé dormida pero al despertar estaba en el sofá con Miranda que está a medio vestir, al igual que yo.

Su corona y guantes desaparecieron al igual que su velo dejando su largo cabello rubio suelto y algo alborotado o almenos a comparación de el mío que a quedado hecho todo un nido de pájaros.

Tomando un poco más de conciencia sintiendo mi entrepierna pegajosa, me doy cuenta de las marcas de rasguños, mordidas y manchas moradas casi por todo mi cuerpo siendo mayormente en las piernas y mi vestido se ve roto con algunos rasguños en su tela costosa.

Pero no soy la única que tiene esas marcas también Miranda se le notan mordidas en el cuello, aunque me pregunto si tendrá más bajo su vestido.

Me sonrojo, pensando en todo lo que habrá pasado.

Doy pequeños besos en los labios de mi amada para despertarla.

Cuando lo hace atrapa mis labios con un beso que me toma por sorpresa y me hace gemir cuando se torna profundo que termina en una mordida y un estirón de mi labio inferior.

- Gracias por despertarme conejillo.

- Yo también agradezco - digo entre suspiros recuperando la respiración.

Deshace el abrazo para incorporarse, yo intento hacer lo mismo pero un dolor agudo en mis caderas pero sobre todo en mi entrepierna me lo impide.

- Espera pequeña - dice preocupada.

Le ordena a las sirvientas que limpien todo.

Y después de acomodar un poco su ropa y la mía, me cargó.

Por encima de su hombro ví que había sangre en el cuero blanco de el sofá.

Me pone en la cama, diciéndome que me quedará quieta ahí e iría por unas cosas, solo tardo unos pocos minutos cuando regreso con un vaso de agua y una caja de pastillas.

- Bebe, esto te ayudará con el dolor y la inflamación - me entrega el resipiente con agua y la pequeña pastilla. La trago con algo de dificultad - Perdona conejillo, no pensé que te lastimaria tanto - acaricia mi frente.

- Yo estoy bien, además realmente me gusta que lo hagas así - digo volviendo a sonrojarme.

Ríe y besa mi mejilla.

Se aleja para desvestirse para luego volver conmigo y quitar también mi vestido - Tienes que dormir cómoda y además nesesitas poder caminar para ir con nosotras al paseo.

- ¿Paseo? - exclamo emocionada - ¿A dónde iremos?.

- Lo verás después - me volvió a cargar besándome al pasar la puerta de el cuarto de baño, río por qué sus besos siguen dandome cosquillas.

Me pone en la bañera entrando ella conmigo, la veo limpiarse con la esponja jabonosa y hace lo mismo conmigo.

Me muevo un poco sentandome mejor, duele mucho.

Fue muy delicada al ducharme, nada que ver a cuando lo hacíamos en el comedor.

Cuando terminamos volvemos a la habitación.

Miro al techo acortada en la cama, escuchando como Miranda mueve algunas cosas.

Sentí algo frío lo que me hace querer cerrar las piernas pero no lo hago por qué se que Miranda está cuidando de mí.

- Tranquila - ella me está aplicando una crema, supongo que es otro medicamento para el dolor.

Me puso unas bragas y se acostó conmigo dandome un beso de buenas noches.

Sin importame el dolor duermo con un sonrisa sabiendo que está mañana podré despertar a su lado y así será el resto de el día, justo lo que siempre quise desde que pise por primera vez está mansión.

Flor De AmapolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora