LIX

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LIX

Jimin se retocaba el maquillaje con esmero, a la vez que veía en el espejo su reflejo. Se gustaba. Rio. Últimamente, todo era más fácil con Jeongguk a su lado. Ella la hacía considerarse a sí misma hermosa, y que lo mencionara hacía maravillas en su autoestima.

—Eres hermosa. —se recordó a sí misma.

Incluso estaba dejando de temer a los abrazos. Cuando Jeongguk la tomaba desprevenida, no sentía pánico, sino electricidad en su vientre. Afán por más.

Entonces, una persona apareció al lado de reflejo. Cabello oscuro y wolf cut. Era Haneul, quien tenía el rostro serio.

—Hola, Han~. —Jimin saludó.

—Hola.

Ella tenía la voz firme y su expresión no variaba. Sumamente extraña. Nunca había actuado de tal forma en su presencia, así que giró sobre sí misma y estableció contacto visual con Haneul.

—¿Estás bien?

Haneul se rio. Literalmente. Jimin, no pudiendo con su sorpresa, arrugó el entrecejo.

—¿Pasa algo? —volvió a preguntar.

Haneul se acercó demasiado, poniéndola nerviosa.

Rozando ambas narices, por fin respondió—: ¿Eres tonta?

Jimin hizo un puchero—. ¿Qué?...

—Eso.

No encontraba lógica en el cuestionamiento brusco de Haneul, pero incluso si trató de tomar distancia, ella no se lo permitió. La pegó al lavamanos y enterró las uñas en sus mejillas, agarrándola del rostro.

—No entiendo qué te ve.

—Ha-Haneul...

—Eres tonta, no te das cuenta de nada y ni siquiera tienes buenas notas.

Jimin discrepaba. Vale, no era tan inteligente como Taeyeon, pero tenía buenas notas. Tan aceptables como para ingresar a una universidad medianamente reconocida. Sin embargo, no dijo nada. La presión que Haneul ejercía en su cuerpo la había paralizado.

Quedarse quieta era su mecanismo de defensa, como los conejos.

—Responde —Haneul se acercó a su rostro. Sus labios rojos estaban cerca a los suyos, y cuando ella se inclinó, Jimin apartó la cara—. Ah... No te dejas.

—N-No entiendo qué pasa...

Haneul apartó su cuerpo con fuerza. Jimin sintió un dolor punzante en su cadera, que había sido golpeada por el lavamanos al momento de ser empujada.

—No entiendes —Haneul se rio, sarcástica—. Qué raro. Supongo que le gustas a Taeyeon por tus grandes tetas, ¿o es tu culo?

Jimin expandió sus orbes. Negó hasta con las manos, queriendo explicar un punto, pero Haneul le escupió en la cara y ella tuvo ganas de llorar. Sucumbió a ellas.

Cuando Haneul se marchó, Jimin continuó llorando. No sabía por qué, su cabeza era un lío, pero la acción de la chica la había hecho sentirse humillada. Y la revelación que de verdad le sorprendía, sumaba a su congoja.

Quería desaparecer.

Quería a Jeongguk.

• • •

Jeongguk terminaría durmiendo en el sofá. Le estaba haciendo ojitos para que se recostara en él cuando, inesperadamente, Haneul salió corriendo como alma que lleva el diablo. Antes de que Taeyeon la alcanzara, ella ya se había esfumado.

(extra)Ordinaria | KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora