Capítulo XI: Incondicional

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- Te faltó uno – le dije a Bucky mientras le disparaba a otro soldado que estuvo a punto de dispararle a Steve.

- Gracias – me sonrió, oímos el estallido de un tanque – ese sonido significa que Steve terminó con la tarea – asentí – cada vez falta menos.

- Lo sé, cada vez nos acercamos más a Schmidt – dije seria.

- Y a la paz, pronto todo volverá a la normalidad.

- Yo no tendré paz hasta que no muera y para mí, nada volverá a ser normal, Buck.

- Una nueva normalidad, empezar de nuevo.

- Suena bien, pero por ahora solo quiero una cosa.

- Debemos ir al Norte – dijo Steve acercándose a nosotros, vi su brújula, tenía una foto de Peggy, miré hacia un lado y me encontré con la mirada de Bucky, sonreí – nos llegó información de que quizás Zola estará solo en un tren – nos dijo mientras caminábamos, me vio – quiero que estés tranquila, sé lo que significa para ti, pero si conseguimos a Zola, estaremos pisándole los talones a Schmidt, contrólate, solecito – dijo colocando su mano sobre mi hombro, le sonreí.

- Tampoco soy alguien quien no sabe manejar la ira

- No entiendo, es alemán avanzado, me quedé en el básico – dijo Gabe.

- Ich kümmere mich darum, Soldat – le dije.

- ¿Qué? – me dijo.

- Yo me encargo, soldado – le sonreí y tomé los audífonos para oír la transmisión.

- Recuerdas cuando te hice subir al ciclón a Coney Island – le dijo Bucky a Steve.

- Sí, cuando vomité.

- Es tu venganza ¿verdad?

- Quizás – rieron.

- Confirmado – dije – Zola está en el tren que está por pasar.

- Bien hecho, agente Erskine – me dijo Steve.

- Tenemos 20 minutos para alistarnos – le dije.

- No, Steve, no, no lo haré – dijo Bucky – haría cualquier cosa por ti, pero esto es demasiado.

- Vamos, Buck, yo sé que tú puedes – le dijo Steve, Bucky negó con la cabeza.

- Buck – coloqué mi mano en su hombro – encontrar y arrestar a Zola es importante, por favor, dijiste que ganarías la guerra por mí y América – rio – recuerdo que papá solía darme un chocolate cuando tenía que hacer algo que me aterraba, no tengo chocolates en estos momentos, pero quizás podamos darte algo para animarte.

- Perdóneme, madame – me dijo para sorpresivamente besarme para inclinarme ligeramente y besarme, le correspondí a su beso, vaya ya había besado a tres hombres.

- Bucky ¿qué rayos? – dijo Steve ligeramente molesto, me separé de él.

- ¿Está permitido eso? – preguntó Dugan – yo también quiero ese chocolate.

- No, no lo está – respondió Steve.

- Ahora sí tengo valor para saltar – me dijo.

- Entonces sígueme el paso, sargento – dije saltar tomando un gancho, llegué al tren e inmediatamente Bucky llegó detrás de mí.

- Si me das otro, definitivamente ganaré la guerra – reí.

One in a million (Steve Rogers & tú) (Steve Rogers y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora