XXXV.

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XXXV

Dormir sola había sido tan horrible para Jimin, como siempre, pero no quiso incomodar en la cama de Namjoon y Jin.

Aquella mañana la estaba viviendo envuelta en una bruma transparente. Decidió ir a la escuela simplemente para ver a Jeongguk, sentada en los asientos traseros del auto de su hermano y guardando silencio.

—Paso por ti.

Jimin asintió. Ver la mueca destruida de su hermano la obligó a dibujar una sonrisa en su rostro. Su intención nunca era hacer sentir mal a su familia.

Taeyeon la saludó de un beso en la mejilla. Jimin, una vez más, sonrió forzada.

—¿Estás bien? Te noto...

Haciendo un puchero, ella se cubre el rostro con las manos—. ¡No me maquillé lo suficiente!

Taeyeon frunció el ceño ante tal información. Era por demás de extraño. Jimin estaba obsesionado con la manera en la que los demás la veían.

—Sigues igual de hermosa.

Jimin agarró su mano, dejando ver una mueca de felicidad sincera—. Te amo, ¿lo sabes?

Taeyeon sabía que sus palabras tenían un significado diferentr al que se estaba imaginando, pero no podía evitar sentirse enamorada.

—Te amo. —le correspondió.

Cuando entraron a clase de Arte, Jimin pareció empezar a brillar. Mostró los dientes en una sonrisa y la piel de sus mejillas, antes pálida, se sonrojó. Jeongguk también lucía afectada, incluso nerviosa mientras comenzaba a explicar el tema que seguía en el plan de curso.

La cabeza de Taeyeon era un destrozo. Por la mañana no había visto indicios de Heesook en su casa, pero la felicidad en el rostro siempre neutro de Yoonji era una prueba irrefutable de lo que significaba el gancho que descubrió.

—¿Todo bien?

Le causó gracia que Haneul lo notara. Jimin, su mejor amiga, estaba muy ocupada comiéndose con los ojos a Jeongguk.

Taeyeon se volteó hacia la chica que normalmente solía hablarle a Jimin, porque ella no era muy agradable con las personas—. Estoy bien.

Jimin estaba a su lado. Haneul en los asientos traseros; Taeyeon se volteó, capturando los ojos grandes de la chica. Parecía occidental, pero no lo suficiente. Su cabello borgoña lucía bonito en wolf cut.

—Vale... Me preguntaba si luego podías ayudarme. Estoy en blanco con mi autorretrato.

—Y pensar que también debo hacer un retrato.

Ella rio, Taeyeon se dio una palmada en el rostro, llamando la atención de Jimin, ¿o había sido la carcajada de Haneul? La misma que Jeongguk calló con una mirada endemoniada. Taeyeon se preguntaba cómo podía gustarle a Jimin, es decir, ¿en serio?

—¿Qué es tan gracioso? —preguntó Jimin, ladeando la cabeza. Taeyeon se perdió por unos segundos en la forma en la que mordió su labio inferior.

—Que Taeyeon me ayudará con mi trabajo. —dijo Haneul, amable.

Jimin y ella empezaron a conversar como siempre que se veían. Jeongguk, quien había dejado una actividad, literalmente se hacía la desentendida, pero llamaba la atención de quien osara a imitar la rebeldía de Jimin.

¿Y así pensaban ocultar su obvia atracción prohibida?

Taeyeon suspiró, cansada. Su mirada se encontró por un instante con la de Haneul, cuya cara se puso roja en consecuencia.

(extra)Ordinaria | KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora