Capitulo 47

755 76 34
                                    

Estaba soñando con Miranda, ella esta acariciándome y yo a ella, su cuerpo es tan hermoso, su piel tan suave y con ese aroma que huele a las mil maravillas.

Sus curvas se sienten tan reales bajo las caricias de mis manos, ella hace ese sonido exitandome, haciendo que quiera ir más allá sobre su piel, entonces metí mi mano en sus bragas estaba tan húmeda.

Hasta que escuche un quejido de placer haciéndome caer en cuenta de que no era un sueño.

Ni siquiera puedo tener control de mi misma en mis sueños.

Me siento sobre la cama escuchando el sonido de las olas.

Miranda sigue durmiendo, pero Eva ya está despierta, puedo ver cómo alza sus manitas sobre saliendo de la cuna.

Salgo de las sabanas y entro en el baño dónde mojo mis manos y rostro con el agua fria de el lavamanos.

Regreso y tomo a Eva antes de que llore y despierte a su madre.

- Buenos días bebita hermosa - tomo el biberón - Eres una glotona ya se que tienes hambre - digo poniendo la mamila en su boquita, ya no tiene la fuerza que tenía antes por lo que ahora no puede sostener el biberón por si sola.

Me está mirando fijamente, ¿y ahora que hice para que me este jugazdo otra vez con esos ojitos?.

Tomo asiento en borde de la cama junto con Miranda y canto para Eva en lo bajo, tal vez así pueda ganar un poco de su aprobación.

Eva me tiene un amor odio que no pude percibir al principio, por qué se muestra sonriente en algunas ocasiones pero en otras me mira como si quisiera extrangularme con sus pequeñas manitas.

Pasan los minutos, los rayos de sol ya traspasan las ventanas.

Retiro el biberón dejándolo sobre la cuna y colocó a Eva en mi hombro, dándole palmaditas en la espalda de esta forma ayudándole a eructar y vomitar con facilidad.

Abro los ojos más de lo normal viendo a la pequeña con la boca manchada de negro, que extraño el vomito debería ser blanco.

- Solo son los restos de el cadou que está expulsando - dice Miranda despertando.

Eva y yo sonreímos al mismo tiempo viendola levantarse.

Gime en lo bajo sintiendo su vagina estimulada recientemente y se ve incomoda al darse cuenta de la humedad en sus bragas.

Va al armario para deshacerse de ellas cambiandolas por unas secas.

Saliendo de mi ignotismo tomo un pañuelo y limpio a Eva.

- Que susto me a dado - vuelvo a dejarla en la cuna.

Camino sonrojada asta el tocador, dónde ya se encuentra Miranda colocando la primera capa de su maquillaje.

¿Sospechará de lo que estaba haciendo mientras dormía?.

Tomo el peine y ayudo a sepillar su largo y sedoso cabello, brilla espléndido tanto que parece de oro.

Miranda sabe cuidar muy bien su imagen, es por eso que se ve como una modelo.

Que afortunada soy de que una mujer tan atractiva y elegante se allá fijado en una mocosa con las hormonas a tope, osea yo...

Dejo de sepillar cuando queda lizo y sin ningún nudo.

Es entretenido verla como se alista todas las mañanas. Cada sombra de ojos la aplica con tanto detalle asta tomar ese llamativo aspecto que siempre tiene.

Así me quedo obcervendola siguiendo todos sus movimientos con mis pupilas, cuando termina me toma de la mano y me tira de ella, atrayendome, obligandome a sentarme en su regazo.

- No esta bien lo que hiciste - me susurra. Al final si se dió cuenta. Siento el calor en mis mejillas, las piernas me tiemblan. Me toma de el rostro y levanta mi menton - Mirate, eres una pequeña zorra tan sucia.

Veo mi reflejo en el espejo, y el suyo detrás de mí.

Un escalofrío me recorre al sentir su aliento caliente en mi piel.

Me suelta y con su otra mano me toma de la barbilla haciendo que vuelva a mirarla directamente a ella. Sonríe de lado y une sus labios con los míos. Jadeo con su tacto.

Miranda introduce dos dedos que resbalan con facilidad en mi interior, creando ruido obsceno.

El beso es mojado, lento, tierno pero violento a la vez, uno que me ahoga y que puede estimularme.

Me abruma su cercanía tan íntima.

Mi sexo palpita, la humedad de mi vagina mancha mis bragas y el roze de su lengua que toca fondo en mis sentimientos solo causa que quiera correrme.

Abro la boca tomando la respiración, mi lengua se encuentra afuera dejando caer un hilo de saliva sobre la lengua de Miranda, mientras que nuestros ojos no se despegan de esa mirada intensa.

Vuelve a meter sus dedos y los mueve con frenesí, gimo sin el más mínimo pudor.

Un grito sale de mi garganta, corriéndome en cuestión de minutos, mi líquido vaginal escurre por los dedos de Miranda, la cual sonríe con triunfo y da un último beso.

- Bien pequeña - me baja de su regazo y ella también se levanta - Ahora a la cama - me carga - Buena chica - se sentó en la cama y me acomodó boca abajo en su regazo, mis piernas quedaron colgando al igual que mis manos, un golpe fue a mi trasero, provocando que brinque en mi lugar y vuelva a gemir su nombre con gozo.

Siento un regocijo extenderse desde mi vientre hasta mis partes bajas, gimo despacio.

Su agarre firme sobre mis nalgas me estremece.

Sonríe de forma siniestra que más que asustarme solo envía espasmos a cada parte de mi cuerpo.

Escucho mis fluidos contra su palma en mi carne.

Los sonidos de exitacion que suelta al hacerlo solo me provocan aún más, lo que me lleva a liberarme en una placentera y profunda efervescencia de deleite.

No me permitió cambiar mis bragas continuando con mis castigo.

Muevo mis caderas incómoda mientras guardo las cosas en la maleta  pues el capitán a avisado que ya hemos llegado a nuestro destino.

El barco es anclado cercas de una isla.

Nosotras continuamos el poco recorrido que nos queda viajando en un bote.

Fue emocionante estando más cercas de el agua azul de el mar iluminada por la fuerte luz de el sol en la mañana, revelando algunos peces y delfines que saltaron saliendo de el agua haciendo su canto agudo y chistoso como si nos saludarán.

Llegamos a la arena de la isla, al no ser un suelo uniforme tuvimos que quitarnos nuestros tacones y pisar con los pies descalzos la arena caliente pero suave.

Siendo una sensación extraña pero satisfactoria.

Quedó boquiabierta cuando pongo más atención y miro enfrente, ahí entre las palmeras estaba otra enorme mansión con un diseño tropical.

Flor De AmapolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora