Capítulo 49

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Llegó el gran día, Isabella estaba siendo regañada por las tremendas ojeras que tenía bajo los ojos.

Edward junto a sus 'padres', recibían a los invitados

Los neofitos decidieron ir al bosque, era su último día juntos, dijeron que irían a un lugar que Diego y Bree usaban cuando estaban con Riley, aprovecharon para compartir sus planes a futuro, dudas y preocupaciones del mismo.

Mientras tanto, Annabeth miraba la pintura de los reyes Vulturi, detrás de ellos, Carlisle se asomaba.

Recordó aquellos días dónde su don era puesto aprueba y perfeccionada su habilidad.

Un vampiro era traído por Félix y Demetri, ambos sujetando sus brazos.

- Adelante querida...

Annabeth, cubierta por un velo de encaje negro, suavemente lo recorrió de su rostro y sus ojos cual rubíes, brillaron a la vez que el criminal que la miraba aterrado.

Había caído ante ella, pero además por su don.

- S-salve-me...

- Ven a mí.- ordenó.

Aquel vampiro comenzó a arrastrarse hacia ella pero el agarre de Félix y Demetri era firme.

Poco a poco sus brazos se desprendieron de su cuerpo liberando un grito de dolor por parte del vampiro cuyo cuerpo insistía en seguir hacia adelante.

Llegó frente a Annabeth aterrado, adolorido.

- Maestro.- llamó Annabeth.

- Continúa, querida.- Caius mandó.

Levantando su brazo, sin tocar el cuello del vampiro lentamente comenzó a cerrar su mano, como si estuviera exprimiendo algo en el aire.

Pero no era el aire.

La quijada del vampiro comenzó a quebrarse. El inicio de su cuello, por encima de sus clavículas también.

Era un escudo que apretaba su cuello como un collar, y de repente, el cuerpo cayó, la cabeza por otro lado y el cuello en medio de ellos.

- Perfecto.

...

Unos brazos rodearon su cintura. Tan cálidos a pesar de su inexistente temperatura.

Acariciaban por sus caderas mientras la cabeza de Demetri descansaba en el hueco de su cuello y hombro.

- Beth...regresa a mi...- le susurró suavemente.

Demetri besaba el cuello de su compañera tiernamente.

Annabeth levantó su brazo como en su recuerdo. Demetri la rodeó para estar frente a ella, tomó la mano que estaba levantada y la llevó a su rostro.

- Demetri...- susurró ella.

- Aquí estoy.- susurró él disfrutando del toque de su compañera.

Aquí estaba, no en aquellos años dónde su don la usaba y no al revés.

- Aquí estás...- Se acercó a él.

- Y tú también.- Le contestó a ella.

No era un don que tuviera muchos ejemplares, además con el vínculo de compañeros como mediador, no era algo que fuera conocido.

No fue hasta que Demetri se levantó como compañero de Annabeth y la ayudó a reprender al don, posicionándose en el lugar de la "autoridad del compañero".

Confía en mí [Demetri Vulturi] (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora