Capítulo 36

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Edward e Isabella regresaron por la noche del día anterior, domingo.

Annabeth estaba leyendo un libro en la sala de estar junto a Demetri que tenía su cabeza en las piernas de ella.

Era una escena tierna de ver, Demetri tapeaba con sus dedos el libro de Annabeth pidiendo atención y ella, para molestarlo, ponía el libro en su cara. La verdadera razón de Demetri, era distraerla, había estado muy callada últimamente, y sabía el porqué.

Ellos nunca se separaban, y si lo hacían no era por mucho tiempo o no era muy lejos.

Aquel periodo en el que estuvieron lejos del otro a tal magnitud había impuesto un trauma en su vínculo que les impedía apartarse del otro, siendo Annabeth la más afectada. Tampoco era que se quejaran, pero era algo con lo que tener cuidado.

De repente, el motor de un auto resuena en sus oídos deteniendo su pequeño juego.

No era un auto que reconocieran.

El ligero olor a lobo los alerto, ¿Por qué vendrían aquí?

Demetri se levantó junto con Annabeth y caminaron hacia el balcón para ver de quién se trataba. Carlisle, que estaba en casa, también escucho aquel auto y bajó a recibir al inusual visitante.

La pareja vio bajar del auto a una mujer de mediana edad, con rasgos que a Annabeth se le hacían familiares.

- Buenos días, ¿Qué puedo hacer por usted? – Saludó el patriarca con calma viendo rápidamente de reojo hacia donde Demetri y Annabeth se encontraban.

- Busco a Annabeth Cullen. - Dijo directa aquella mujer.

- Soy Carlisle Cullen, su padre. - Dijo con un toque de orgullo y algo de preocupación, esta mujer era de la tribu, ¿Qué quiere con Beth? - ¿Puedo ayudarla? - Insistió.

- Soy...soy Sue Clearwater...- Dudó en decirle su identidad, pero era más importante hablar con Annabeth en ese momento que preocuparse por ello. - Por favor. - Sus ojos algo hinchados empezaron a llenarse de lágrimas que venían de nuevo. - Déjeme hablar con ella. - Pidió.

Cuando supo su nombre, Annabeth bajó a su encuentro, Demetri la seguía con recelo hacia la mujer.

Llegó hasta su padre y puso su mano en el hombro de él indicándole que le permitiera hablar con Sue.

- Hola, yo soy Annabeth Cullen. - Saludó estrechando su mano amablemente. - ¿Qué puedo hacer por usted?

Sue, tomó la mano de Annabeth, pero, en vez de estrecharla, con sus dos manos apretó firmemente la de ella rogándole.

- ¡Por favor, ayuda a mi Leah! - Pidió Sue. - Ayuda a mi querida Leah. - Suplicó de nuevo mientras lloraba.

Annabeth puso su otra mano sobre las de Sue.

- ¿Qué puedo hacer? ¿Dónde está? ¿Está herida? - Preguntó Annabeth impaciente.

Sue soltó un suspiro lleno de alivio.

- Ven conmigo, te llevaré con ella. - Dijo Sue jalando la mano de Annabeth, pero Demetri las detuvo tomando a Annabeth de la cintura.

- Si pasa el tratado, estará en peligro. - Le recordó.

- No me importa el tratado, tiene mi permiso. - Al morir su esposo, Sue tomó su lugar en el consejo. - Lo entenderán, deberán hacerlo. - Dijo Sue, refiriéndose a la manada. Demetri y Carlisle se miraron y Sue dijo. - Ven tú también, pero por favor... ayuda a mi Leah.

Demetri asintió y ambos entraron en el auto de Sue y partieron hacia su casa.

En el camino, la mujer les iba contando lo mal que había estado Leah y el descontento de la manada con ello, gracias a su vínculo mental al entrar en fase, no lograban concentrarse en su deber, y aquellos pesados pensamientos se estrellaban contra su hija.

Seth se quedaba con ella tratando de distraerla o hacerla reír, pero no funcionaba, él era muy persistente y siempre se ponía del lado de su hermana, claro, él estaba encantado con su transformación, pero quería compartir esa alegría con Leah.

De hecho, fue él quien, balbuceando, sugirió que llamaran a Annabeth.

Al pasar por la línea que empezaba el territorio Quileute, la pareja se tensó, Annabeth había tenido permiso de pasar anteriormente, pero ahora sus ojos eran rojos, además de la compañía de Demetri, cuyos ojos también eran rojos.

Sue lo había notado, pero no era el momento, además confiaba en que, con ellos, sus hijos y ella, y aún más su pueblo, no correrían peligro.

Cuando llegaron a la Casa de los Clearwater, estaba vacía.

Sue los invitó a sentarse a esperar, aunque no fue por mucho tiempo. Leah llegó en su forma lobuna, antes de salir de fase, el olor a vampiros pasó por su nariz, sin embargo, su loba no reaccionó violentamente, así que Leah salió de fase y, después de ponerse unos shorts y una camiseta, entró en la casa.

Annabeth, la había escuchado llegar, cuando Leah entró, Annabeth se levantó para recibirla, o eso planeaba, ambas se detuvieron mirándose sin saber cómo reaccionar.

- Leah...- Annabeth dio el primer paso.

- Annabeth...- Reaccionó Leah y le hizo una seña rápida con la cabeza para que la siguiera a su habitación y Beth la siguió después de que Demetri le dejara su saco.

Sue y Demetri se quedaron en la sala de estar en silencio, aunque tampoco duró mucho.

Seth entró a la casa notando al vampiro frente a su madre. A Seth lo habían enviado a casa después de que Isabella llegara junto con Jacob para que hiciera sus tareas.

- Tu... ¿Eres un vampiro? - Preguntó torpemente Seth, soltando la primera pregunta que se le vino a la mente.

Demetri río y asintió.

- Es la pareja de Annabeth Cullen. - Presentó Sue. - Ella está con tu hermana. - Le avisó y Seth sólo asintió.

Por unos segundos quedaron en silencio y la emoción de Seth salió disparada.

- ¡Lo que hicieron en la persecución fue asombroso! - Soltó Seth mientras se acercaba a Demetri. - ¡Y cuando saliste del agua! - Admiró.

>> La pelirroja estaba como que: "Soy super cool, nadie me atrapa"- Fingió su voz. - Y luego tu saltaste como de "Yo soy super cool". - Volvió a fingirla aún más grave. - Y creeme, sí eres bien cool, ¿Podrías enseñarme a saltar así del agua? Espera, no puedo correr rápido bajo el agua, espera, tampoco aguanto mucho la respiración, espera, ¿cuánto tiempo estuviste bajo el agua? ¿Cuánto tiempo aguantas la respiración? Espera, ¿Puedes respirar bajo el agua? ¿Me enseñarías a pelear así y someter al enemigo de un solo movimiento? Aunque yo pelearía como lobo, ¿Has visto mi lobo? Cool, ¿No lo crees? Espera, ¿me enseñarías a pelear con mi lobo? Sam no me deja entrenar mucho, espera, tu eres vampiro así que no podrías enseñarme, ¿O sí?

Seth hablaba tan rápido que Demetri estaba considerando enseñarle sus movimientos bajo el agua, ¿No era él quien necesita respirar?

La risa de Sue detiene a Seth y este sonríe satisfecho, a él le encanta ver a su familia sonreír.

Sólo falta Leah.

Demetri vio la expresión de Seth y su entusiasmo, así que, con el permiso de su madre quien, en completa paz, fue a la casa de Billy para notificarle lo que estaba sucediendo en su casa, Demetri decidió ayudar a Seth.

Había peleado con los hijos de la luna antes, no era lo mismo, pero Seth tenía mucho potencial.

No se alejaron mucho de la casa y Seth se transformó, empezando así la sesión de entrenamiento lobil por Demetri Vulturi.

Mientras tanto, Leah lloraba en los brazos de Annabeth, y esta última sólo sollozaba sosteniendo a su quebrantada amiga.

Leah se recuperó un poco y decidió confesarle algo a Annabeth.

- Victoria vino a verme después del funeral...

Confía en mí [Demetri Vulturi] (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora