XIX.

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XIX

—¡¿Es en serio?! —Taeyeon irrumpió en la oficina de su padre.

—¿Cómo estás, linda?

—¡Acabas de matar a un hombre!

Esta vez, él le miró a la cara.

—No es el primero ni el último.

—Pero-

—No alces la voz —Taeyeon se dio cuenta de que estaba respirando agitada, y calló—. Vale, ¿por qué te molesta tanto?

No podía decirle que el cuñado de Jimin trabajaba allí. Era obvio que lo sabía, pero tenía miedo a que lo mencionara en voz alta.

—Nada... —dijo, en cambio.

Le causaba diversión. Estaba de lo más normal en Twitter y de repente se enteró de la masacre en la estación más reconocida del distrito. Para calmar la opinión pública, Jin no salió a dar su discurso; una mujer bonita lo había hecho por él. Sospechoso.

—Sé que tu amiguita es especial para el inspector. Es lo necesario.

Taeyeon tragó saliva—. No le harás daño, ¿verdad?

—No, tienes razón. O al menos, no por ahora. Quiero mantener el buen nombre de mi heredera.

Rodando los ojos, Taeyeon tomó asiento enfrente del escritorio de su padre.

—Yoonji no quiere tu vida de político, supéralo.

—Me pregunto si tu madre y yo hemos hecho mucho al dejarlas tener este tono irrespetuoso con nosotros.

—Ya~, ¿dónde está mi unnie? —preguntó con sarcasmo.

—No sabemos. Simplemente, desapareció. Tenemos un detective privado trabajando en ello, sin embargo.

—¿Al menos es legal?

—Sí~. Nunca pruebes las drogas, ¿vale? Que me duele la cabeza.

—Ja, ja. Y... ¿Qué si me gustan las mujeres?

Su padre era, por regla general, más asequible que su madre. Él posó su mirada en Taeyeon y suspiró, acariciando sus sienes.

—¿Te conseguirás una novia decente?

Taeyeon soltó una risita nerviosa—. ¿Qué hay de Jimin?

—¡Ah! ¡Con que ella te gusta!

Sonrojándose, negó—. ¡Es mi amiga, sólo hacía una suposición!

La carcajada de su padre acentuó el sonrojo en su cara—. Vale. Lo entiendo. No tocar a mi futura nuera.

—Qué gracioso. —se cruzó de brazos.

—Muuucho~. Pero, por favor, todavía no le digas a tu madre. Es tan dramática que pensará que lo de Yoonji se repetirá.

Taeyeon asintió y se puso de pie, dirigiéndose a la salida. Quería llamar a Jimin, pues esa noche se le había hecho tarde para escabullirse de su casa.

(extra)Ordinaria | KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora