XIV
Al despertar, lo primero que Yoonji escuchó fue el llanto de su madre. Rodó los ojos de inmediato, pues, aunque estaba acostumbrada a su tendencia a la exageración, esa vez se descubrió más molesta al respecto.
—¡Yoonji! ¡Estás viva, cariño!
Estuvo entre sus brazos por largos minutos. Cuando ella finalmente la dejó en paz, pudo darse cuenta de que Taeyeon estaba cruzada de brazos cerca de la puerta. La miraba con esos ojos profundos que a veces la ponían nerviosa, cuando estaba sobria, como ahora. En un maldito hospital.
Sus oídos dejaron de captar las palabras de su madre después de la revelación de que estaba en una camilla de hospital. Una bata blanca, el cabello suelto y corto rozando sus hombros, su madre llorando, su hermana ignorándola y su padre entrando a la habitación mientras atendía una llamada seria —a juzgar por su expresión.
Se dio cuenta de la aguja incrustada en su muñeca, la morfina colgando a un lado de su camilla, las vendas rodeando su pecho, pero no encontró rastros de dolor.
—El medicamento te tiene bien, amor, así que lo mejor es que no te muevas mucho. Vas a-
Esa había sido su madre, quien terminó siendo interrumpida por la sorpresa que inundó su sistema. Yoonji se había sentado sobre su retaguardia y extendió la mano, dirigiéndose a la ruedilla que controlaba el nivel de morfina en su cuerpo. Cuando el goteo se volvió más constante, dejó salir un suspiro de alivio.
—Drogadicta.
—¡Taeyeon! —regañó su padre.
—Ya, tiene la razón —susurró, escuchando su voz ronca, incluso su garganta dolió—. ¿Me das agua, por favor?
La persona más cercana a un vaso con agua bastante caliente que había arriba de una mesita era Taeyeon. La pareja la miró como esperando que lo llevara a su hermana mayor, pero ella continuó con los brazos cruzados, e incluso tuvo el descaro de mirarse las uñas. Yoonji levantó una ceja, sorprendida.
—Vaya —murmuró, casi inaudible, y un foco se encendió encima de su cabeza—. Mamá, papá, me dieron antojos de... ramen —el hombre ya estaba saliendo en busca de ello—, ¡Y de twigim!
Su madre la miró confundida y Yoonji se limitó a sonreír.
—¿Twigim? ¿Y eso adónde se supone que lo conseguiré? —ella se cruzó de brazos.
—Bueeeeno~, si no te apuras no lo sabrás en la próxima media hora.
—Estamos muy lejos de las plazoletas de comidas callejeras, ¿puedes dejar de ser tan caprichosa? —obviamente, esa había sido Taeyeon. Yoonji tan sólo rodó los ojos en su dirección.
—¡Poooooor favoooor~!
Sus padres accedieron después de que hiciera ojitos de cachorro apaleado. Recibió besos en los mofletes y los despidió con la mano. Ellos le encargaron a Taeyeon vigilar, a juzgar por la mirada que le dieron, pero la menor había rodado los ojos, como si realmente no le importara.
Sin embargo, cuestionó una vez vio a Yoonji dispuesta a quitarse todos los aparatos que yacían conectados a su cuerpo.
—¿Adónde crees que vas? ¡N-No te quites las vendas, por Dios!
Yoonji decidió hacerle caso, más que nada porque no recordaba muy bien qué le habían hecho. Miró por toda la habitación, pero no encontró alguna prenda suya, así que maldijo por lo bajo y se dirigió a la puerta únicamente con la bolsa de morfina todavía conectada a sus venas.
—Oye-
—Cállate, ¿quieres? —la interrumpió, mirándola con sus ojos fríos. Tomó del vaso con agua caliente y gimió al sentir su garganta siendo hidratada— No nos engañemos. No me soportas. Ahora largo de mi camino.
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(extra)Ordinaria | KookMin
FanfictionPark Jimin es una niña superficial que definitivamente no debería resultarle extraordinaria. Hasta que lo hace, y Jeongguk se encuentra a sí misma pululando a su alrededor cual satélite. O en donde Jimin y Jeongguk son alumna y profesora respectivam...