(extra)Ordinaria | KookMin

LXXV.

LXXV

La habitación de Jimin estaba a oscuras. Incluso la ventana estaba cerrada.

Jeongguk percibió el bulto debajo de las sábanas y lo abrazó sin pensarlo. Jimin le dio un codazo, pero no se separó.

Afuera estaban Namjoon, Jin, Heesook y Yoonji, preocupados, mientras que Taeyeon estaba contrariada, sin saber si alegrarse o no de la pelea.

—Vete.

—Jimin...

—Ya n-no me quieres.

Jeongguk tuvo que estrujarla un poco más en busca de que entendiera que ella siempre la querría. Tal como se amaba a un amante, o a una amiga. No importaba. Las palabras de Namjoon habían calado en su interior: El amor venía en diferentes presentaciones. Justo después de un episodio traumático, Jimin y Yoonji no necesitaban una pareja. Tenían que sanar por ellas mismas.

—Te amo.

Jimin se destapó en un arranque de rabia—. Ah, ¿sí? ¿Y por qué no me vienes a visitar, o a tocar?

—Jimin-

—¡Explícame!

—No quiero hacerte daño.

—Dime, aunque duela —Jimin hizo un puchero, sus lágrimas cayendo por sus mejillas—. ¿No soy lo suficientemente hermosa? Nu-Nunca has actuado tan ansiosa como los demás y-

Jeongguk la detuvo con un beso en los labios. Sólo fue un toque que Jimin buscó profundizar, y entonces se separó.

—Jimin, escúchame, te amo. Lo hago. Eres mi musa porque, cuando te veo, me considero más artista que nunca. Lo que pasa es que... Tal vez no sea el momento.

Lo había soltado.

Jimin sollozó—. N-No digas... eso...

—No quiere decir que me alejaré. Estaré aquí, ¿vale? Hasta que te sientas mejor. Seré tu amiga y-

—¡No quiero ser tu amiga!

Jeongguk maldijo en voz baja y se limpió las lágrimas de forma furiosa. Pegó su frente con la de Jimin, ambas respiraciones agitadas.

—Yo tampoco, amor... Pero es lo mejor.

—No es lo mejor...

—Sí, sí... Sabes que lo que pasó, pasó, ¿verdad? Negarlo no lo hará menos veraz. Tienes que trabajar en ello. Antes de esta relación, estamos nosotras mismas. No quiero que nos dañemos y luego todo termine peor.

Jimin no supo qué responder. Entendía que era cierto, pero le daba miedo afrontar una realidad sin su Ggukie.

Y ese era el problema.

Codependencia que más adelante convertiría su lazo en uno tóxico. Jimin no buscaba tal desenlace.

—Pe-Pero... ¿Estarás para mí, aunque hayamos terminado?

Jeongguk asintió y se metió en las sábanas, para después abrazarla contra sus pechos.

Al menos sentía el alivio que quedaba después de la seguridad de estar haciendo las cosas bien.

• • •

Tener el corazón roto a principios de septiembre era triste por dos razones: El cumpleaños de Jeongguk y Namjoon, y el aniversario de la muerte de sus padres.

Estuvo triste toda la mañana. Namjoon le trajo el desayuno, pero no tenía hambre. El día anterior había comido demasiado y ahora se sentía culpable.