One in a million (Steve Rogers & tú) (Steve Rogers y tú)

Capítulo X: Mi secreto

Habían pasado 6 días desde la muerte de Harold, por más que trataba de evitar sentir toda esta ira dentro de mí, no podía, sentía que H.Y.D.R.A. me había quitado todo, mi hogar, mi familia, mi vida, pero confiaba en que al lado de Steve por fin terminaríamos con todo, sé que mis motivaciones no son correctas como las de Steve, solo quiero que todo esto acabe a cualquier costo, incluso mi vida, total ya no tengo nada que perder.

- Intento Nº82 para hacerte sonreír – dijo Howard entrando al laboratorio, sonreí.

- Ese estuvo bueno – sacó detrás de él un ramo de girasoles – no es necesario que hagas todo esto – le dije tomando el ramo y oliéndolas.

- Yo tampoco quiero que te sientas sola, no solo tienes a Steve, también a mí.

- Me encanta que seamos amigos.

- ¿Te puedo preguntar algo por más que sea inapropiado? – asentí - ¿estás enamorada de Steve? – me sorprendí – perdón, sé que no debí, pero, en serio, necesito saberlo.

- Lo estoy, estoy enamorada de él desde antes del suero, pero él no lo está de mí.

- Estaría loco sino lo estuviera ¿Por qué no le dices lo que sientes?

- Porque él está enamorado de Peggy.

- ¿Te lo ha dicho?

- Directamente no, pero sé que él ha estado pendiente de mí, pero, también ha estado con Peggy por lo de las misiones, los he visto pasarla bien juntos y lo he animado a declarársele.

- Yo pienso que deberías buscarlo y decírselo.

- Pero la muerte de Harold es reciente, no es correcto, además, no me gustaría oír que me rechazase.

- ¿Si no lo hace? Sé que Harold aprobaría ver a su hermana feliz, así como Erskine, no pierdas más tiempo – le sonreí.

- Gracias Howard, eres el mejor.

- No tanto al parecer.

- Claro que sí – le di un beso en la mejilla, fui en busca de Steve – ¿Has visto a Steve? – le pregunté a Bucky al encontrármelo.

- Sí, te está buscando, también, entro a su oficina.

- Gracias, Buck.

- Me alegra verte por fin fuera de ese laboratorio, estaba a punto de aprender química por ti – reí – quizás podamos hacer algo antes de irnos.

- Por supuesto – le sonreí y entré a donde estaba Steve.

- Te estaba buscando – me dijo.

- Lo sé, yo también, quiero decirte algo – le dije sonriéndole.

- Yo también – me respondió.

- Entonces tú primero.

- ¿Segura? – asentí – he estado pensándolo mucho últimamente y siento que ya es tiempo – solo sonreí ampliamente – quiero decirle a Peggy que sea mi chica – oculté muy bien mi tristeza.

- Eso es excelente, Steve, me alegro por ti – lo abracé.

- Le compré esto – sacó una pequeña caja con un prendedor de un girasol – ¿Tú crees que le gusté? – me preguntó ilusionado, sonreí.

- Le encantara, es un hermoso prendedor – me abrazó.

- ¿Crees que me puedas ayudar a hacer algo especial? Quiero que todo sea perfecto, quiero decirle "Peggy, sé mi chica" – asentí – gracias, eres la mejor amiga que puedo tener – sus palabras me destrozaban por dentro, pero me alegraba que fuera feliz – ¿ocurre algo? – mis ojos estaban brillosos.