Amo la forma en la que me siento con él, ya que hace que todo sea más fácil, él es de esas personas que conoces solo una vez en la vida y llegan para cambiártela completamente. Sabía que él siempre me cubriría las espaldas, así como yo a él, me enca...
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CUATRO AÑOS DESPUÉS
- ¿Dónde estará? – pregunté mientras caminaba por la cocina, oí una pequeña risa, ya sabía dónde estaba, me dirigí a la gaveta inferior de los muebles de la cocina para abrirla y ahí estaba mi pequeño niño rubio de ojos azules.
- ¡Mami! – gritó feliz, lo ayudé a salir para cargarlo – ¿Cómo me encontraste?
- Porque mami lo sabe todo – respondí, lo coloqué sobre la isla de la cocina – no sé cómo aún entras ahí, si cada día creces más – dije limpiando sus mejillas.
- ¿Seré tan grande como papi? – preguntó ilusionado.
- Claro que sí, mi solecito – boté las toallitas húmedas con las que limpié su rostro – vamos a cambiarte, iremos a visitar a Morgan y al tío Tony – él sonrió – ya sabes que debes llamarlo así, adoro verlo enojado – rio – si lo haces te daré una buena tajada de torta de chocolate ¿trato? – alcé mi palma.
- Trato – respondió chocando mi palma.
- Bueno, mi niño hermoso, gracias por limpiar las gavetas por mami – lo bajé – vamos a bañarte mejor, la tina ya esta llena y con tu pato América – lo llevé al baño y dejé que entrara solo a la tina llena de espuma, era independiente para su edad y muy inteligente, él era diferente a los demás niños, si bien no tenía mis habilidades o las de Steve, su coeficiente intelectual era muy elevado para un niño de su edad, ayudé a lavar su cabello, le gustaba que frotara su cuero cabello con mis yemas de los dedos, después de unos minutos, salió de la tina, sequé su cabello, puse su ropa cerca de él y a los minutos salió vestido, cerré su abrigo y le coloqué su capucha.
- ¡Tío Buck! – dijo feliz cuando vio a Bucky esperándonos afuera, Buck lo abrazó.
- El tío Buck nos llevará hoy – dije abriendo la puerta del auto de Buck para que subiera Abraham.
- Por cierto ¿Qué pasó con tu auto? – me preguntó Buck mientras empezaba a conducir.
- Tony fue lo qué paso, larga historia – él rio.
- Déjame adivinar ¿auto volador? – reí.
- ¿Cómo lo supiste?
- Porque estuve ahí cuando el auto de Howard se elevó por unos breves segundos.
- Amo que hayas usado la palabra elevó – dije sonriente, vi por el retrovisor a Abraham estaba con su tableta jugando.
- ¿Steve te llamó? – preguntó.
- Sí – mentí – dijo que vuelve mañana – vi a Abraham, él sonrió, llegamos al Complejo, Abraham se bajó corriendo para ir en busca de Morgan.
