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Jimin estaba temblando. La mirada perdida y sus dedos incrustados en la piel descubierta de su brazo derecho, amenazando con rasguñar los tatuajes. Jeongguk se acercó y la besó en los labios, tumbando su cuerpo en el colchón.

—Ggukie...

—¿Qué pasó, Jiminie? —preguntó con voz pequeña. No solía llamarla de tal forma, pero el alcohol estaba haciendo estragos en su cabeza.

—Y-Yo... —ella suspiró, acariciando las mejillas de Jeongguk con sus deditos— Nada, estaré bien.

—¿Ahora mismo cómo estás?

Jimin asintió, eludiendo el cuestionamiento, y se apresuró a besar los labios de Jeongguk, abriendo las piernas para que ella ingresara. Ni corta ni perezosa, la profesora abordó su boca. Rápidamente la desvistió y Jimin hizo lo mismo con ella, dejando besos mojados en la piel tatuada. Jeongguk la acarició en medio de las piernas, notando su vagina húmeda a través de la tela. Se le hizo agua la boca.

Quitó la ropa interior y metió la lengua en la cavidad vaginal. Jimin agarró sus propios senos y arqueó la espalda, cerrando las piernas en el proceso. La cabeza de Jeongguk quedó atrapada en medio de los muslos.

No le fue difícil alcanzar el orgasmo sin que Jeongguk le metiera los dedos. Y, aunque intentó no hacer ruido, los quejidos se escapaban de su boca, llegando a los oídos de Taeyeon, quien estaba del otro lado de la puerta, sacando sangre de su belfo gracias a la fuerza ejercida en su mordida.

—¡G-Gukie! ¡Ah, ah, más rápido! —Jimin pedía, agonizante. Se escuchó el sonido de un chapoteo y los quejidos en subida.

Su lubricante natural se resbalaba de su entrada. Jeongguk nunca había conocido a una chica que chorreara como Jimin.

Era exquisito, explícito y atrayente; así que Taeyeon abrió la puerta un poco, ya que no alcanzaba a escuchar muy bien. La habitación olía a sexo y a Jimin. No sabía el porqué, pero le daba curiosidad. Ver a Jimin en brazos de Jeongguk era prohibido, pero ahora estaba al alcance de su mano, y ella tomó la oportunidad.

Taeyeon detalló las piernas desnudas de Jimin y su rostro rojo, al igual que sus grandes pechos. Tragó saliva al mismo tiempo que Jeongguk la colocaba sobre sus rodillas y la penetraba con cuatro dedos. Jimin sacó la lengua y Jeongguk la tomó del cuello. Le sorprendía lo... ruda que estaba siendo. Taeyeon nunca la trataría de tal manera. Pero a Jimin parecía encantarle, a juzgar por sus espasmos de placer cada dos por tres.

—G-Ggukie, ah, ah...

Taeyeon apretó los muslos juntos y se tocó la vagina por encima de la ropa, luchando con el impulso por acercarse y simplemente unirse. Besar a Jimin, apretar su piel blanca.

Sin embargo, se obligó a dar media vuelta y cerrar la puerta detrás suya. El estruendo hizo que la pareja detuviera su momento, pero no les causó mucho trabajo dejar en el olvido el acontecimiento al azar.

Taeyeon salió disparada hacia la salida, sudando a cántaros. Namjoon, Jin y la colega del último hablaban en la sala. Los tres lucían ebrios, pero consideró la situación inofensiva.

• • •

—Yoonji no aparece.

Taeyeon rodó los ojos—. Debe de estar con Heesook, yo qué sé.

—Heesook dijo que no la ha visto desde hace unos días. —el señor Min aseguró, y Taeyeon los enfocó.

—¿Hablaron con Heesook?

(extra)Ordinaria | KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora