VI
—Tengo malestares...
—Naturalmente.
Yoonji sufrió una arcada—. V-Voy a-
—Mantenlo en tu sistema. Estoy a punto de entrar en escena.
Yoonji rodó los ojos, pero continuó masajeando los hombros musculosos de Jeongguk, quien cuando escuchó su nombre, se puso de pie y alzó los brazos. Las ovaciones eran alicientes para su ego.
—¡JK VS. BLACK AND WHITE, A. K. S BLITHE! —gritó el MC en inglés, y luego se salió del ring.
Yoonji aplaudía a la vez que Jeongguk se tronaba el cuello.
Blithe tenía vitíligo. Comenzó a pelear desde los quince años; a sabiendas de que nadie querría una mujer manchada en su expresión más literal, se construyó un camino hacia el reconocimiento.
Jeongguk la respetaba. Por eso le hizo una reverencia de noventa grados antes de clavarle un golpe en el rostro, pero ella lo bloqueó con los brazos en X.
La pelea transcurrió amena. No podía escuchar la bulla a su alrededor, pues tenía algodón en los oídos, aunque podía notar a Yoonji adormilada en una esquina del ring. Al parecer se le había pasado el efecto «Euforia» de la heroína, así que venía la parte fea del asunto. Por eso no se preocupó cuando la vio correr hacia alguna parte (de seguro al baño).
Quejándose por un golpe particularmente fuerte, se sacó las vendas desgastadas. Blithe le dio la mano, pero no para ayudarla a parar, por lo que dos segundos después se arrepintió: Su espalda dolorida chocó contra el suelo. Jeongguk no hizo más que reír, de fondo los vítores y quejas aumentaron.
No se podía esperar menos de una pelea ilegal.
Poniéndose de pie, su cabello, que antes había estado sujeto en una coleta alta, se soltó. Se colocó en posición de combate, y Blithe alargó la sonrisa caníbal que tenía en el rostro oscuro con manchas blancas. Era bonita a su parecer: Alta, delgada, musculosa, de cabello corto y ojos tan rasgados que se sorprendía de que viera bien. Le sacaba una cabeza de altura, con senos normalmente gigantes que ahora estaban siendo presionados por una venda. Jeongguk no tenía mucho busto, por consecuencia, solía sentirse atraída por un buen par de tetas.
Detallar a su oponente era un error. Jeongguk lo sabía, pero en su opinión, había pasado tanto desde su última pelea, y su mente estaba divagando. Sin embargo, recordó que necesitaba un lugar en el que pasar la noche, por lo que, tambaleante, otra vez se puso de pie.
Dando su mejor mirada asesina, Jeongguk se dispuso a atacar.
• • •
El lugar era espacioso y había mucha gente. Jimin se mantenía agarrada de Heesook, a tal punto de que, incluso, se le colgaba en el brazo. Su amiga estaba muy concentrada en su teléfono para prestarle atención al contacto físico que demandaba en busca de sentirse segura.
Llegaron a una especie de ring que se elevaba en el suelo, Jimin supuso que para que todos los presentes pudieran disfrutar de las peleas. Había una jaula alrededor del pentágono que laboraba como «cuadrilátero de boxeo» que realmente no era un cuadrado.
—Se v-van a matar... —murmuró Jimin, pero no despegó la mirada de las mujeres violentas que se daban golpes mortales entre ellas—. ¿Quién crees que vaya a ganar?
Heesook levantó la vista del celular para mirar la escena en frente de sus ojos. Ladeó la cabeza y lo pensó un poco.
—Creo que la de vitíligo es más grande.
ESTÁS LEYENDO
(extra)Ordinaria | KookMin
أدب الهواةPark Jimin es una niña superficial que definitivamente no debería resultarle extraordinaria. Hasta que lo hace, y Jeongguk se encuentra a sí misma pululando a su alrededor cual satélite. O en donde Jimin y Jeongguk son alumna y profesora respectivam...