XXI
Esa noche, los papás de Heesook no estarían en casa. Cuando se despidió de ellos, subió a su habitación, no sin antes llevarse consigo una bolsa repleta de pan, lechuga, jamón y mantequilla.
—¿Tienes hambre? —le preguntó a Yoonji, quien estaba «dormida» con un libro en la cara.
Heeook había notado que no estaba realmente dormida gracias al movimiento inquieto de su pierna, así que no se sorprendió cuando la vio erguirse.
—Gracias —suspiró, dándole un gran mordisco al primer sándwich que Heesook le había armado con rapidez—. Pensé que no me hablarías...
Heesook se sonrojó y apartó la mirada—. Me puse nerviosa.
—Lo noté. Pero no pasa nada, lo disfrutamos y es lo que importa, ¿no es así?
—Cla-Claro. —asintió.
—Eres muy tierna~ —Yoonji se puso de rodillas y encerró las mejillas de Heesook en sus manos— y muy linda. —dejó un suave beso en sus labios, después se separó y siguió comiendo como si nada.
—Vaya...
Luego de unos minutos, Yoonji empezó a sentir que Heesook la gastaría por la intensidad de su mirada.
—¿Sucede algo? —preguntó, divertida. Era obvio que Heesook la deseaba, y le encantaba.
—Na-Nada, que... Qué bonita estás.
Yoonji se sorprendió. Hacía tanto desde que alguien le dio un cumplido—. ¿Tan de imprevisto?
—L-Lo siento...
—¡Oh, no te disculpes! Me gustan mucho los halagos. Más si viene de una mujer tan hermosa como tú.
Heesook quedó paralizada por unos segundos. Después, escondió el rostro en sus palmas y lanzó un grito.
—¡Yoonji!
La interpelada se ríe—. ¡Vaaaale! ¿Vemos anime o algo?
—O algo. —escogió Heesook.
—Ja, ja. Entonces quiero ver Naruto.
—¿No tienes una mejor sugerencia? —Heesook rodó los ojos, pero todavía se dirigió hasta el televisor, encendiéndolo—. Naruto es muy largo.
—Es una historia emotiva, cállate.
Así, compartieron espacio personal mientras ambas veían la televisión gigante. Incluso si Yoonji se levantó dos veces a vomitar, Heesook no mencionó su evidente malestar e intentó hacerla pensar en algo más.
Mientras tanto, Yoonji maquinaba un plan para tomar el celular de Heesook, grabarse la dirección y marcharse sin tener que decir adiós. Sería mejor de esa forma.
Para cuando Heesook cayó dormida, rebuscó en sus bolsillos, sacó su celular y unos cuantos billetes. Desbloqueó con su huella, y leyó la dirección que Jeongguk le había enviado, después borró el mensaje. Tomó su chaqueta militar y dejó un beso en la frente de aquella mujer que la había ayudado.
—Gracias, te lo pagaré. —susurró.
Salió por la ventana sin mirar atrás. Sus heridas estaban mejor, pero las ansias por algo no mermaban.
• • •
Al llegar a casa, Taeyeon no sintió a Jimin extraña, pero después de verla sonreír a la nada, supo que algo pasaba. La tomó de los hombros y la puso de lado, uniendo sus ojos con los más pequeños de Jimin.
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(extra)Ordinaria | KookMin
FanfictionPark Jimin es una niña superficial que definitivamente no debería resultarle extraordinaria. Hasta que lo hace, y Jeongguk se encuentra a sí misma pululando a su alrededor cual satélite. O en donde Jimin y Jeongguk son alumna y profesora respectivam...