One in a million (Steve Rogers & tú) (Steve Rogers y tú)

Capítulo XVI: Baul de los recuerdos

Hola, mis bellos lectores, perdón por no subir capítulos diarios como siempre, lo que pasa es que ando ultimando detalles de una boda, la mía, así es, el sábado renuncio a mi título imaginario de Sra. Evans jajaja Pero ahora que ya pase todo el ajetreo, subiré capítulos como siempre diariamente. ¡Los amo 3M!❤️💛💥

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-        Dime ¿hay historia entre Steve y tú? Obvio de la que ya son, perdón, no más bromas.

-        No hay historia, siempre hemos sido buenos amigos.

-        ¿Entonces por qué no querías hablar con él y pediste un wiski?

-        Solo quiero relajarme.

-        Vamos, sé que estás ocultándome algo – sentía ganas de gritar lo molesta que estaba con Steve, no tenía a Pegg cerca, así que decidí confiar en una persona que apenas conozco unos días, tomé otra vez de un solo sorbo el wiski.

-        Estoy enamorada de Steve desde el 42 ¿de acuerdo? – él sonrió.

-        ¿Y en qué parte entró papá?

-        Howard y yo nos conocimos desde el 38, cuando llegué de Alemania junto a mi padre y hermano, fuimos buenos amigos, él no me trataba diferente por ser del Eje, ya sabes, seguimos siendo amigos hasta un año después de que Steve estrelló su avión, yo quise muchísimo a tu padre – sonreí – él era un excelente hombre.

-        No quiero oír eso – reí.

-        No me refiero a eso, tampoco puedo decir algo sobre ello – entendió – realmente me hubiera gustado amar a tu padre y haberme quedado esa noche con él.

-        Si te hubieras quedado, te hubiera llamado "mami" – reí, se abrió la puerta, era Steve.

-        Perdón, pero es tarde – dijo serio cruzando los brazos.

-        ¿Eres su niñero o algo así? Estamos en una conversación privada.

-        ¿Sobre qué?

-        Sobre la fiesta de blanco y negro que haré por mi cumpleaños – me vio – por supuesto, eres mi invitada de honor – dijo tomando mi mano – ¿sabes? Nunca es tarde para una buena hamburguesa de queso ¿no te gustaría ir por una?

-        Me encantaría.

-        Voy con ustedes, también tengo hambre – dijo Steve.

-        Como quieras – dijo renegando Tony para llevarnos a un restaurante que decía en su logo que estaba abierto las 24 horas, ordenamos 3 hamburguesas, Tony fue a contestar una llamada.

-        No quiero que estemos disgustados – me dijo Steve – no hay que perder el tiempo discutiendo, estamos juntos nuevamente, y tienes razón, perdón, no debí besarte ahora ni en el 45 – eso dolió, pero era cierto – es que yo.

-        Espera, ya no digas nada más, somos amigos y eso es más importante.

-        Y porque somos amigos, cuando creí que estabas muerta pedí un favor, cuando me acompañes lo sabrás – dijo sonriendo.

-        ¿Y cuándo iremos? – le pregunté devolviéndole la sonrisa.

-        Al día siguiente de la fiesta de Tony – Tony volvió.

-        Perdón, era una llamada importante – dijo.

-        ¿Pepper? – dijo Steve, sonó su teléfono.