LVII

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LVII

Estar allí otra vez lo ponía nervioso, aunque el hablar de la situación de Jimin estaba convirtiéndose en algo más llevadero ahora que había comenzado su proceso de auto perdón.

—¿Cómo está Jimin?

La pregunta lo sorprendió. Por lo general no hablaban de Jimin en sí misma, sino de sus sentimientos con respecto a su hermanita. Pero dar su visión personal sobre el estado anímico de la chica parecía fácil. Ella lucía feliz luego de un mes teniendo novia. Jeongguk era muy pegajosa, eso sí, pero también le daba su espacio. Además de que los años de diferencia no eran muchos y Jeongguk de verdad parecía respetarla.

—Bien —Namjoon sonrió—, ella está ¿Enamorada? O eso creo.

—Enamorada es una palabra poderosa.

Namjoon asintió. Él también estaba enamorado, lo comprendía.

—Jimin es especial. Ella lo sabe —al ver la cara de confusión de su psicóloga, él aclaró—: Su novia.

—Ah~, ¿Su novia sabe lo que ella vivió?

Namjoon negó con la cabeza.

—Intenté decírselo, pero ella alegó que eran detalles que Jimin debería compartir.

—Es madura.

—Jeongguk parece haber vivido mucho. Eso me da miedo. Jimin es indefensa-

—Jimin es fuerte. A pesar de lo que vivió, ella sigue con su vida. Es un ejemplo a seguir.

—Ella no recuerda nada. —Namjoon miró sus manos juntas.

Que Jimin no recordara no era el problema, sino la paranoia de cómo reaccionaría si alguien por la calle la reconocía de las noticias de hacía años. Si alguien lo señalaba en su cara y Jimin se derrumbaba, Namjoon lo caería con ella. El amor que sentía por su hermana era infinito. Y la culpa por lo que había permitido pasar, también.

Si Namjoon hubiera estado más pendiente...

—Es mi culpa —Namjoon interrumpió lo que estaba diciendo la mujer. Ella ladeó la cabeza—. Es por lo que estoy aquí. Siento que sucedió por mí. Siempre me he centrado en mí. Para empezar, no debí marcharme de casa. Dejarla con mi familia y permitir que personas asquerosas se fijaran en ella. Pero... yo... tal vez no era del todo inmune a su belleza extraordinaria. A su capacidad de espabilar y tener a las personas a sus pies. No hablo de un plano sexual... Jimin no enreda sólo así. Es la necesidad de protegerla y el miedo a hacerle daño. Como si fuera frágil. También de hacerle daño hasta destruirla, para arruinar su bonita cáscara...

Hubo un silencio y la mujer escribió en su libreta.

—Dijiste algo sobre Jimin.... Que es extraordinaria. ¿Por qué?

—Por lo que le he contado. Divide a la gente como Moisés dividió el mar rojo, entre los que la quieren y los que la quieren destruir. Yo no quería convertirme en los segundos. Por eso me fui. Mis padres eran muy sobreprotectores con ella y yo sentía que... era el menos querido. A ver, Jimin tiene ese físico y esa piel. Yo soy todo lo contrario a ella.

—¿Esa piel?

—Mis papás eran de mi color. Ella por alguna razón salió tan blanca como un copo de nieve.

—Eso es racista.

—No si sufriste burlas en la escuela y entendiste que tal vez ser más claro de piel sería lo ideal.

En el momento en el que trajo a colación sus problemas adolescentes, supo que su psicóloga dejaría el tema «Jimin» para pasar a sus problemas de autoestima arraigados. Lo agradeció.

(extra)Ordinaria | KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora