Amo la forma en la que me siento con él, ya que hace que todo sea más fácil, él es de esas personas que conoces solo una vez en la vida y llegan para cambiártela completamente. Sabía que él siempre me cubriría las espaldas, así como yo a él, me enca...
Habían pasado cuatro días desde la última vez que lo vi, Eric nos tenía en un campamento en a las afueras de Massachusetts, ya que quería que entremos a los laboratorios del MIT porque ahí estaban los nuevos prototipos de armas de alta tecnología, esas armas fueron literalmente un dolor de cabeza para mí.
Estos días, él me había estado ayudando a canalizar más mis poderes, él decía que con la motivación correcta podría ser capaz de mover un edificio entero con mi mero pensamiento si es que así lo quería, solo debía controlarme en las emociones correctas, y no ser el coctel emocional que suelo ser cuando mi pasado intenta conectarse conmigo y sobre todo cuando lo veo a él.
- Están en el subnivel 3 – me dijo Eric – debes quitarle la tarjeta de acceso a uno de los guardias, los demás trataran de ayudarte a despejar el perímetro – asentí.
- Volveré cuando esté listo – dije para colocarme mi chaqueta, para dejarla abierta, no me gusta cerrarlas, llevaba un look total black.
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Entré con facilidad valiéndome de mis habilidades telepáticas, sentía que no era necesario usar la fuerza como indicó Eric, no me gustaba andar golpeando personas todo el tiempo, las dos personas que me acompañaron se quedaron haciendo guardia en los pisos superiores y me avisarían si es que alguien venía, ya le había quitado la tarjeta de acceso a un agente de seguridad, por lo que atravesar las entradas fue demasiado fácil, pero esto no puede ser tan sencillo, revisé el inventario y abrí la bóveda en la que estaban, abrí las cajas con mi mente.
- _____ – dijeron a mis espaldas, era Steve, estaba con su traje del Capitán América, esos colores me traían recuerdos.
- ¿Qué haces aquí? ¿Cómo me encontraste? ¿Estás siguiéndome? – lo bombardeé con mis preguntas.
- Vine a verte, Tony los encontró con sus satélites y Nat junto a Yelena se infiltraron en el campamento, escucharon su plan, y, sí, estoy siguiéndote – me respondió.
- No lo hagas – le pedí.
- ¿Por qué? – dio un paso hacia mí, alcé la mano en señal de alto, se detuvo.
- Porque solo consigues desestabilizarme cada vez que te veo.
- Eso es bueno ¿no lo crees?
- Para mí no, Steve, porque no puedo recordar todo sobre ti, no sé qué es verdad, si puedo confiar en ti, todo es nuevo para mí.
- Entra en mi mente – pidió – solo así te darás cuenta que no miento – insistió con esos ojos azul cielo, los cuales han estado presentes en mi mente desde que lo vi, alcé mi mano para entrar en la mente de Steve, y ver nuestra vida a través de su perspectiva, pude ver pequeños extractos de conversaciones entre nosotros en las cuales, él siempre conseguía arrancarme una sonrisa, y sobre todo aquel recuerdo, donde él me tenía envuelta entre sus brazos mientras bailábamos aquella canción, esos eran los ojos azules que estaba buscando, la paz que tanto anhelaba, bajé mi mano.
