Capítulo 40

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- Jane, Alec y Félix se reunieron con Victoria.

- Tendremos noticias pronto.

Demetri miraba a Annabeth mientras ella arreglaba su cabello.

- Podemos quedarnos aqui...- susurró Demetri mientras abrazaba a su compañera por la espalda.- No creo que nos extrañen.- murmuró dandole un beso en el cuello. Annabeth rió soltándo su cabello en la cara de Demetri para hacerlo retroceder.- ¡Agh! ¡Entró en mi boca!

- Ahora Demetri, tú y yo iremos a esta fiesta, aunque sea unos minutos.- dijo Annabeth tocando su pecho con su dedo. Demetri hizo puchero.- ¡T-tú me invitaste!- tartamudeó casi cayendo en sus encantos.- Ahora vamos, quiero que todos vean tu lindo rostro.- se acercó hasta unos centímetros de los labios de Demetri.- y que todos sepan que tú eres mío, ¡Vamos!

Demetri rió y gustoso se dejó llevar.

- Sería un placer.- finalizó antes de salir de la habitación.

 Ambos vestían de negro, elegantes, se veían espectaculares.

Bajaron por las escaleras presenciando una multitud (de Forks) de jóvenes bailando y platicando. Cuando uno volteó a ver a la deslumbrante pareja, como si de un chip se tratara, todos levantaron su cabeza hacia ellos, suspiros enamorados de algunas chicas, suspiros desalientados de otros chicos y volvieron a enfocarse en sus propios asuntos.

Demetri se alejó un momento para conseguirles bebidas, que no beberían pero para poder mezclarse. Pero estaba tardando demasiado, es decir, solo tenía que cruzar la sala.

Cuando Annabeth notó un grupo de adolescentes animándose para acercarse a ella, buscó a Demetri con la mirada y lo encontró. Siendo rodeado por Jessica Stanley, una avergonzada Ángela Webber, unas cuantas chicas, en fin, muchas chicas que comenzaban a molestar a Demetri, Annabeth se reía en sus adentros por la cara de fastidio de su compañero, cara que era ignorada por las chicas a su alrededor. Decidió acercarse a salvarle la vida a su querido rastreador.

Ignorando olímpicamente a los chicos que, sin haberlo notado antes, la habían rodeado, caminó hacia Demetri, abriendose paso entre las chicas molestas que cuando la veían, se abrían como Moisés con el Mar Rojo. 

Demetri soltó un suspiro aliviado, nunca antes había necesitado tanto respirar.

- Hola, soy Annabeth Cullen, ustedes debieron ser estudiantes del Insituto Forks, ¿cierto?- Saludó amablemente a las chicas, mientras tomaba una de las copas que tenía Demetri en sus manos y, discretamente, se colocaba un poco delante de él. Demetri rodeó con su, ahora mano libre, los hombros de Annabeth, como agradecimiento.- Él es mi novio, Demetri.- Lo presentó con naturalidad y calma, sin acentuar ninguna palabra, pero aún así hizo que todas olvidaran cualquier mínima oportunidad.

Pero las chicas notaron algo que las hizo gritar emocionadas, lo que asustó a la pareja. Ni siquiera se habían movido.

Resulta que notaron los anillos en los dedos de la pareja, por sí mismos, también lo eran. Quisieron saber más.

- ¿Esos son anillos de pareja? - Preguntó Stanley ansiosa.

Ambos vampiros sonrieron recordando y asintieron.

- Así es, era de mis padres.- Contestó Demetri.

- Se ven algo antiguos, ¿Dónde los consiguieron ellos?- Una rubia preguntó. Jessica la fulminó con la mirada, eso iba a preguntar ella.

- Eran de un anciano mercader.- Respondió Demetri.

- ¿Mercader? Es decir, en una tienda de antigüedades o algo así, ¿verdad?- Insistió Jessica.

Confía en mí [Demetri Vulturi] (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora