XVIII
—¡Jiminie, la cena!
Jimin se apresuró a bajar por las escaleras, feliz de que Jin estuviera en casa. Su hermano besó su frente, pero ella no prestó mucha atención, refugiándose en el pecho de su posible oppa favorito del mundo mundial.
—¡Jin oppa, te extrañooo~!
—¡Pero si he estado en casa más tiempo del que podrías quejarte!
—Nunca el necesario —hizo un puchero—, ¿qué hiciste hoy?
—Que sepas que TU HERMANO hizo la mayor parte esta vez.
Jimin se rio, a sabiendas de la negativa de Namjoon por la cocina—. ¡No te creo nada!
—Verás, él picó la verdura —dijo Jin, descubriendo el pavo que había hecho—. ¿Te gusta?
Jimin se rio, nerviosa—. Ah-h, ¿y esto cuántas calorías tiene?
Namjoon rodó los ojos, cortando un muslo del pavo y echándolo en su propio plato—. De nuevo con eso. —regañó.
—Me preocupo por mi figura. —se quejó, bajando las mangas de su suéter hasta que tapó sus manitas.
—Mmmh, te aseguro de que no te pondrás como un balón, ¿vale?
—Ya estoy así...
—¡Claro que no! —la interrumpió Namjoon, dándole una mirada de reojo a su novio, quien fruncía el entrecejo, preocupado— Si sigues diciendo eso-
—Nam, por favor —Jin suspiró—. Jiminie comerá, aunque sea un poco. Yo mismo estaré al pendiente de que estés comiendo bien. Y no me obliguen a hablarle a Taeyeon o a Heesook.
Jimin se cruzó de brazos—. ¡Pero! —fue su berrinche.
—Vaaamos, consentida —Jin le picó una mejilla—. Te prometo que para mañana el desayuno será una ensalada César.
—Quiero probar tu versión coreana~ —se emocionó Jimin—. ¡Te quiero, oppa!
—Yo te quiero más, Jiminie —le sobó el cabello levemente, sabiendo que a ella no le gustaba que los mimos se concentraran en ese lugar—. Namjoon-ah... —asintió en dirección a su novio, quien casi llevaba los cubiertos a su boca, y se detuvo de inmediato, enderezando la columna.
—Jiminie... ¿Cómo te sientes?
—¿Eh?
Jin se arrepintió.
—Mmh, tal vez deberíamos esperar que termine de cenar, amor. —susurró, pero Jimin escuchó.
—¿Por qué lo preguntan?
Jin desvió la mirada, sirviendo pavo en todos los platos. Esperaba que Namjoon hablara, pero al ver lo reacio que se encontraba, se armó de valor.
—Tal vez deberías volver al psicólogo, linda.
Jimin se veía incluso más joven en esas fachas. El abultamiento de sus labios los llenaba de ternura, pero no podían ceder ante ella tan rápido.
—Pero... no lo necesito. Estoy bien.
—En verdad eso queremos creer, pero tu ataque de pánico...
—Le pasa a cualquier. Por favor... No quiero volver. Estoy intentándolo así, ¿cierto? Estudio para mis exámenes, me esfuerzo, practico para mis clases de canto... E incluso... tengo planeado volver a bailar. Ir al psicólogo no me pondrá mejor, sólo el tiempo...
—Te hemos dado tiempo, Jimin. No vas a terapia desde los dieciocho, y lo aceptamos. Lo creemos más saludable, porque revivir la experiencia... Tu experiencia, debe ser abrumador. Pero no deberías tener ataques de pánico, ¿también hay pesadillas?
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(extra)Ordinaria | KookMin
Hayran KurguPark Jimin es una niña superficial que definitivamente no debería resultarle extraordinaria. Hasta que lo hace, y Jeongguk se encuentra a sí misma pululando a su alrededor cual satélite. O en donde Jimin y Jeongguk son alumna y profesora respectivam...